Grover García, el dirigente campesino con quien el MAS “arcista” busca enterrar la “era Evo” en Bolivia
Después de 37 años, el exmandatario Evo Morales perdió el liderazgo del partido gobernante en Bolivia, en un polémico congreso respaldado por su heredero político y ahora adversario, el presidente Luis Arce.
La “era Evo” terminó. Así, con esta consigna, el X Congreso Nacional del Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP), convocado por el “arcismo”, el sector partidario del Presidente de Bolivia, Luis Arce, y celebrado en la ciudad de El Alto el fin de semana, concluyó con la renovación de la dirección nacional de la colectividad oficialista. Con el compromiso de “reconducir” al partido, el MAS-IPSP posesionó a Grover García como nuevo presidente de la formación política, excluyendo así al expresidente del país (2006-2019) y hasta hora líder del partido, Evo Morales.
Durante el nombramiento, Arce afirmó que “estas importantes decisiones consolidan la refundación del MAS-ISPS y demuestran que el proceso de cambio no tiene dueño”. Por otro lado, el presidente se pronunció en sus redes sociales con el siguiente mensaje: “Nunca más nuestro Instrumento Político debe ser utilizado para saciar las aspiraciones de una persona o de un grupo”, aunque sin mencionar a Morales, quien lideró el MAS durante 37 años.
El nuevo presidente de la formación, sin embargo, sí que mencionó a Morales. “Evo Morales es el expresidente, hay un nuevo presidente que es mi persona”, dijo a Grover García. Asimismo, aseguró que la nueva directiva apoyará de forma “contundente” la gestión de Luis Arce e indicó que en 90 días habrá un congreso para “refundar” el partido y cambiar sus estatutos. Dicho congreso estatutario busca abrir el camino para consolidar candidaturas rumbo a las elecciones de 2025 en Bolivia.
“Hoy quiero decir a toda la población (...) tenemos que construir una patria nueva, no para algunos, sino para todos. Hoy deben terminar la dedocracia, la imposición y el prebendalismo. A la cabeza de nuestras organizaciones matrices la lucha continua, para todos los bolivianos y no solo para algunos”, afirmó García en su primer discurso como presidente del MAS-IPSP “arcista”.
“Yo no puedo estar con Evo Morales, él es un expresidente que seguramente debe estar en el Chapare, nosotros vamos a trabajar con las organizaciones sociales y vamos a apoyar de forma contundente la gestión de Lucho (Arce)”, insistió.
Según el diario Correo del Sur, durante el congreso “arcista” la comisión de política del MAS pidió que el nuevo Tribunal de Disciplina y Ética expulse a las autoridades y dirigentes que “generan división y paralelismo dentro del partido” y en las organizaciones sociales: los principales señalados fueron Evo Morales y toda su cúpula de seguidores.
Morales y sus seguidores calificaron como “ilegal” el congreso impulsado por el gobierno, alegando que solo el exmandatario podía convocarlo.
Horas antes, Evo había advertido que será candidato presidencial del partido para las próximas elecciones presidenciales de 2025 “a las buenas o las malas” y llamó a sus bases a “movilizarse” para “defender la democracia”. El bloque del MAS leal a Morales convocó su propio congreso para el 10 de julio en Villa Tunari, en el Trópico de Cochabamba, su bastión político y sindical.
Pero, ¿quién es Grover García? Actualmente, el nuevo rostro del MAS “arcista” ocupa la dirección de la Institución Pública Desconcentrada de Pesca y Acuicultura (IPD-PACU), dependiente del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, destaca el medio local Opinión.
García, de la localidad de Tiraque, en Cochabamba, llega como representante de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), organización afín al gobierno de Arce. En el pasado fue presidente y vicepresidente de la Dirección Departamental del MAS de Cochabamba. Entre los cargos públicos, también fue alcalde del municipio de Tiraque y ahora está a la cabeza del MAS-IPSP renovadores.
