¿Fin a la luna de miel de Vallejo? Los traspiés de la vocera que han tensionado la relación con la oposición
El cuidado y bien evaluado diseño de instalación de la vocera habría encontrado -en esta nueva etapa del gobierno, dicen fuentes del oficialismo-, un punto de tope. Ahora, con Giorgio Jackson e Izkia Siches fuera del comité político y el arribo de la dupla fuerte Ana Lya Uriarte (Segpres) y Carolina Tohá (Interior), la militante comunista quedó más expuesta a las críticas y suma varios impasses que también han llamado la atención del oficialismo.
Su instalación en el cargo sumó casi nulos errores. El cuidado diseño de vocerías que desplegó la ministra Camila Vallejo (Segegob) al llegar a La Moneda la mantuvo lejos de las polémicas que marcaron el ascenso del Presidente Gabriel Boric al poder.
Por el contrario, fue ella, como le corresponde en su rol de vocera, quien varias veces se vio forzada -en esos meses- a tener que salir a dar explicaciones por las crisis desatadas por otros, como la exministra del Interior Izkia Siches o el actual titular de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, entonces en la Segpres.
Por lo mismo, dicen en el oficialismo, la ministra Vallejo fue una de las mejores evaluadas por esos días y no fue un blanco de críticas ni en la oposición ni en el oficialismo. Eso, hasta ahora.
Con el cambio de gabinete, al que se vio forzado el Mandatario tras la derrota del plebiscito constitucional, que implicó ceder el corazón de su comité político al Socialismo Democrático -con la llegada de Carolina Tohá a Interior y Ana Lya Uriarte a Segpres-, los ánimos en el oficialismo y la oposición respecto de la figura de la vocera han variado.
Y eso se ha agudizado, justamente, tras las declaraciones que ha realizado en las últimas semanas. Ayer en el Congreso, cuando la ministra llamó al Senado a respetar los tiempos del Presidente, en relación a depósito del TPP11, los dardos de la oposición apuntaron directamente hacia ella. “Algunos que se han referido críticamente a esta decisión del Presidente, que así como el gobierno respetó y ha respetado la decisión del Senado, ahora le toca al Senado respetar la decisión del Presidente. Así operan las democracias, así opera la división de poderes desde el Estado, cada uno con sus facultades y herramientas y atribuciones constitucionales”, manifestó Vallejo, generando molestia en Chile Vamos, desde donde calificaron sus palabras como a lo menos “inadecuadas”.
En el oficialismo, en tanto, tampoco fueron indiferentes a sus dichos. “No se entiende su ataque gratuito a otro poder del Estado. En vez de apagar el incendio, lo prende”, afirma un legislador del sector, dando cuenta que el malestar por sus intervenciones llegó hasta los partidos de gobierno.
Y si bien en la derecha aseguran que Vallejo hasta ahora no había despertado demasiadas polémicas, ayer se refirieron a ella en duros términos, mientras que esta mañana varios salieron a hacerse eco de una declaración descontextualizada que emitió sobre los testigos que presenciaron el asesinato del sargento Carlos Retamal, para criticarla, como Mario Desbordes (RN) o Sergio Bobadilla (UDI).
“Queremos pedirles a todos y todas que faciliten el trabajo de las policías para dar con el autor de este ataque, que tuvo como resultado el fallecimiento del sargento. Porque nosotros hemos podido de alguna manera no solamente señalar en reiteradas oportunidades que una cosa es la condena de los hechos y otra cosa es la actuación para que haya justicia. Y necesitamos que haya justicia en este caso. No puede seguir impune esta muerte (…). Lo primero que necesitamos es dar con el responsable para que empiece a operar la justicia y luego puedan operar las penas correspondientes. Y para eso necesitamos de la colaboración de todos y todas y sobre todo de los que estuvieron presentes en ese momento. No nos cabe duda que jamás estuvo en sus intenciones, muchos que presenciaron y fueron testigos de los hechos, que terminara una persona fallecida por este procedimiento policial. Así es que esperamos esa colaboración. Nuestro gobierno está y va a seguir trabajando con las policías”, sostuvo ayer desde La Moneda, palabras que -en todo caso- tampoco fueron leídas como claras en algunos partidos oficialistas.
