El encierro de Joan Manuel Serrat: “Ha sido estruendoso el comportamiento de los grandes líderes del populismo occidental”
El mayor emblema de la cantautoría española dio una larga entrevista a El País, donde analiza estos días de confinamiento, el rebrote del virus en su país y el cambio brusco en su rutina, hasta hace poco centrada en los conciertos y giras.
Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así, aprovecharlo o que pase de largo, depende en parte de ti. Lo dijo Joan Manuel Serrat hace casi 40 años y lo sigue sosteniendo hoy, a sus 76 años, pese a todo, encerrado hace meses en su casa, viendo en las noticias los avances de la pandemia en España y el mundo, y aprovechando este tiempo no tanto para componer nuevas canciones sino más bien para ver los días pasar y observar las nuevas especies de animales que han aparecido en su jardín.
"Sobre todo, he ido manteniendo una comunicación con los pájaros que, con este encarcelamiento de la especie humana, han estado mucho más libres, menos amenazados, muy tranquilos en su libertad. Y he visto aparecer pájaros que hacía mucho que no veía por mi casa, jilgueros, un colibrí. Las palomas, las torcaces, las urracas, están por aquí normalmente, pero otros han aparecido ahora. Imagino que sin la presión humana han tenido otros espacios. Me lo he pasado muy bien viéndolos y escuchándolos", comentó el cantautor catalán en una extensa entrevista al diario español El País.
Acostumbrado a un intenso ritmo de conciertos y a largas giras, como Mediterráneo da Capo, la última que emprendió por el mundo -Chile incluido- celebrando las canciones de su disco más famoso (Mediterráneo, 1971), Serrat, como todos los habitantes del planeta, se ha ido acomodando de a poco a una nueva forma de vida. En su caso, lejos de la actividad en vivo y sin tours por el mundo hace más de un año.
"Como el de todos, mi mundo está muy conectado. La televisión, la radio, la prensa, las redes, Internet… El mundo globalizado se ha ocupado de comentar lo que ha ido pasando. Yo lo he visto como un tiempo de confinamiento. Mi pequeño mundo ha sido mi universo. Tengo una casa con árboles y aire libre, podía salir a ese espacio verde y desde ahí ver la colmena de mi ciudad. Pensaba en la dificultad que este tiempo, añadida para las personas que viven con hijos en casas pequeñas, en las que debían aguantar muchas presiones. Desde ahí he visto pasar el tiempo, cómo se acababa el invierno e iba apareciendo la primavera. Los almendros y los árboles mostraban la nueva vida, indiferente a todo lo que ocurría", señaló.
Sobre su rutina actual, el músico profundizó: "Este tiempo lo he pasado sin la obligación de utilizarlo para algo 'provechoso'. No he tenido un gran interés o presión por escribir o componer, porque no sabía muy bien a qué argumentario remitirme. Vivía ante una gran desinformación sobre las razones que nos estaban llevando a todo esto, supongo que igual a la que han tenido los científicos para aclarar cosas más allá del reconocimiento de un virus, o como los políticos para tirar hacia adelante, o los pobres sanitarios para pelear desde una situación de mayor igualdad. Como ciudadano yo tenía una desorientación semejante".
En medio de esa confusión generalizada que menciona, la figura más reconocida de la cantautoría española ha seguido de cerca la respuesta que ha tenido el mundo ante la epidemia del Covid-19. La del mundo de la ciencia, la de los ciudadanos de a pie y también las de los políticos, con una mirada crítica hacia algunos líderes mundiales y estrategias fallidas, como la que apunta a la inmunidad de rebaño.
"Ha sido imposible desconectarse. A veces las voces eran tan agrias y estruendosas que ni cerrando las puertas podías evitarlo", contó. "Lo que ha ocurrido aquí y fuera es bastante penoso, y es cuando la sociedad ha estado más necesitada de orientación, de fuerza, de seguridad, de confianza. Al contrario, se nos ha proporcionado total desconfianza y desorientación, se ha buscado un aprovechamiento mezquino muy a corto plazo y muy pequeñito. Agradezco a los que no lo han activado en este sentido por su responsable comportamiento; de los otros diré que no esperaba otra cosa de ellos. Tampoco fuera hemos tenido los mejores ejemplos, ha sido estruendoso el comportamiento de los grandes líderes del populismo occidental, como Donald Trump o Boris Johnson, por poner dos ejemplos, quienes recomiendan la inmunidad de rebaño para luego dar marcha atrás en contra de los expertos médicos y a pesar de la evidencia de miles de muertos. Ha sido penoso".
En medio del rebrote del virus en España, que ha vuelto a pegar con fuerza y a elevar las cifras de contagiados en especial en su Cataluña natal, el autor de Cantares ha analizado todo lo que ha pasado en su país desde marzo, los buenos ejemplos y los malos. “He visto el comportamiento desprendido y generoso de cantidad de seres humanos que han puesto en riesgo su seguridad personal para que otros pudieran tener posibilidad de poder superar esto. No solo me refiero a médicos, enfermeras, mujeres de la limpieza, sino a toda a esa gente humilde o sencilla que han sido los que daban todo lo que tenían por los demás. Esto ha sido lo mejor que nos está dejando esta pandemia”, comentó.
"Probablemente lo peor sea la poca capacidad que tenemos de aprender de este ejemplo de generosidad", añadió. "No deberíamos caer con tanta facilidad en la desmemoria y el olvido. Sé perfectamente las ganas que todos tenemos de superar esta época, es más, de que desapareciera, que fuera un mal sueño, una pesadilla que acabara al despertar y abrir los ojos, pero no estoy seguro de sea así. Más bien pienso que esto es una historia que habrá que mantener a raya durante mucho tiempo. Esperemos el milagro de la vacuna, el milagro del despertar. Mientras esto no ocurra, hay que activar la memoria y trabajar para que, si volviera a ocurrir una situación como la de marzo, tengamos los medios para poder enfrentarlo, que la sanidad haya mejorado para estar a nivel de los sanitarios, que la ciencia haya podido avanzar para estar a nivel de los científicos que están trabajando, que las cosas estén a nivel para poder enfrentarla.Y, sobre todo, que los que no somos científicos ni sanitarios nos comportemos lo suficientemente bien como para no darles más trabajo a todos ellos".
Consultado por sus temores personales en estos días de incertidumbre, Serrat confesó: “Creo que siempre tenemos miedo a lo desconocido, nos aterra lo que ignoramos y más que miedo al frío yo le tenía miedo al miedo, un miedo provocado por la ignorancia y contra el que personalmente me habría gustado aventar a mi alrededor para afrontarlo con valor. Asomarse a los balcones fue un acto de alegría, de la solidaridad de la gente que siempre sale. Me parece que ha sido muy importante plantarle cara a esta historia”.
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