La trastienda de las gestiones de Chadwick y Espina para controlar el fallido toque de queda en el Biobío que sorprendió a La Moneda
Ambos ministros, en coordinación permanente con Piñera, jugaron un rol clave para dar vuelta la polémica decisión, que había sido anunciada sin consultar con ninguna de las carteras. Aunque esta mañana se dio públicamente por superado el impasse, la evaluación fue que hubo una descoordinación seria, con el rol del intendente Jorge Ulloa en la mira.
El primero en comentarle la noticia al titular de Defensa, Alberto Espina, fue el ministro (s) del Interior, Rodrigo Ubilla. En un mensaje, le compartió una nota en la que el intendente del Biobío, Jorge Ulloa, informaba que el contraalmirante Carlos Huber había decretado toque de queda para diez comunas de la provincia de Concepción.
A la misma hora, el ministro del Interior, Andrés Chadwick, recibía en medio de sus vacaciones en la región de Coquimbo el mismo mensaje de Ubilla. La sorpresa era total: la medida adoptada por las autoridades estaba fuera de todos los planes de Interior y Defensa y, más aún, había sido decidida de forma inconsulta desde el Biobío.
Espina, de hecho, había interrumpido sus vacaciones para ir a terreno en la Región de La Araucanía. Visitaba a los brigadistas de las FF.AA. y monitoreaba desde el aire los focos de incendio que se registran en esa zona, y que ya durante la mañana del martes habían sido controlados.
El cronograma inicial sólo incluía sobrevuelos en esa región y la de Los Ríos. Sin embargo, el escenario que se vivió la noche del lunes y que siguió la madrugada del martes en la provincia de Concepción, sobre todo en la ciudad de Penco, obligó al equipo de Defensa a modificar la agenda e incorporar un monitoreo más intenso, con sobrevuelo incluido, en el Biobío. Pese a estos focos, la información que se manejaba a las 10:00 de la mañana del martes era que estaban siendo controlados.
Por eso el mensaje que le envió Ubilla causó tanta sorpresa en el ministro de Defensa. En ese momento no resultaba razonable aplicar una medida tan excepcional como el toque de queda, dada la información que estaba recibiendo y constatando.
Pillados de sorpresa
Las alarmas se activaron de inmediato. Primero en La Moneda, sobre todo en Interior, y también en el equipo de Espina. La comparación era compleja: la última vez que se supo de un toque de queda en la zona fue para el terremoto de 2010 y, considerando los hechos, era evidente que el escenario no era comparable.
Lo que sucedió después fue una seguidilla de jugadas para controlar la descoordinación. Pasadas las 11:00 de la mañana ya se empezaban a notar los primeros efectos. Los habitantes de las zonas donde supuestamente se aplicaría el toque de queda comenzaron a llamar a Carabineros preguntando por los salvoconductos.
Fuentes de gobierno señalan que lo primero que hizo Espina, luego de intercambiar mensajes con Ubilla, fue llamar al contraalmirante Huber. El ministro de Defensa ya había protagonizado fuertes episodios con otras altas autoridades de las Fuerzas Armadas. La última se produjo con el comandante en jefe del Ejército. Ahora, Espina registraba su primera diferencia con un representante de la Armada.
Quienes supieron de esa conversación detallan que Huber le habría dicho a Espina que todo fue una confusión, un mal entendido amplificado por la prensa que interpretó mal sus declaraciones y las del intendente Ulloa. El jefe de zona, además, le aseguró que en realidad lo que quisieron decir fue que el toque de queda era solo una de las medidas que está en evaluación en la región, dado el estado de excepción constitucional de catástrofe en la que se encuentra. Nada fuera de lo normal. Luego del llamado de Espina, el contraalmirante recibió otros procedentes de Interior.
Hasta ese minuto, el ministro de Defensa no había podido leer ni escuchar las declaraciones hechas por el intendente Ulloa. En paralelo, Espina seguía visitando a brigadistas de las FF.AA. A bordo de uno de los helicópteros del Ejército, el ministro le pidió a su equipo que se consiguiera el audio y la transcripción íntegra de lo que había dicho Huber. Quería estar correctamente informado antes de intervenir en público.
Luego de visitar una base del Ejército en Temuco, el titular de Defensa tenía agendado un punto de prensa en la sede de la Onemi de esa ciudad, junto al intendente Jorge Atton y el general Rodrigo Pino, quien ejerce como jefe de la defensa nacional en La Araucanía.
Fue ahí cuando el ministro, al ser consultado por la prensa, tomó la palabra y cortó de raíz el asunto. "No hay toque de queda", zanjó.
Al mismo tiempo, desde Interior se decidía dar una señal potente: que Chadwick suspendiera sus vacaciones para viajar al Biobío. En la cartera explican que correspondía, pensando en que Piñera ya había interrumpido su descanso para ir a otras emergencias. Pero reconocen que en la decisión final pesó mucho tener una presencia en terreno para notificar que no se pueden generar descoordinaciones como la de la jornada de ayer.
