Las pugnas y zancadillas que han marcado la convivencia socialista

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La elección interna de este fin de semana ha hecho aún más agria la ruptura entre Camilo Escalona y Mahmud Aleuy y ha originado otras escaramuzas que se suman a un historial de reyertas a medio camino entre lo político y lo personal en un colectivo con décadas de aventuras, triunfos y derrotas en común. Y poca tendencia a sepultar el hacha.


Quedan tres días. Podrán ser -tal vez- unas elecciones internas con un desenlace predecible y más inclinado a favor de un nuevo período de Álvaro Elizalde que de una victoria de Maya Fernández. Pero vaya cómo han reflotado ese carácter casi visceral, donde la mera política se cruza con lo personal, de las reyertas que se han acumulado en la historia ilustrada del Partido Socialista.

Algunas han sido más intensas o han dejado más huella; unas han quebrado tendencias o lotes internos; otras han roto amistades o alianzas; no es raro que alguien haya reclamado -o reclame hasta hoy- una traición. Es lo que sucede, reflexionan fuera de grabadora algunos veteranos, entre militantes que llevan décadas compartiendo trinchera, victorias, derrotas y dolores.

La campaña que está por terminar ha recordado con letras mayúsculas la pugna entre Mahmud Aleuy y Camilo Escalona, que va mucho más allá de que el primero apoye a Fernández y el segundo a Elizalde. Si el nombre de este último se repite en el conteo que viene en los párrafos de más abajo no es -dicen hasta sus adversarios internos- porque sea demasiado beligerante, sino porque le ha tocado liderar el colectivo en períodos extensos y claves, y porque sigue detentando poder al ser un puntal del actual presidente.

Ese mismo perfil es el que le ha hecho tener alianzas con unos y chocar de frente con otros, como con Ricardo Lagos y ese recordadísimo castigo que le propinó en su día el entonces Presidente, al nombrarlo asesor suyo, pero relegándolo a una oficina en el búnker de La Moneda, donde literalmente nunca llegaba el sol.

La interna que se decide este fin de semana también ha hecho notar otras escaramuzas, como cuando sus cercanos le oyen a Elizalde lamentarse de haber sido poco menos que "traicionado" por su contendora, sobre todo después que -ha repetido- él la apoyara para que presidiera la Cámara de Diputados. Hecha una ronda de consultas en el partido, entre las nominadas para las más encendidas pugnas que han marcado al socialismo figuran las siguientes.

Round 1: Escalona vs. Aleuy

Vienen contestándose de ida y vuelta, casi sin ningún pudor, durante las últimas semanas. Es una pugna que parece hasta más interesante, dicen, que la "oficial" que libran Fernández y Elizalde. La decisión del ex parlamentario y líder de la Nueva Izquierda de respadar al senador por el Maule lo ha enfrentado otra vez con el ex subsecretario del Interior de Michelle Bachelet. Escalona dijo que la posición de su ex aliado era "mesiánica" al no plegarse a la unidad; Aleuy acusó de vuelta una "descalificación"; Escalona lo culpó de "teñir de intolerancia" la interna.

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Las entrevistas en que ambos se dijeron eso y más siguieron a una reunión a fines de marzo en que se sinceró la ruptura en ese lote, al insistir Escalona en respaldar a Elizalde. Aleuy se reitró y asumió como coordinador de la campaña de Maya Fernández. En el PS recuerdan que las diferencias entre los dos son más antiguas. Algunos las localizan incluso en esa comisión política del 2013 que mandató hacer primarias senatoriales en la Región de Los Lagos para definir entre Escalona y Rabindranath Quinteros (hoy senador); Escalona no las quería, y perdió.

Round 2: Escalona vs. Andrade

Ese mismo caso de las primarias senatoriales (2013) incidió en otra fractura en la Nueva Izquierda, y que separó a Escalona de su hasta entonces aliado Osvaldo Andrade, que hoy integra la facción "Convergencia Socialista" junto a los diputados Maya Fernández y Manuel Monsalve. Que Escalona -entonces senador por Los Lagos- se negara a las primarias, mientras Quinteros las demandaba, contaminó el ambiente entre los mismos senadores y el resto del partido, entonces liderado por Andrade.

