Fernando Claro (FPP) y la rutina de Belloni: “El humor desapareció... solo se someten y le dicen al poder lo que éste quiere escuchar”
El llanto y posterior perdón de Ernesto Belloni en el Festival de Viña, abrió un debate sobre si ello respondió a corrección política o sólo a una rutina errática y mal concebida. "Es una censura social", dice el director de Publicaciones e Investigación de la FPP.
La presentación de Ernesto Belloni en la tercera noche del Festival de Viña abrió un abanico de críticas y cuestionamientos. Mientras algunos lo catalogaron de “penoso”, otros no creen en las disculpas que pidió por sus 35 años de carrera y hay quienes aseguran que su cambio de rutina fue únicamente por miedo a las funas.
Así lo cree el director de Publicaciones e Investigación de la Fundación para el Progreso, Fernando Claro. Economista y magíster en Economía, considera que existe una “censura social” y adjudica la politización de los shows del espectáculo a la presión de las redes sociales.
Claro cree que lo que se vive es corrección política y debido a esto “los humoristas están diciendo lo que tienen que decir en función de la opinión pública”.
¿Qué te han parecido las presentaciones de los artistas en el Festival de Viña?
Lo de Belloni lo encuentro deprimente. Lo que hizo fue pedir perdón por cuestiones que él no se arrepiente y cosas con las que el país vibró durante años. Fue lo mismo que ocurría en la inquisición, en la época en que la Iglesia Católica condenaba a la gente por cuestiones que nada tenían de reprochable y las personas pedían perdón, en el auto de fe, por temas que no se arrepentían en la realidad. En el fondo, el humor ha desaparecido. Estás personas son bufones que se someten y dicen lo que tienen que decir al poder, esta vez siendo el poder el pueblo y la opinión pública. Ya no son humoristas que apelan a la inteligencia y a la provocación, sino que meros bufones que solo se someten y le dicen al poder lo que ellos quieren escuchar.
Algunos aseguraron que las noches más políticas del Festival de Viña fueron una franja del “Apruebo”. ¿Estás de acuerdo con eso?
No, eso no es problema. Los artistas pueden decir sus opiniones políticas y a mí no me causa problema.
¿Vivimos un tiempo de corrección política?
Claro. Lo que pasó con Belloni es pura corrección y lo mismo que Kramer, que se pasa de la raya y hace apologías de la violencia, que me parece un delirio y una irresponsabilidad. Pero la corrección política donde mejor se vio fue en la presentación de Belloni, quien enredó todo lo que es el humor, lo que él representaba, la espera que existía antes sobre su funa. Debido a la corrección, los humoristas están diciendo lo que tienen que decir en función de la opinión pública.
¿Por qué ocurre esto?
La corrección política siempre ha existido. Por algo los autores clásicos la nombran, el más emblemático es John Stuart Mill. Lo que pasa ahora es que esto se ha exacerbado por el efecto de la redes sociales y una educación de sobreproteger a los niños que se traduce en los jóvenes.
¿Hay miedo?
Sí, miedo a la funa. Ernesto Belloni pidió perdón por toda su historia, por su trayectoria. ¿Se arrepiente de todas sus películas? Es muy raro, es difícil de creer eso. Es miedo a la funa.
¿Por qué dices que Kramer se pasó de la raya?
Me parece que su rutina fue reprochable y vergonzosa. No sé cómo definir los límites pero me parece irresponsable de parte de un líder.
¿Pero se le pide responsabilidad a la rutina de un humorista? ¿Podemos considerar a los humoristas como líderes?
Absolutamente. Son referentes públicos para la gente. Movilizan a la opinión pública.
¿Lo de Belloni fue producto de una censura política?
Yo no veo censura política en ningún grado. Es una censura social, a eso nos estamos enfrentando. Esto es fruto de la polarización que está viviendo la sociedad, lo que me parece muy negativo. Frenar esto está en manos de los líderes, políticos, artistas e intelectuales del país que no se están comportando a la altura al estar validando la violencia, al estar mintiendo descaradamente sobre la situación del país y no defendiendo un país, que si bien tiene falencias, es un gran país que hemos construido.
¿Crees que los límites de la libertad de expresión son cada vez más acotados?
Sí. La libertad de expresión está siendo amenazada por la corrección política. Ya nadie puede decir nada, se está limitando hasta el pensamiento cuando existen policías sociales que andan buscando a las personas que buscan decir cuestiones provocativas cuando pensar es justamente provocar. Cuando incluso llegan a hacer imposible que alguien se equivoque, la autocensura de las personas llega a un nivel peligroso y lamentable porque no se atreven a decir cosas porque tienen miedo a equivocarse y a decir cosas provocativas.
Algunos concejales de Las Condes han expresado la idea de sacar al actor Daniel Muñoz de la obra “El violinista en el tejado” que se presentará en abril en el Teatro Municipal de Las Condes. Esto, por unas fotos de Muñoz con encapuchados durante manifestaciones. ¿Es válido que ocurran este tipo de censura para el “otro lado”?
No es problema de validez. Los dos son válidos. Y los dos sufren la presión de la opinión de la gente. La diferencia ahí es que Muñoz no sufre de la opinión de la mayoría sino que de unos pocos, que intentan viralizar un Whatsapp para que no le compren entradas. Belloni, por el contrario, sufre de la opinión dominante, de la mayoría, y llega a pedir perdón por toda su carrera artística. La opinión pública, la de la mayoría, está influenciando a Belloni, no a Muñoz. Si los concejales llegaran a proponer bajar a Muñoz de la obra de teatro, eso sí sería un intento de censura política.
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