El 27 de abril, el secretario ejecutivo de la Federación Única de Campesinos de Cochabamba, Richard Vallejos, anunció que habían elegido como precandidato a dirigir el MAS a García, por su trayectoria sindical y por cumplir los requisitos como militante del MAS.
Sin embargo, después de que los “arcistas” escogieran a Grover García como presidente del MAS, el ala “evista” respondió desconociendo esta elección y señaló que el dirigente no cumple con el requisito de años de militancia que fija el estatuto del partido oficialista.
En Cochabamba, los “evistas” mostraron documentos para señalar que García figura como militante del MAS desde 2018, pero indicaron que debiera tener 10 años de militancia para ser dirigente nacional de la colectividad. Además, denunciaron que el nuevo presidente del MAS es funcionario del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras.
La nueva dirección del partido azul también está integrada por Julia Ramos, como vicepresidenta. La dirigenta tarijeña llega a la cúpula azul desde la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia “Bartolina Sisa”. En las elecciones de 2005 ganó una diputación por el MAS y cinco años después, el entonces presidente Evo Morales la posesionó como ministra de Desarrollo Rural y Tierras. Según el diario El Deber, Ramos también estuvo en la cárcel acusada por el desfalco del Fondo Indígena. En diciembre de 2015 fue enviada a la cárcel de Obrajes, de donde salió a cumplir detención domiciliaria dos años después, en diciembre de 2017.
El tercero al mando es el paceño Fidel Surco, quien arriba a la dirección azul desde la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales de Bolivia. Es la segunda vez que ocupa la vicepresidencia del MAS, cargo en el que duró menos de dos semanas y fue reemplazado por Gerardo García, el segundo a bordo tras Evo Morales. En 2011 fue secretario ejecutivo de la otrora Confederación Sindical de Colonizadores de Bolivia (CSCB), lo que se conoce en la actualidad como Confederación Sindical Única de Comunidades Interculturales de Bolivia. Surco también llegó al Parlamento de Bolivia en 2010 como senador por el MAS.
El MAS quedó dividido hace casi dos años entre seguidores de Morales y de Arce, y ambos bloques han convocado a congresos. El trasfondo de la disputa es la nominación presidencial del MAS de cara a las elecciones del próximo año. El partido ha dominado la política boliviana por 18 años. De acuerdo con la ley, una agrupación política solo puede postular a un candidato.
En declaraciones a la cadena alemana Deutsche Welle, Marcelo Arequipa, politólogo y docente de la Universidad Mayor de San Andrés, afirmó que se ha llegado a un “punto de no retorno” y que el congreso del fin de semana “marca un antes y un después del Movimiento al Socialismo”.
A su juicio, Evo Morales no está haciendo una lectura adecuada de la situación, se ha alejado de gran parte de las organizaciones sociales y está más próximo al aparato político partidario. “Creer que eso basta para tener éxito dentro del MAS es equivocado, porque el Movimiento al Socialismo no es un partido político tradicional. Tiene una dinámica distinta”, explicó el experto. En su opinión, “Morales perdió en parte apoyo en las organizaciones sociales porque no tiene nada que ofrecer. Su figura definitivamente se ha desmoronado, aunque aún tiene el apoyo de las confederaciones cocaleras”.
“Ahora tenemos un gobierno del MAS que ataca permanentemente a Evo Morales y su gestión. Desde su propio partido se está poniendo en cuestión y socavando la percepción sobre la gestión de su gobierno”, agrega Jan Souverein, director de la oficina en La Paz de la Fundación Friedrich Ebert (FES), cercana al partido socialdemócrata alemán.
Los analistas concuerdan, en todo caso, en que la disputa que sacude al MAS no es de carácter ideológico. “No hay diferencias de fondo en el proyecto político. La línea que persigue Luis Arce es muy parecida a la que persigue Evo Morales, tanto en la política exterior como en la política económica y la social”, comentó Souverein a Deutsche Welle.
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