La ministra, de hecho, salió a cuestionar a quienes hicieron un punto político al recortar sus palabras. “El brutal asesinato al sargento Retamal nos horroriza y esperamos que la ley actúe con todo su peso. Recortar mis palabras e insinuar que estoy del lado del agresor es grave, es mentir. Confío que distintos sectores estaremos unidos defendiendo la democracia, la seguridad y la justicia”, afirmó esta mañana.
Sobre el mensaje que emitió Vallejo en torno al TPP11, en La Moneda explican que la lectura que se ha instalado posplebiscito en Palacio apunta a una oposición “envalentonada” que busca debilitar la figura presidencial y que se requiere contrarrestar. “Tenemos que poner límites y esa es una decisión política”, dicen en el gobierno.
“La suma de voluntades de los distintos partidos ha logrado encauzar democráticamente este nuevo proceso constituyente que tendrá un órgano electo, con independientes, PP.OO., paritario y con apoyo de expertas y expertos”, se leía en la publicación, pese a que ese supuesto pacto no era tal.
Si bien en ese momento se explicó que el comentario en la red social no se condecía con la declaración que la ministra había dado en vocería y que no había sido posteado por ella, sino “por sus equipos”, en sectores del oficialismo resintieron que la secretaria de Estado no borrara el mensaje que, en ese momento, crispó el clima entre los negociadores.
Una situación similar se vivió la semana pasada tras una entrevista que Vallejo concedió a The Clinic, la que generó inquietud en Chile Vamos y en sectores del Socialismo Democrático que negocian el acuerdo.
“Hay que resguardar que el proceso constituyente no se transforme en una reforma a la Constitución del 80 hecha por el Congreso”, sostuvo, lo que no habría -según negociadores- ayudado en las tratativas que se llevaban por esos días.
¿Un paso adelante?
En el gabinete algunos aseguran que la ministra Vallejo ha tomado un rol más activo, tras el inicio del denominado segundo tiempo del gobierno.
La percepción -tanto en sectores del oficialismo como en algunos de sus pares del Ejecutivo- es que la secretaria de Estado ha buscado dar un paso al frente tras la llegada de figuras como Uriarte y Tohá, quienes se han dedicado a desplegar sus agendas y no cometen demasiados errores no forzados, como ocurrió con sus antecesores.
Eso se vería reflejado, según esas fuentes, en que la vocera ha buscado más oportunidades para salir a comunicar las buenas noticias de La Moneda, incluso cuando el Presidente ya ha comentado los temas.
Un botón de muestra ocurrió el martes pasado. Pese a que el Presidente Boric y la canciller Antonia Urrejola ya habían salido a valorar en punto de prensa durante la mañana el lugar que ganó Chile para integrar el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, la vocera de todas formas salió a reforzar el mensaje del Mandatario y envió una declaración a la prensa. En Palacio, en todo caso, desdramatizan aquello y aseguran que ese es parte del rol de la vocera.
En el gobierno algunos reconocen que en esta etapa Vallejo ha quedado más expuesta. Sin embargo, otras versiones de La Moneda afirman que su rol es “poner la cara” ante cuestiones que son controvertidas y que el diseño inicial -que implica un estudio acucioso de todos los temas en agenda antes de cada vocería- mantiene sus márgenes. Asimismo, explican esas fuentes, en sus viajes al Congreso la ministra no ha percibido un encono particular con su figura, más allá de las críticas políticas naturales de la oposición.
De todas formas, en Palacio transmiten que el segundo tiempo del gobierno también requiere un segundo tiempo a nivel de los objetivos de la vocería, los que siempre dependen de los contextos políticos y del tono necesario para coyunturas específicas.
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