El petitorio masón a Piñera: Que les saquen de encima las clases de religión

En este país las reglas del juego en lo que toca clases de religión dependen del denominado Decreto Supremo 924, que varios colegios tienen colgado en el home de sus sitios web. Es un documento que data de 1983 y que lleva la firma de Augusto Pinochet y Mónica Madariaga. Ah, y del entonces capitán de fragata y subsecretario de Educación, Juan Froemel.

En simple, la norma dice los planteles "confesionales" ofrecerán clases de religión según su credo, pero que han de respetar a los padres que no la quieran para sus hijos. En cambio, los establecimientos estatales, municipales y particulares no confesionales tienen que ofrecer las diversas opciones, siempre que puedan.

El asunto es que los masones tienen 24 colegios en todo Chile, con unos 23 mil estudiantes, calculan . Naturalmente, no hacen clases de religión. Imparten los valores y principios de la orden, de inspiración laica y que promueve "el libre pensamiento, libertad de conciencia y el humanismo" subrayan sus autoridades. Eso sí, han precisado que en esos planteles "no formamos jóvenes para la masonería".

Pero llevan años reclamando que el Decreto Supremo lleva asociado un reglamento, según el cual basta que los padres de un alumno pidan que les hagan clases de religión para que los masones estén obligados a cumplir. Es decir, fichar a un profesor que enseñe ese credo y hacer esa clase.

Otra cosa es la duda de por qué alguien elegiría un colegio masón para sus hijos y al mismo tiempo querer clases de alguna religión.

La cuestión es que a comienzos del mes pasado la Gran Logia Masónica de Chile dio a conocer en Concepción la "Declaración de la Educación Laica", reafirmando su perfil laico. Con eso en la mano, el nuevo Gran Maestro y principal autoridad de la orden, Sebastián Jans -el mismo que venció sorpresivamente en la elección interna del año pasado al ex ministro radical Jaime Campos- visitó el martes 26 al Presidente Sebastián Piñera.

Jans y otras seis autoridades masónicas, entre ellas el Soberano Gran Comendador Álvaro Pulgar y el presidente de la Corporación de Colegios Masónicos, el maestro Maximiliano Díaz, le pidieron que interviniera ante los problemas que enfrentan los colegios de la orden por culpa del Decreto 924. Este "dice una cosa pero está esa normativa, el reglamento, sobre los colegios no confesionales", subraya Díaz.

Cuando pasa eso "eso obliga a impartir la clase de religión". Y eso, cuenta "no ocurre frecuentemente, pero se han dado situaciones, y cuando pasa tenemos que cumplir. Después la Superintendencia de Educación fiscaliza y puede dejar una observación de que no se ha cumplido".

Por ejemplo, dice, "cuando un padre matricula a su hijo en uno de nuestros colegios se le da a conocer el proyecto educativo y se le hace firmar un documento en que declara que no se imparten clases de religión. Pero posteriormente, debido a esta norma, si los padres solicitan una determinada clase, hay que cumplir".

El maestro Díaz dice que "esta situación la hemos venido planteando hace bastante tiempo con las diferentes autoridades que han existido en el Ministerio de Educación, pero nunca hemos llegado a una solución. Esperamos que esta vez el Presidente pueda revisar y solucionar este problema".

-¿Aunque sea un caso?

-Sí.

-¿En una sala aparte? ¿Con un crucifijo en la pared?

-Claro, como corresponde. Exactamente.

Fuera de los asuntos de fe, Jans y los masones aprovecharon de pedirle a Piñera gestiones para darle mayor relevancia a una de sus máximas figuras, el escritor y político Francisco Bilbao (1823-1865). La Orden quiere que se le levante un estatua y un cripta para el  descanso definitivo de sus restos, que fueron repatriados desde Argentina en 1988. También lo invitaron a dos grandes eventos que tendrán este año, incluyendo la Conferencia de Grandes Logias Asia-Pacífico 2020 (sí, si hay masones en China).