Kibutz de Kfar Aza, el epicentro de la ira de Hamas: “Mataron a familias en sus camas”
Ubicado a dos kilómetros de la frontera con Gaza, la pequeña población agrícola fue el epicentro de uno de los peores ataques contra civiles israelíes en lo que va de conflicto. Familias asesinadas al interior de sus casas y en las calles de Kfar Aza fueron parte del escenario que encontraron periodistas y soldados una vez recuperado el kibutz.
En el kibutz de Kfar Aza, antaño un pequeño pueblo agrícola paradisíaco al que decenas de miles de israelíes iban a pasar sus días esperando seguridad y tranquilidad, hoy numerosos medios internacionales señalan que lo primero que notas al entrar es el olor a muerte y las bolsas con cuerpos tirados en el suelo, algunas con traje de combate israelí y otras con ropa de miliciano de Hamas.
Allí el calor se entremezcla con el hedor de la muerte, detallaron Haaretz, Reuters y The Associated Press, tres de los medios que visitaron la zona este martes. Pero la escena, que bien podría configurar el panorama de una pintura de Goya, escondía al interior de las pintorescas casas otro cuadro igual de dramático: los cuerpos de familias enteras, incluidos niños, yacían en sus camas, salas de estar y cocinas. Según los cuerpos de rescate israelíes, se han encontrado más de 100 cuerpos, consignó The Guardian.
“Madres, padres, bebés, familias jóvenes asesinados en sus camas, en el comedor, en su jardín”, dijo a los medios presentes el general de división Itai Veruv, un veterano de 39 años del Ejército israelí que dirigió las fuerzas que se enfrentaron y repelieron a los milicianos que atacaron el pueblo. “No es un campo de batalla. Es una masacre”. La frase recorrería el mundo en los titulares de numerosos periódicos.
Según el medio israelí Haaretz, la masacre en Kfar Aza podría convertirse en el escenario de la peor matanza en una comunidad judía “desde el inicio de la empresa sionista. La infame masacre de Hebrón en 1929, donde fueron asesinados 67 judíos, palidece en comparación”, rememoró el periódico.
Fue también aquí donde se afirmó que había niños y civiles decapitados, en una declaración que suscitó especial preocupación en un contexto ya muy delicado de informes de asesinatos a mansalva y de secuestros de civiles.
El propio Veruv dijo que entre las víctimas había algunas decapitadas. “Nunca he visto algo así, y he servido durante 40 años”, señaló a Reuters. Davidi Ben Zion, comandante adjunto de la Unidad 71, también dijo a BBC que había personas con sus cabezas cortadas.
“Los mataron y cortaron algunas de sus cabezas, es algo espantoso de ver... y debemos recordar quién es el enemigo y cuál es nuestra misión, (por) la justicia donde hay un lado correcto y todo el mundo tiene que estar detrás de nosotros”, aseveró.
El propio ministro de Defensa de Israel hizo alusión a la supuesta decapitación de civiles durante un discurso a las tropas fronterizas donde anunció que el Ejército se encaminaba hacia una “ofensiva completa” en Gaza, detalló El País. “Quienquiera que venga a decapitar, asesinar mujeres y supervivientes del Holocausto será aniquilado, con nuestra máxima fuerza y sin transigir. Lo que hemos visto en las localidades era una masacre. Saldremos victoriosos de las batallas”, dijo, según medios israelíes.
Tanto CNN como El País no pudieron confirmar la forma en que murieron, puesto que miembros del Ejército se negaron a entrar en detalle. Sin embargo, este miércoles Tal Heinrich, el portavoz del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, confirmó que bebés y niños fueron encontrados con sus “cabezas decapitadas”, informó CNN
Hamas, por otra parte, desechó la acusación de haber decapitado civiles mediante una declaración. “Afirmamos firmemente la falsedad de las acusaciones inventadas y propagadas por algunos medios de comunicación occidentales que adoptan la narrativa sionista, incluida la afirmación de matar niños, decapitar y atacar a civiles”, donde esta última afirmación es claramente falsa, considerando los numerosos asesinatos de civiles incluso registrados en video.
Secuelas de un asalto feroz
Ubicada al sur de Israel y a poco más de dos kilómetros de la frontera norte de Gaza, Kfar Aza es uno de los muchos kibutz cercanos a la Franja donde Hamas inició su ataque la madrugada del sábado pasado. Según BBC, es probable que la matanza se haya dado en las primeras horas del asalto.
Los 750 habitantes del kibutz de Kfar Aza, una cooperativa agrícola fundada en 1951, solo tres años después de la fundación de Israel, despertaron ese sábado con sonidos de disparos, bombas y gritos. Se estima que unas 125.000 personas viven en estas pequeñas comunidades, cifradas en 250 en toda Israel, según la Agencia Judía para Israel.
Pese a su cercanía con Gaza, lugar controlado de facto desde 2007 por Hamas, los kibutz han sido sinónimo de tranquilidad, buena vida y seguridad, detalló CNN. Pero todo cambió el sábado, no solo para Kfar Aza, sino para varios de ellos, como Be’eri, Ofakim, Sderot, Yad Mordechai, Yated, Kissufim y Urim.
