Remezón en Defensa: el desembarco de un histórico del PS y un subsecretario comunista en entredicho
El frustrado nombramiento de Nicolás Cataldo (PC) en Interior frenó otras designaciones en subsecretarías, una de ellas, la de Defensa. La salida del hoy subsecretario de la cartera, Fernando Ayala (PPD), ya es un hecho, tanto así que la propia ministra Maya Fernández lo transmitió a sus colaboradores, incluso, al comandante en jefe del Ejército, Javier Iturriaga. Ayala juntaba asperezas en las Fuerzas Armadas (FF.AA.) por una serie de desavenencias en el Ministerio y en su reemplazo llega el socialista Gabriel Gaspar.
Era un secreto a voces al interior de las distintas de las Fuerzas Armadas (FF.AA.): tanto a la ministra de Defensa, Maya Fernández como al comandante en jefe del Ejército, Javier Iturriaga, no se les había visto muy contentos una vez terminada la ceremonia de restitución de la placa de los generales René Schneider y Carlos Prats, el 21 de julio. La incomodidad no tenía que ver con el fondo del acto, sino con cómo se gestó la ceremonia y quién había estado detrás, incluso, de la idea de invitar al propio Presidente Gabriel Boric.
El organizador intelectual de la ceremonia había sido el subsecretario de Defensa, Fernando Ayala (PPD), y quien había dispuesto de la actividad mucho antes de avisarle a la ministra. Esto molestó a la militante del PS -quien es muy cercana al Presidente Boric-, pero también al general Iturriaga, según cuentan algunos testigos del hecho, a quien se le invitó al acto, pero no se le permitió la palabra en la ceremonia.
Este no era el primer desencuentro entre Ayala, las FF.AA. y su jefa. El otro incidente había sido cuando, en abril, Ayala protagonizó una dura discusión con el general (R) Jorge Robles, director de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (Anepe), por el intento de intervenir en el nombramiento del nuevo subdirector de la institución.
Robles terminó renunciado a su cargo, dado que le molestó de sobremanera que le pidieran el puesto de Luis Farías Gallardo, exsubdirector académico, quien había obtenido el puesto por un proceso de Alta Dirección Pública. Hasta el día de hoy, el general (R) no quiere referirse ni a su salida y menos a Ayala.
Estos dos incidentes, más otras consideraciones de trato y de relación con las ramas de las FF.AA., fueron minando las confianzas al interior de Defensa con el subsecretario Ayala, lo que decantó en que al momento de considerarse un cambio de gabinete su nombre fuera propuesto para salir. Sin embargo, el frustrado nombramiento de Nicolás Catalado (PC) en la Subsecretaría del Interior hizo que la oficialización de las designaciones de los subsecretarios quedaran en espera.
Aún así, la salida de Ayala debería concretarse durante los próximos días. “Está fuera”, señalan distintas fuentes consultadas, incluso, advierten que la propia ministra Fernández ya se lo comunicó a su equipo y también a quien se ha transformado en parte de los generales que más confianza ha depositado: el general Javier Iturriaga. En estas conversaciones, además, la jefa de Defensa informó que será Gabriel Gaspar (PS) su nuevo “segundo a bordo”.
Civil con espíritu militar
Gabriel Gaspar Tapia (73) es un reconocido militante del PS, histórico y señalado como uno de los “halcones” de la colectividad de París N° 873. Tiene una larga trayectoria en la esfera militar: entre el 2000 y 2006 fue designado como subsecretario de Guerra por el Presidente Ricardo Lagos para luego ser embajador en Colombia y Cuba.
Ocho años más tarde volvería a Defensa, pero esta vez como subsecretario. Entre 2014 y 2015 se desempeñó como subsecretario de la cartera, donde afianzó lazos con el mundo militar, pero también dejó algunas heridas entre sus pares. “Tiende a ponerse demasiado el uniforme de milico, más que asumir que su tarea es administrativa”, cuenta una de las personas que trabajó con él.
Quienes lo conocen lo califican como muy preparado para el cargo, pues cuenta con estudios en estrategia militar y política internacional. “Tiene una muy buena preparación para el puesto”, dice un general (R) que trabajó con él. Su perfil puede resumirse en una anécdota, cuenta uno de sus colegas en Defensa por esos años: en 2014 viajó al norte del país a supervisar un trabajo en terreno del Ejército y pidió fotografiarse con visores y en el piso al más puro estilo de un militar en funciones bélicas.
En Defensa y las FF.AA. le reconocen otra virtud: su militancia como socialista y apego a Fernández. Ambos se conocen desde hace años, lo que, cuentan, podría ser muy favorable para el desempeño que cumple la ministra en Defensa, donde ha ido entendiendo de a poco el funcionamiento del Ejército, la Armada y la Fach. “Tiene que cuidar, eso sí, que no se le meta tanto en sus decisiones”, comenta una fuente.
El arribo de Gaspar, además, servirá para desactivar otro incipiente problema que se presenta en Defensa: el rol de Galo Eidelstein (PC), subsecretario para las Fuerzas Armadas. El militante comunista no cuenta con todas las confianzas en las FF.AA., y tampoco en el ministerio, señalaron varias fuentes consultadas, dado que entre sus medidas estuvo contratar a una batería de militantes del PC en la subsecretaría.
La salida de Eidelstein era otro de los cambios que se esperaba para Defensa, pero como Cataldo no llegó a Interior, el PC bloqueó la posibilidad de que uno más de sus hombres fuertes saliera de un ministerio importante. Su permanencia en el cargo, sin embargo, no está asegurada, y todo dependerá de cómo se siga moviendo el verdadero sismo interno que dejó el último cambio de gabinete.
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