“La Constitución lo permite”: Las alternativas que tiene Lavín (Matthei y Jadue) para ser candidato a alcalde y presidencial al mismo tiempo
Si el 5 de mayo se inscriben para las primarias presidenciales 2021, 19 días después tendrían que asumir -bajo esa condición- un nuevo período en sus alcaldías, en caso que repostulen y logren reelegirse. Legalmente un postulante a la Presidencia solo está obligado a renunciar a otro cargo cuando asume; otra cosa son los reparos éticos. Ante esto, el edil de Las Condes podría echar mano a permisos sin goce sueldo y otras herramientas hasta por cuatro meses.
“En todo caso hay un punto, la Constitución actual lo estableció -y lo quiero decir porque se dijo aquí el domingo pasado-, que ser candidato presidencial no es incompatible con ningún cargo”.
Esta frase suya pasó casi desapercibida entre los estertores del fin de semana largo, pero antenoche (Estado Nacional, TVN) Joaquín Lavín entró así por primera vez al principal acertijo del laberinto de plazos legales y elecciones que tiene por delante: repostular a alcalde de Las Condes, eventualmente ganar, y al mismo tiempo estar ya involucrado en la campaña presidencial 2021. Esta encrucijada está sobre la mesa hace meses en la UDI, y hasta ahora él ha jugado la carta de declarar solo su interés explícito a la municipal y dejar la otra bajo una nebulosa verbal.
Pero el domingo abrió la puerta a ese debate. Y dijo más. Por ejemplo, aludió a por qué se le permitiría seguir como alcalde hasta el final, diciendo que “creo yo que, en el fondo, la Constitución dice que el cargo de Presidente es tan relevante, que hay que elegir a la persona que Chile crea es la más conveniente en el momento preciso, sea alcalde, sea intendente, sea senador, sea lo que sea".
Lo hizo en parte “porque se dijo aquí el domingo pasado”, contestándole a José Antonio Kast (que había ido al mismo programa) sin nombrarlo; el líder de Republicanos ha criticado lo poco presentable que sería ser reelecto y luego dejar la municipalidad para ir tras La Moneda, y en eso ha basado hasta ahora su campaña su retador a Las Condes, Gonzalo de la Carrera. Pero incluso si ellos no lo hubiesen cuestionado, el asunto ya lo tenían claro desde la jefa gremialista Jacqueline van Rysselberghe para abajo.
“Es completamente legítimo que le pidamos (a Lavín) que asuma un desafío presidencial por lo menos a las primarias. Pedirle esto significaría pedirle que no vaya a la reelección de alcalde”, dijo ella el 5 de mayo, hace más de cuatro meses. Ante una nueva consulta, esta mañana declinó volver a entrar en el punto. Pero entonces la UDI sí hizo ver -en boca de su secretario general Felipe Salaberry- que “luego del cambio electoral hay una reducción en los tiempos y él deberá evaluarlo, en conjunto con nosotros, cuál es el mejor escenario”. Esta mañana, en la mesa del partido comentaban que primero tienen que conversar con él para saber qué planes tiene para encarar este mapa.
En los equipos de Lavín ya tienen unas cuantas ideas sobre la mesa, o al menos a qué herramientas legales puede recurrir. Y siempre según algunos supuestos que manejan hace meses. Uno, que el mismo marco normativo se le aplica a las y los alcaldes que también tengan pretensiones presidenciales, es decir, a la también UDI Evelyn Matthei en Providencia y al PC Daniel Jadue en Recoleta. Y dos, que apuestan a que en esto el margen de maniobra político del edil de Las Condes pueda “netearse” con el de Recoleta, o que al menos éste no lo critique por eso.
Recordemos que los dos ya tienen historia con esa entrevista conjunta que dieron en Qué Pasa (“Me van a pasar al Tribunal Supremo por esta foto” dijo el UDI entonces), y el mismo Lavín recalcó antenoche que “Daniel Jadue ha sido un muy buen alcalde”, que “en su aspecto alcaldicio valoro muchas cosas”, aunque “en su ideología es una persona más polarizadora”.
