El festival más importante de Europa reconoce al documental chileno
Un homenaje a Patricio Guzmán y la selección de cinco películas locales animan el Festival de Cine de Amsterdam, el encuentro de cine de no ficción más relevante del Viejo Continente, que comienza mañana.
Diez días antes de los tres feriados de Fiestas Patrias y aún lejos del viernes 18 de octubre en que varios multicines comenzaron a clausurar funciones, el documental Lemebel (2019) alcanzó a cosechar un triunfo de asistencia insospechado: llevó más de 20 mil personas, todo un logro para un documental que no era ni de Patricio Guzmán ni aludía a la Selección Chilena. Es decir, lo que antes había concretado récords de asistencia en la no ficción.
Por el contrario, a diferencia de Salvador Allende (2004) de Guzmán o de Ojos rojos (2010) de Juan Ignacio Sabatini, Juan Pablo Sallato e Ismael Larraín (con 30 mil y 40 mil espectadores respectivamente), Lemebel de Joanna Reposi es una introspectiva reflexión sobre el escritor chileno. Su negocio era explorar el lado menos evidente y conocido del autor de Tengo miedo, torero (2001), siempre a través de la conversación a media voz entre él y Reposi. La película, eso sí, venía con el sello de la buena crítica internacional y con el premio Teddy a Mejor Documental del Festival de Berlín.
Ahora, a modo de boomerang planetario, Lemebel retorna a Europa, el continente que la vio nacer en febrero, cuando se estrenó en la mencionada Berlinale. Se mostrará como parte de una gran exhibición de documentales chilenos que irán a diferentes secciones del Festival Internacional de Cine Documental de Amsterdam (IDFA), el más tradicional e importante de los encuentros de la no ficción en Europa. La muestra, que también es competitiva, parte mañana y concluye la próxima semana, el domingo 1 de diciembre.
El largometraje de Joanna Reposi también se dará en la sección Best of Fests, selección de las cintas más importantes que han ido desfilando a lo largo del año en diferentes festivales del mundo. Otros trabajos presentes son Nunca subí el Provincia (2019), película de Ignacio Agüero que este año ganó el Festival de Cine de Marsella y que irá a la muestra Masters (que integra autores consagrados como la francesa Agnès Varda, el ucraniano Sergei Loznitsa, el estadounidense Alex Gibney o el argentino Andrés Di Tella); El pacto de Adriana (2017) de Lissette Orozco, en la muestra The Villain; El viaje de Monalisa (2019) de Nicole Costa, en la sección Luminous; o Arcana (2007), de Cristóbal Vicente, en la sección Top 10, curada por el cineasta chileno Patricio Guzmán.
Género históricamente prolífico en el país, el documental tiene al menos un promedio de ocho estrenos al año, muchas veces tras mostrarse en festivales internacionales. La exhibición más habitual es a través del circuito Miradoc, dependiente de Chiledoc, organización que se dedica a la promoción e incentivo del documental chileno dentro y fuera del país. "La diversidad de realizadores y películas que estarán este año en el Festival de Documentales de Amsterdam (IDFA), es una muestra clara de que en Chile, hoy más que nunca, estamos observando nuestra realidad con miradas profundas y críticas", explica Diego Pino, director de la marca sectorial de Chiledoc.
Guzmán en modo homenaje
La existencia de la sección Top 10 en IDFA se debe a que en esta ocasión el Festival de Amsterdam tendrá como invitado de honor al cineasta chileno, del que se mostrarán cinco películas, incluyendo La cordillera de los sueños (2019), que este año ganó el premio Ojo de oro a Mejor documental en el Festival de Cannes. Las otras cintas de Guzmán presentes son La batalla de Chile, en sus tres partes La insurrección de la burguesía (1975), El golpe de Estado (1976) y El poder popular (1976); Chile: la memoria obstinada (1997); Nostalgia de la luz (2010) y El botón de nácar (2015).
Pero, como decíamos, el cineasta tiene derecho a una sección especialmente curada por él, donde se dará la mencionada Arcana, junto a filmes como Arvo Pärt: 24 preludes for a fugue (2002), de Dorian Supin, The ilusionist (1990), de Alain Cavalier; el clásico La jetée (1962), de Chris Marker (amigo personal de Guzmán); o El telón de azúcar (2006), la película que Camila Guzmán Urzúa (hija del director) realizó sobre su infancia dentro de una comunidad de niños extranjeros hijos de exiliados en Cuba.
Patricio Guzmán es apenas el segundo cineasta latinoamericano al que se le rinde un tributo en IDFA después del brasileño Joao Moreira Salles (Santiago, 2007) y habría que decir que entre los otros invitados de honor en su historia hay nombres como Werner Herzog, Krzysztof Kieslowski, Agnès Varda o Errol Morris.
Más allá de la selección de filmes chilenos ya estrenados o de la presencia de un consagrado como Patricio Guzmán, en esta oportunidad IDFA acogerá una serie de filmes en etapa de desarrollo diverso. Después de todo la película Los reyes (2018), de Bettina Perut e Iván Osnovikoff, ganó el año pasado en este encuentro el Premio Especial del Jurado, otorgándole relevancia a un largometraje chileno que la próxima semana entra a salas locales.
Entre las obras que buscan alianzas comerciales en la industria están Volver a casa VR, de Catalina Alarcón; Malqueridas, de Tana Gilbert y Porvenir de Alfredo Pourailly. Mientras la última transcurre en la zona de Tierra del Fuego, las dos primeras tienen que ver con casos de mujeres en cárceles locales. Volver a casa VR es particularmente curioso: se registra la experiencia de privadas de libertad que mediante un dispositivo de realidad virtual pueden acceder desde su celda a imágenes en 360 grados de sus propios hogares.
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