Cuando la prensa llegó a Kfar Aza este martes, todavía se apreciaban rastros del ataque. Casas incendiadas, muebles destrozados e incluso granadas de mano sin detonar aún rodaban por las calles ahora tomadas por las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés). Pero también quedaban bolsas para cadáveres en las calles. Eran las de los milicianos de Hamas. Las de los civiles y soldados caídos ya habían sido retiradas en su mayoría hacia la sinagoga local, donde colocaban etiquetas con nombres, informó The Associated Press.
Otro reportero de la misma agencia vio al menos 20 cadáveres de combatientes de la agrupación islamista, muchos de ellos hinchados y desfigurados, mientras, a la distancia, aún sonaban explosiones y disparos.
Miembros de las IDF dijeron a CNN que los cuerpos de civiles israelíes fueron “brutalmente masacrados en una forma de actuar propia de ISIS”. Ni siquiera las salas de seguridad instaladas en muchas de las casas fueron rivales para los terroristas de Hamas, quienes explotaron con facilidad las puertas, dejando cuerpos tirados tanto al interior de las casas como en el exterior, detallaron a la prensa internacional.
Según Itai Veruv, sus soldados estuvieron luchando contra “oleadas y oleadas de terroristas” durante 48 horas en las carreteras y comunidades aledañas a Kfar Aza. “Vi a cientos de terroristas con armadura completa, con todo el equipo y toda la capacidad para hacer una masacre, ir de departamento en departamento, de habitación en habitación y matar a bebés, madres, padres en sus dormitorios”, aseguró.
“Durante mi infancia oí hablar de los pogromos en Europa, del Holocausto, por supuesto. Toda mi familia vino de Europa, son sobrevivientes. Pero nunca pensé que vería... cosas así”, agregó.
Avidor Schwartzman, un sobreviviente al ataque, relató su cruda experiencia a distintos medios. “Había cuerpos por todos lados. Cuerpos sin vida por todos lados”. El hombre, de 38 años, se mantuvo escondido durante 20 horas junto a su esposa e hija, para luego ser rescatado por los soldados. “Vimos que nuestro pedacito de paraíso, nuestro pedacito de cielo, estaba totalmente quemado, quemado y con sangre por todas partes”.
Para el martes por la tarde aún continuaban los trabajos de limpieza, explicó el medio israelí Haaretz, puesto que soldados aún revisan casa por casa para asegurar la ausencia de milicianos escondidos al interior del pueblo. Otro escuadrón se encarga de desactivar explosivos, retirar las granadas de mano y los lanzamisiles RPG que aún se veían en las calles.
El ataque a este y otros pueblos, así como el asesinato de civiles israelíes, tuvo como consecuencia el ataque aéreo de Israel contra la Franja de Gaza. Según BBC, si bien “está claro que el asesinato de cientos de civiles por los atacantes de Hamas es una grave violación de las leyes de la guerra”, aún queda por dilucidar si la respuesta del gobierno de Netanyahu se ajusta al derecho internacional.
“Los israelíes rechazan cualquier comparación entre la forma en que Hamas mata a los civiles y la forma en que los civiles palestinos mueren en sus ataques aéreos”, consignó la cadena británica.
La cronología del ataque
Cerca de las 6:30 de la mañana del sábado, la vida de cientos de ciudadanos del pueblo cambió para siempre. Soldados y oficiales israelíes dijeron a Haaretz que el ataque se inició tras la violación de al menos tres sectores de la valla fronteriza cercana al kibutz.
Desde allí, decenas de terroristas pertenecientes al batallón Shuja’iyya de Hamas llegaron a Kfar Aza montados en motos, vehículos, un ala delta, en parapentes o simplemente a pie. Muchos de estos medios de transporte seguían a plena vista, relataron los periodistas que llegaron al lugar, invitados por las fuerzas israelíes durante este martes.
El Ejército, sorprendido por el asalto, llegó 12 horas después del inicio del ataque, explicó a BBC el experimentado paracaidista y comandante adjunto de la Unidad 71, Davidi Ben Zion.
En cambio, quien intentó contener la primera embestida fue la guardia del kibutz, residentes civiles con experiencia militar que patrullaban la zona. Todos habrían muerto luchando contra los milicianos, detalló el mismo medio.
Veruv, el general de división que luego llegó a contener el asalto, cifró en unos 70 hombres armados los que entraron al kibutz, consignó Reuters.
Un reservista consultado por la misma agencia -que declinó a entregar su nombre al no estar autorizado a hablar con la prensa- señaló que los militantes de Hamas llegaron armados con fusiles Kalashnikov, granadas propulsadas por cohetes y granadas de mano.
El mayor Doron Spielman, un portavoz militar, comparó la escena con los atentados del 11 de septiembre de 2001, en Estados Unidos. “Recuerdo haber vivido el 11-S y despertarme al día siguiente, a la semana siguiente, y todo había cambiado”, dijo a Reuters. “Otra vez lo mismo. Pero peor porque somos un país muy pequeño”.
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