La “Señora K” peruana: Los detalles del libro que desnuda el perfil de Keiko Fujimori

En mayo pasado, la líder opositora y dos veces candidata presidencial de Perú, Keiko Fujimori, salió de prisión después de tres meses detenida por el escándalo de la constructora brasileña Odebrecht en virtud de un fallo de un tribunal de apelaciones y previo pago de una fianza de US$ 20.000.

Era la segunda vez que Keiko, hija del detenido expresidente Alberto Fujimori, pasaba por el tránsito de ser encarcelada y luego liberada desde que se vio envuelta en la investigación. En noviembre había sido excarcelada después de cumplir 13 meses de detención preventiva, solo para ser devuelta a prisión cuando los fiscales presentaron nuevas pruebas.

Ahora la líder del partido Fuerza Popular vuelve a hacer noticia. Pero no precisamente por sus líos judiciales. Este domingo se presenta en la jornada de clausura de la edición virtual de la Feria Internacional del Libro de Lima la obra “Señora K: Ni víctima ni heroína” (de Ediciones Crisol y 50+1), que gira en torno a la política de padre de ascendencia japonesa, que hoy está bajo comparecencia restringida (una especie de libertad condicional) en medio de las investigaciones por el caso Odebrecht.

Se trata del tercer libro de la colección Segunda Vuelta, de Ediciones Crisol y 50+1, que forma parte de una serie de Actualidad Política Peruana. El director de la colección, el analista político Carlos Meléndez, explica a La Tercera que la obra “es el primer perfil que se escribe sobre ella como protagonista”. “Más que una biografía o un perfil o un expediente policial, este volumen es un mosaico que intenta explicar a una de las figuras políticas más presentes en el ojo público del Perú contemporáneo”, escribe en el prólogo de “Señora K” la editora en la corresponsalía de Ciudad de México de The New York Times, Elda Cantú.

“Se trata de cuatro capítulos sobre cuatro momentos de la vida de Keiko Fujimori”, señala Meléndez. “Es un libro que aporta un análisis diverso y complejo sobre a una de las figuras más polémicas y polarizadoras de la política peruana, desde una mirada periodística y académica”, comenta a La Tercera Beatriz Llanos, una de las autoras de la obra junto a Valerie Vásquez de Velasco, Ariana Lira y Mabel Huertas.

“Cada capítulo configura un espejo en el cual mirar cuatro momentos de la historia política de Keiko Fujimori: la construcción de su yo personal y político, el impulso de su nuevo proyecto partidario bajo la sombra del fujimorismo paterno, el impacto del escándalo de financiamiento privado de su campaña presidencial en 2011 en las reglas institucionales que regulan la relación dinero y política en el país y el propio diseño epistolar de su imagen -entre lo familiar y político- una vez en la cárcel”, destaca Llanos.

El primer capítulo, titulado “Curriculum Vitae”, lo escribe la periodista Valerie Vásquez de Velasco y es sobre Keiko Fujimori entrando a Palacio en 1990 cuando su padre es elegido presidente y va hasta el 2000 cuando Alberto Fujimori abandona el poder y se va a Japón. “Buscamos a las fuentes más cercanas a Keiko. Personas que vivieron con ella sus años en Palacio, la década de los 90. Testimonios que nos llevan a conocer lo que vivió con su madre, su padre, Vladimiro Montesinos (el asesor presidencial de Alberto Fujimori) y Ana Vega, su propia asesora. Así entendemos un poco de lo que pasaba por la mente de la adolescente, hija del dictador, que terminó siendo política”, comenta Vásquez de Velasco a La Tercera.

En “Damnatio Memoriae”, el segundo capítulo del libro, la periodista Ariana Lira ahonda sobre la Keiko en campañas electorales, la del 2006 al Congreso, la del 2011 y el 2016 a la presidencia. “Este capítulo resume la vida política de Keiko desde que, a los 19 años, se vio obligada a entrar en el terreno del poder, adquiriendo luego una autonomía que la llevó a romper de manera tajante con el legado de su padre”, detalla su autora a este medio. “Pero, pese a ello, en la familia Fujimori la política y la familia no lograron nunca caminar por cuerdas separadas”, agrega.

En el tercer capítulo, que lleva por nombre “Un cóctel explosivo”, su autora, la abogada y doctora en Gobierno y Administración Pública Beatriz Llanos, aborda uno de los casos judiciales más duros para Keiko Fujimori: el del financiamiento partidario irregular. “A partir del caso Cócteles, como se conoce la investigación de la Fiscalía peruana a Keiko Fujimori por lavado de activos y crimen organizado por ingresos presuntamente ilegales en su campaña presidencial de 2011, se analizan las reformas políticas sobre financiamiento generadas en Perú y se plantean algunos debates relacionados con el funcionamiento democrático”, detalla Llanos a este medio. Sobre esos debates, la autora plantea algunas interrogantes: “¿Es la judicialización de la política un efecto de regulaciones débiles y fiscalización inadecuada?, ¿deben ser tratados los partidos políticos como organizaciones criminales?, ¿cómo poner luz sobre la relación empresariado y política, un vínculo habitualmente opaco?”.

En el cuarto capítulo, bajo el sugerente título “¡Alto al show!”, la periodista Mabel Huertas desarrolla una crónica de las cartas que escribe Keiko Fujimori desde la prisión “a la opinión pública”. “Mi capítulo aborda a ‘Keiko la prisionera’, es una suerte de crónica epistolar a través de las cartas que hizo públicas desde su prisión preventiva. Estas cartas escritas de puño y letra, analizadas en su contexto nos dan una lectura de la imagen que la lideresa de Fuerza Popular quería proyectar como parte de su estrategia legal y mediática”, señala Huertas a La Tercera. “Esta Keiko prisionera se dibuja entre la gesta heroica de una familia, los Fujimori, por salvar al país, el rechazo a la política que la separa de sus hijas y esposo y el poder como destino ineludible que el apellido Fujimori le ha legado. Finalmente, Keiko Fujimori parece ser prisionera voluntaria de su camino político”, destaca.

Como enfatiza Elda Cantú al final de su introducción sobre “Señora K”: “Esta no es la película completa de Keiko Fujimori, pero es una buena forma de aproximarse al complicado lugar que ocupa y quién sabe si seguirá ocupando en la conciencia del país”.