La breve y turbulenta luna de miel de Liz Truss: el supuesto complot “tory” para sacarla del poder en Reino Unido
Pese a la salida de su ministro de Finanzas este viernes, la premier británica enfrenta la presión del Partido Conservador por su polémica reforma fiscal. Rishi Sunak y Penny Mordaunt, sus exrivales en la carrera para reemplazar a Boris Johnson, liderarían fórmula para desplazarla del cargo a poco más de un mes de asumir.
En teoría, los primeros meses de cualquier gobierno entrante son considerados como uno de los mejores tanto en aprobación de la opinión pública como en las políticas públicas impulsadas. De ahí que este período sea conocido como “luna de miel”. En el caso de Liz Truss, la primera ministra de Reino Unido, la situación parece ser absolutamente la contraria.
Su polémico “mini-presupuesto”, política fiscal con la que la líder del Partido Conservador buscaba sacar del estancamiento a la economía británica, se ha convertido en la medida que amenaza con sacarla del poder a poco más un mes de acceder al cargo, debido a presiones dentro de su propia colectividad.
El diario londinense The Times reveló un supuesto plan impulsado por Rishi Sunak y Penny Mordaunt, los contendores de Truss en la carrera por el puesto de premier cuando Boris Johnson dimitió, para lograr la renuncia de la actual gobernante británica. La opción fue, de momento, descartada por la propia líder conservadora, asegurando que está “absolutamente decidida a cumplir lo que prometí: lograr un Reino Unido más próspero y de mayor crecimiento para superar la tormenta que enfrentamos”. Sin embargo, diversos medios locales aseguran que la renuncia de su ministro de Finanzas fue la moneda de cambio para lograr mantenerse en el poder.
La crisis por la reforma fiscal
“Un nuevo enfoque para una nueva era” fue la desafortunada frase que Kwasi Kwarteng, quien fuera ministro de Finanzas hasta este viernes, dijo ante los preocupados miembros del Parlamento días después de lo que muchos catalogaron como una debacle financiera generada por su plan fiscal.
Bajar el tramo más alto del impuesto sobre la renta, desde el 45% al 40%, en lo que se traducía en una considerable disminución del gravamen que el sector más rico del país paga, fue la gran piedra que se puso en el camino de Truss y Kwarteng. No era la única medida, pero fue la que trascendió entre enemigos y aliados, decantando en la salida del ministro de Finanzas este viernes.
“Reducir los impuestos es lo correcto desde el punto de vista moral y económico. Moralmente, porque el Estado no gasta su propio dinero, sino el de los ciudadanos. Económicamente, porque si la gente conserva más de su propio dinero, se inspira para hacer más de lo que sabe hacer. Esto es lo que hace crecer la economía”, dijo la premier defendiendo su política, para luego dar pie atrás y revertir parte importante de sus medidas.
“Está claro que la abolición de la tasa del 45% se había convertido en una distracción en nuestra misión primordial de abordar los desafíos de nuestro país. Como consecuencia, no seguiremos adelante con su abolición. Lo entendemos, y hemos escuchado”, manifestó luego. Pero el daño político y económico ya estaba hecho.
Tras el anuncio, la libra esterlina cayó a mínimos históricos, cotizándose en 1,1 dólares estadounidenses. El FMI aseguró que los estímulos tributarios diseñados por Downing Street eran “inapropiados”, especialmente bajo “la presión inflacionista que asola a la economía británica”.
La medida también fue criticada por todos los sectores políticos. Laboristas y Conservadores, así como The Guardian y The Economist, concordaron en lo equivocado del movimiento. No solo desde una vereda económica, sino que también desde la política.
La caída de Kwarteng es leída como un desesperado intento por mantener su gobierno conformado hace poco más de un mes a flote, lo que fue acompañado de un paso atrás en algunas medidas, como lo era su plan para eliminar el aumento planificado del impuesto de sociedades del 19% al 25%, medida que ahora mantendrá en su tasa actual -abandonando así uno de sus principales compromisos-, pero manteniendo otros, como los recortes sociales.
“Está claro que partes de nuestro mini-presupuesto llegaron más lejos y más rápido de lo que esperaban los mercados”, dijo Truss según CNN. “Necesitamos actuar ahora para tranquilizar a los mercados sobre nuestra disciplina fiscal”, agregó.
