Futaba, el pueblo golpeado por Fukushima, vuelve a la vida 11 años después del desastre nuclear
Las autoridades japonesas levantaron hoy parcialmente la orden de evacuación que pesaba sobre la localidad, una de las dos que albergan la accidentada central atómica.
A 11 años, cinco meses y 19 días del peor desastre nuclear de Japón, el pueblo que alberga la paralizada planta de energía atómica Fukushima Daiichi finalmente levantó hoy por primera vez su orden de evacuación, mientras el municipio se prepara para el regreso de algunos de sus residentes.
Los residentes de Futaba, localidad ubicada en la prefectura japonesa de Fukushima, fueron desalojados de sus hogares luego del enorme terremoto de 9.0 grados Richter y posterior tsunami que azotaron el noreste de Japón el 11 de marzo de 2011, lo que provocó la fusión de reactores y convirtió el área en inhabitable debido a los altos niveles de radiación.
Futaba permitía desde marzo de 2020 entrar (pero no residir) en un área delimitada en el noreste de la localidad, en momentos en que los expertos aseguraban que los niveles de radiación no excedían los 20 milisieverts por año. Ese nivel es equivalente a dos tomografías computarizadas de cuerpo completo y los organismos internacionales de seguridad recomiendan que sea el límite de exposición anual a la radiación de un individuo, destaca CNN.
Pero a partir de este martes sí se podrá residir en determinadas zonas de Futaba que representan en torno al 15% de su superficie total. Así, se convierte en el último municipio en el que se levantó una orden de evacuación entre los 11 municipios sujetos a tales órdenes a raíz del desastre. Aunque ahora se permite a los residentes regresar a casa, más del 80% del municipio, por superficie, sigue designado como zona de “difícil retorno” por la radiactividad, indicó el diario The Japan Times.
Las partes reabiertas para vivienda están ubicadas cerca de la estación JR Futaba en el área anteriormente céntrica de la ciudad y su noreste, donde se encuentran muchas instalaciones comerciales y públicas, como el Museo Conmemorativo del Gran Terremoto y Desastre Nuclear del Este de Japón.
A finales de julio, 3.574 personas de 1.449 hogares, o más del 60% de la población del pueblo, estaban empadronadas en el área de Futaba donde la evacuación quedó levantaba este martes, pero el número de residentes que participaron en un programa preparatorio iniciado en enero, que les permitió regresar temporalmente, totalizó solo 85 personas de 52 hogares., según recogió la agencia local de noticias Kyodo.
Antes del desastre nuclear, Futaba tenía una población de alrededor de 7.100 habitantes. Luego del 11 de marzo de 2011, la mayoría de los residentes fueron evacuados fuera de la prefectura de Fukushima, junto con las funciones de la oficina del pueblo. Desde entonces, varios de ellos se han asentado fuera de la localidad.
Si bien Futaba tiene como objetivo aumentar su población a 2.000 personas para alrededor de 2030, una encuesta de residentes el año pasado encontró que el 60,5% había decidido no regresar, superando con creces el 11,3% que expresó su deseo de retornar.
“La orden de evacuación se levantó ahora, pero no podemos dar un número concreto de cuántas personas regresarán”, dijo a CNN un portavoz de la oficina municipal de Futaba. “Por supuesto, nos gustaría que la gente regrese y apoyar su capacidad para hacerlo lo mejor que podamos”.
La orden de evacuación se levantó un día después de que Futaba celebrara la reapertura de una caseta policial residencial ubicada aproximadamente a 3 km al noroeste de la siniestrada planta de energía en el municipio. La instalación, que albergará a un oficial, se cerró inmediatamente después del desastre nuclear. “Me gustaría apoyar al pueblo manteniendo la paz aquí para que los residentes puedan regresar sintiéndose seguros”, dijo Hirotaka Umemiya, de 40 años, tras comenzar sus funciones en el pueblo.
El sábado se llevó a cabo otra ceremonia para la apertura de la nueva oficina municipal de Futaba, que se ubicó temporalmente en la ciudad vecina de Iwaki, y sus operaciones comenzarán el 5 de septiembre.
“Zona de difícil retorno”
El levantamiento parcial de la orden de evacuación en Futaba, destaca EFE, se produce dos meses después de que las autoridades permitieran un regreso similar a otra “zona de difícil retorno”, Okuma, la otra localidad que también alberga la accidentada central nuclear y que permanece igualmente cerrada en su mayoría por el mismo motivo.
En el caso de ambas localidades, sostiene The Japan Times, el gobierno planea descontaminar ubicaciones individuales después de confirmar que los residentes tienen la intención de regresar. Se espera que Futaba y Okuma comiencen dicho trabajo en el año fiscal 2024, indica el periódico. Es probable que el regreso de los habitantes ocurra alrededor del año fiscal 2025 o 2026 como muy pronto, considerando el tiempo necesario para la construcción de infraestructura, según un funcionario del gobierno.
Aunque las autoridades dijeron que apuntan al regreso de los residentes a áreas fuera de las bases de reconstrucción y revitalización para fines de la década, las perspectivas no son claras ya que áreas que cubren más de 300 kilómetros cuadrados en siete municipios de la prefectura, incluidos Katsurao, Okuma y Futaba, siguen sujetos a la clasificación de “zona de difícil retorno”, y su rehabilitación sigue siendo incierta.
De hecho, Katsurao, que se encuentra a unos 40 kilómetros de la planta nuclear, reabrió sus puertas a los residentes en 2016, pero algunos hogares aún esperan que se descontaminen sus secciones de la aldea.
Más de 300.000 personas que vivían cerca de la planta nuclear se vieron obligadas a evacuar temporalmente tras el desastre; miles más lo hicieron voluntariamente. Las comunidades que alguna vez fueron bulliciosas se convirtieron en pueblos fantasmas, consigna CNN.
A pesar de los esfuerzos de descontaminación, una encuesta de 2020 realizada por la Universidad Kwansei Gakuin encontró que el 65% de los evacuados ya no querían regresar a la prefectura de Fukushima; el 46% temía una contaminación residual y el 45% se había asentado en otro lugar.
Pese a los temores por la radiactividad, la medida para Futaba se produce cuando Japón muestra un renovado interés en la energía atómica para compensar los precios más altos del petróleo y el gas y el efecto de un yen débil en una nación de escasos recursos naturales, señala la agencia Bloomberg. Si bien la planta de Fukushima en sí permanece inoperable, los niveles de radiación alrededor del sitio han disminuido durante la última década y las órdenes de evacuación se levantan constantemente para las ciudades circundantes.
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