Contactos telefónicos con Piñera
Esto porque Piñera estuvo conectado constantemente. De hecho, conversó con Espina por teléfono cinco veces. Según fuentes de gobierno, el mandatario no le habría comentado sobre el toque de queda. La preocupación de Piñera estaba centrada en los incendios y eso, con todas las fuerzas militares, policiales y de la Conaf en terreno, estaba controlado por el momento.
Luego de sus dichos en la Onemi, Espina pudo analizar la polémica con más calma junto a sus asesores en Temuco. Fue ahí cuando volvió a revisar el detalle de las declaraciones del intendente Ulloa y del contraalmirante Huber.
El diagnostico habría sido el mismo: ambas autoridades, sin avisarle al gobierno, anunciaron la medida. Además un toque de queda dejaba varias interrogantes por resolver: ¿qué hacer con quienes no cumplan la orden? ¿Cómo controlar las calles de esas comunas? ¿Contaban las FF.AA. con el personal necesario para un despliegue de ese tipo?
La descoordinación de las autoridades del Biobío habría sido motivada por la gravedad de los incendios en la provincia de Concepción. A esas alturas las emergencias de Penco ya habían sido controladas y los focos que aparecieron durante la madrugada del martes habían sido apagados. Según fuentes conocedoras de la trastienda, Ulloa habría tenido un rol clave para amplificar la gravedad de la situación de su región. Eso animó a Huber a anunciar este fallido toque de queda.
Detrás de la motivación de Ulloa estaba la convicción de que la mayoría de los incendios son premeditados. Por lo tanto, al controlar el libre tránsito se estaría dando una dura señal de control, en medio de incipientes críticas sobre el actuar del Gobierno ante los desastres.
La discrepancia entre Espina y Huber tuvo un efecto no esperado ya que sectores de derecha más dura amplificaron el asunto por redes posicionándolo como una incapacidad del ministro.
Esto a su vez abrió otro flanco. ¿En situaciones de excepción constitucional quién decide decretar el toque de queda? ¿La autoridad militar o la civil? La respuesta del Gobierno fue que era evidente que la atribución legal sólo está en manos del jefe militar de la zona, en este caso Huber, pero que para decretar algo así se esperaba cierto criterio por parte de la autoridad uniformada. Es decir, coordinación y subordinación al poder civil del ministerio y de La Moneda.
La posibilidad de decretar toque de queda, a todas luces, fue visto en Defensa como una medida totalmente "desproporcionada" principalmente porque no se trataba de una zona fuera de control.
Sin embargo, en la cartera de Espina la intención fue no darle mayor importancia al asunto ya que el ministro ya había aclarado públicamente que no se decretó el toque de queda. El foco era el combate a los incendios, el rol de las FF.AA y el control que se estaba logrando sobre los focos incendiarios. Por eso fue que Espina afirmó que la confusión generada por Huber sólo era algo "secundario".
Luego de su aclaración, Espina siguió con su agenda. Después de almuerzo voló hacia Los Ríos. Ahí visitó a brigadistas que estaban en la comuna de Mariquina trabajando en un sector en donde el fuego ya habían sido extinguido. De hecho, durante todo ese trayecto, desde el aire no se vio ningún foco que representara mayor riesgo para la población.
Tras Mariquina, Espina y su equipo voló hacia Concepción. Aterrizaron allá alrededor de las 18.00 horas. En esa base de la Armada lo estaban esperando Huber y Ulloa. Apenas bajó el ministro del helicóptero, los tres, junto al jefe del Estado Mayor Conjunto, Rodrigo Álvarez, sostuvieron una reunión a puertas cerradas que duró cerca de 45 minutos.
La conversación habría sido en buenos términos. Ahí Espina dio por cerrado el tema y más que hablar sobre la confusión generada por el toque de queda, el ministro se centró en el objetivo de su viaje y pedir información detallada sobre el estado de los incendios en el Biobío y las medidas que se iban a programar para seguir con el combate contra la emergencia.
De hecho, luego de la reunión, todas las autoridades sobrevolaron la zona. En dicho monitoreo se pudo constatar que no existían focos activos.
Para cerrar el día, cuando ya todas las autoridades estaban en la base naval de Talcahuano, Espina respaldó a Huber. Ya lo había hecho en Mariquina, pero el secretario de Estado lo quiso hacer de nuevo. Esta vez en privado con los uniformados. En una comida que sostuvieron en la noche, Espina le comentó a los generales que él nunca le quita el piso a sus uniformados.
Esto lo volvió a repetir en público, por tercera vez, durante la mañana de hoy: "Yo como ministro de Defensa nunca le quito el piso a mis almirantes ni a mis generales. Nunca. Si tengo alguna opinión o crítica que hacer respecto de la conducta de ellos se las hago en persona. La acción que ha desarrollado el contraalmirante Huber ha sido brillante".
De todas formas, faltaba un gesto final. Y ése se dio esta mañana, cuando en un punto de prensa, Chadwick, Espina y el ministro de Agricultura, Antonio Walker, dijeron que el episodio estaba "totalmente superado".
Detrás de ellos, de pie, estaba el contraalmirante Huber.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.