Dicho esto, la situación es la siguiente. Hasta ahora, Lavín cumpliría con su primera meta volante: saltarse las primarias municipales de noviembre, a las que no se está inscribiendo el 30 de este mes porque es bien poco probable que las haya en Las Condes. De la Carrera dice estar decidido a competir en las elecciones del 11 de abril y que “habría ido feliz a primarias, en la medida de que Lavín se comprometa con un documento ante notario de que si gana, ejerza el cargo y se olvide de una candidatura presidencial, porque si no es tomarle el pelo a los vecinos de Las Condes”.
Al parecer, Jadue tampoco encararía primarias, para las que por lo demás tendría que haber un pacto en la oposición que hasta ahora no se ve factible. En el PS dicen tener inscrito internamente al militante José Salas, pero sinceran que buscan unir y no dividir, y si no hay acuerdo, pues está el viejo recurso de los pactos por omisión municipal.
Pero el dilema no se desactiva con eso. A Lavín (y al resto) se le van a cruzar las fechas si mantiene ambas aspiraciones. El 11 de enero tendrá que inscribirse como candidato a alcalde para las elecciones del 11 de abril. El 5 de mayo tendría que inscribirse, pero para las primarias presidenciales (5 de julio). Eso quiere decir que si logra reelegirse como alcalde, asumiría un nuevo período el 24 de mayo... 19 días después de que ya sean públicas e innegables sus aspiraciones a La Moneda.
Y tampoco es que las siga negando tanto. Antenoche también dijo, en respuesta a la evidente colisión de metas, que “pero si soy serio, por eso le digo, hoy soy alcalde, quiero seguir siendo alcalde, quiero contribuir desde ahí, y sí, quiero seguir contribuyendo y sí tengo un planteamiento para Chile, que es el Apruebo, un sueño de país, la integración social, y tengo una fórmula, que es el gobierno de convivencia nacional; veremos qué pasa”. Con eso último aludió a su tesis de que si estaría disponible a postular a La Moneda si es que su sector está dispuesto a una hipotética administración que no sea exclusivamente de derecha.
Insistió que lo de “convivencia nacional” es un “planteamiento despersonalizado”. Pero también reiteró que “la Constitución lo permite, pero yo me veo en la elección de alcalde”.
En su círculo dicen que este último punto requiere ser explicado mejor, dado que han detectado que en algunos sectores de la derecha los están “confundiendo” con un “gobierno de unidad nacional”, que no es -dicen- lo que plantea Lavín, sino que pactar transversalmente apoyos para proyectos o reformas puntuales, dado que ningún bando tendría 2/3 en un nuevo Congreso.
¿Qué herramientas hay?
Volviendo al dilema de las fechas, lo que ven en el lavinismo es lo siguiente. Que el alcalde podría mantenerse en el cargo y evitar verse forzado a renunciar, ya que la ley lo obliga y también lo habilita para marginarse temporalmente en al menos dos instancias.
La primera corresponde al mes previo a la elección municipal (11 de marzo al 11 de abril). “En el caso que un alcalde postulare a su reelección o a su elección como concejal en su propia comuna, se procederá a su subrogación en conformidad con el inciso primero del artículo 62, desde los treinta días anteriores a la fecha de la elección y hasta el día siguiente de ella. En todo caso, durante el período señalado, el alcalde conservará su remuneración y la atribución de participar en las sesiones del concejo con derecho a voz y voto", dice el inciso tercero del artículo 107 de la Ley 18.695.
Pero además tiene, calculan los suyos, hasta cuatro meses más en la reserva. Como funcionario público, puede pedir permiso sin goce de sueldo “por motivos particulares, hasta por tres meses en cada año calendario”, como dice el artículo 109 de la Ley 18.883. A eso podría sumar vacaciones y días administrativos, y tener todo ese margen para ausentarse de la alcaldía en plena campaña presidencial.
A Lavín, dicen los suyos, le preocupa hoy lo que viene después del 25/O y especialmente en abril, ya que para él es relevante que los planteamientos que ha hecho de cara a una nueva Constitución se traduzcan en contenidos que sean defendidos por los futuros convencionales. Después del referéndum, detallan, él podría comenzar a centrarse en contenidos; está en duda si acaso también hará o no un “casting de candidatos”.
Pero sí creen que pasará lo siguiente. Que esos treinta días que la ley le obliga a ser subrogado antes de la elección de abril los aprovechará también para concentrarse en la campaña de elección de delegados al órgano constituyente.
Aún queda por verse si podrá o no surfear todas estas fechas indemne a las críticas políticas.
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