“Candidato de unidad”
Pese a todos los malabares políticos realizados por la premier, dentro de su partido se estaría gestando un movimiento para sacarla del poder cuanto antes. Encuestas públicas y otra interna demuestran niveles de rechazo a la figura de Truss peores que los que se registraron con el entonces primer ministro, Boris Johnson.
Se especuló incluso que la líder conservadora podría haber renunciado este viernes, información que fue descartada por la propia Truss. “Ya hemos entregado la garantía del precio de la energía, asegurándonos de que las personas no enfrenten facturas enormes este invierno”, aseguró tras reafirmar que se mantendría en el poder, según la BBC. Pero el movimiento interno de los “tories” parece querer otra cosa.
Según el diario británico The Times, miembros influyentes al interior del Partido Conservador, incluidos exprimeros ministros, estarían manteniendo conversaciones lideradas por los exrivales de Truss en la campaña por el cargo de premier: Rishi Sunak y Penny Mordaunt. La opción sería levantar un “candidato de unidad”.
YouGov realizó un sondeo que reveló que el 43% de las personas que votaron por Truss para suceder a Johnson en las últimas elecciones, ahora quieren que sea expulsada del cargo por los parlamentarios, mientras que el 62% cree que tomaron la decisión equivocada al elegirla como líder.
“Una coronación no será tan difícil de organizar. En 2019 los candidatos necesitaban ocho diputados para entrar en la papeleta. Este año necesitaban 20. La próxima vez será lo que sea necesario para que un solo candidato lo consiga”, dijo al medio británico un “tory” de alto rango.
Son entre 20 y 30 los exministros y miembros destacados dentro del partido los que están buscando la forma de abordar con Truss la posibilidad de que renuncie a través de un “consejo de ancianos” como mediador, detalló The Times.
“La gente de Rishi, la gente de Penny y los partidarios sensatos de Truss que se dan cuenta de que es un desastre tienen que sentarse juntos y decidir quién es el candidato de la unidad. O bien Rishi como primer ministro con Penny como su suplente y secretaria de Asuntos Exteriores, o bien Penny como primera ministra con Rishi como canciller. Prometerían dirigir un gobierno de todos los talentos y la mayoría de los diputados se sumarían a ello”, aseguró un parlamentario que pidió mantener resguardada su identidad.
Según las normas del Comité 1922, institución que ordena al Partido Conservador, se debe esperar a que un premier esté un año en el poder para llevar a cabo una votación de confianza, lo que eventualmente podría llevar a la dimisión del líder político. Sin embargo, si un alto número de parlamentarios presiona al presidente del Comité, Sir Graham Brady, no se descarta que el escenario se dé antes de lo presupuestado.
¿Puede Liz Truss sortear el complejo escenario político que enfrenta? Esa parece ser la pregunta que analistas, e incluso tabloides británicos se hacen. Daily Star ironizó con la pregunta creando un video Live en YouTube preguntándose quién sobrevivirá, la premier o una lechuga. El video en vivo muestra una foto de Truss y a un vegetal con ojos de adorno, cuestionando ácidamente sobre quién perecerá primero: la lechuga o la primera ministra.
En clave formal, el medio Analysis se hace la misma pregunta, y consultaron a un exministro sobre las posibilidades de que Truss se mantenga en el poder. Su respuesta fue que la conferencia donde aseguró que se mantendría en el poder fue “horrible”, y agregó que “no se vio como una mujer que está luchando contra la adversidad… No hay mucho espacio para el optimismo”.
Distintos periodistas que cubren política británica parecen coincidir con el análisis del exministro. La reportera de Bloomberg, Kitty Donaldson, aseguró que “fue una de las conferencias de prensa más extraordinarias a las que he asistido en 20 años de reportaje político. Sin detalles, sin apenas preguntas y con pausas muy largas de un primer ministro visiblemente ansioso”, para luego agregar que “si esperaba calmar a los parlamentarios ‘tories’, la actuación de esta tarde no ha ayudado. Los conservadores moderados predicen ahora que Truss se irá en semanas, si es que no en días”.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.