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Fue un asunto amargo. The Clinic le dedicó una portada a Escalona caricaturizándolo de "Socio-Listo", con un abrigo negro con la solapa subida y un sombrero, también negro. Quinteros le había salido al paso con el aval de haber sido alcalde Puerto Montt, y designar candidatos a dedo ya comenzaba a ser más que mal visto. Hasta que fue Michelle Bachelet, entonces ya ex Presidenta y candidata a la reelección, la que le puso la lápida al pedirle a su partido que se hicieran primarias.

Con Andrade como presidente PS y Francisco Javier Díaz -que había sido cercano asesor de la mandataria en su primer período- como secretario general, la comisión política PS se volcó a favor de las primarias. "Fue por lealtad a ella", recuerdan. Hubo partidarios de Escalona que acusaron traición. El derrotado bajó su candidatura alegando que no participaría en un proceso irregular y fuera de plazo, y acusó a Andrade de haber "fracasado completamente, debilitando profundamente la institucionalidad partidaria".

Hoy, los allegados a Escalona recuerdan que él no se negó a primarias "legales", sino que las pidió. La dirección del partido, sostienen, determinó hacer primarias convencionales: dado el carácter de éstas, su nula fiscalización legal y el tiempo destinado para ello se negó a participar en ellas.

Todo se devuelve, debe haber dicho el ex senador. Cuando el 2016 estalló el escándalo por la millonaria pensión de la ex esposa de Andrade en Gendarmería, Escalona no se la dejó pasar y criticó sin mucha suavidad el caso.

Round 3: Elizalde vs Díaz

Este es uno de esos nuevos clásicos en esta enciclopedia de escaramuzas. El presidente PS y el diputado y ex embajador en Argentina vienen chocando constantemente -recuerdan en el partido- desde sus tiempos en la Juventud PS. Ha sido una pugna casi personal, recalcan allí, y la campaña para esta interna la ha reflotado.

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Dicho historial tuvo uno de sus episodios el 2015, cuando Elizalde dejó de ser vocero de Gobierno y fue reemplazado por Díaz. En algo acercaron posiciones cuando el primero derrotó a Gonzalo Durán en las internas del 2017 y pactó con otros lotes distintos al suyo, el tercerismo, para poder controlar la colectividad.

En adelante han vuelto a chocar y Díaz pensó en competirle esta vez, pero desistió. El diputado le ha criticado a su conducción "la precariedad del debate interno, la falta de liderazgo a nivel nacional; la errática e inconsulta política de alianzas que se intentó instalar; el estilo excluyente en las instancias de trabajo; la insuficiente transparencia en el uso de los recursos". Solo por nombrar algunas críticas.

Round 4: Escalona vs. Martner

Dicen que el ex presidente y ex militante PS Gonzalo Martner Fanta nunca ha olvidado este golpe de Estado interno, que es como lo recuerdan en el partido, y que durante un tiempo era un tema casi ineludible en sus conversaciones. Lo resumen contando que Escalona lo "derrocó" durante un congreso socialista.

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Fue en enero del 2005, en el XXVII Congreso del PS, cuando estas asambleas se hacían en el Edificio Diego Portales (hoy el GAM). Los socialistas recuerdan que acá también tuvo que ver el factor Bachelet. Ese verano estaba más o menos claro que ella y no Soledad Alvear sería la candidata única de la Concertación y Presidenta, así que todos los interesados en llegar al gobierno o ser candidatos al Parlamento en la simultánea elección estaban pendientes de lo que iba a pasar. Y para eso era crucial quién controlara el PS.

Martner había pedido a la asamblea prorrogar su mandato para que las elecciones internas no enredaran la fase decisiva de la presidencial: primero había que imponerse a la ex canciller DC, y luego conjurar la amenaza que por entonces la izquierda veía en Joaquín Lavín.

El asunto de la mesa, cruzado por la presión de las inminentes negociaciones por cupos para el gobierno y el Congreso, y por los detractores a Martner, apuraron el desenlace. Escalona se alió con nombres como Ricardo Núñerz, y al final su posición y se eligió una nueva directiva.

Mientras algunos dicen hasta hoy que no fue sorpresivo, otros decían entonces, medio en serio y medio en broma, que Martner había cruzado la Alameda por un refrigerio y se encontró a la vuelta, en el Diego Portales, con que había sido defenestrado. Nunca se lo perdonó. Se exilió como académico en la Universidad de Santiago, después Bachelet lo nombró embajador en España, y años más tarde dejó el partido.

"Desgraciadamente Escalona no cumple su palabra, pero esas son cosas del pasado", reflexionaba Martner el 2014.

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