Los 60 días de Gustavo Toro en San Ramón: “Debo enfrentarme a verdaderas bandas de narcopolítica”
Se cumplen dos meses desde que el DC asumiera como alcalde de la comuna que instaló el concepto de la ‘narcopolítica” en Chile. Dice que no ha sido fácil: se encontró con el municipio endeudado por $4.000 millones y con el presupuesto del año ya gastado. El hombre que reemplazó a Miguel Ángel Aguilera (en prisión preventiva mientras es investigado por enriquecimiento ilícito, cohecho y lavado de dinero) tras nueve años de gestión, camina amenazado y con custodia policial, pero seguro en que conseguirá acabar con los estigmas con que carga la comuna más pequeña del país.
Hace dos meses, Gustavo Toro (DC) inició su mandato como alcalde de San Ramón, tras ser electo en una inédita votación. Esta se realizó dos veces tras una denuncia por irregularidades en el proceso eleccionario por un supuesto fraude electoral que le dio la victoria al histórico mandamás de la comuna Miguel Ángel Aguilera, actualmente en prisión preventiva mientras es investigado por enriquecimiento ilícito, cohecho y lavado de dinero.
No ha sido sencillo, dice. Fue su comuna la que instaló el concepto de ‘narcopolítica’ en Chile, por lo que comenzar a desenredar al municipio de esos oscuros nudos será un trabajo hasta peligroso, advierte. Camina amenazado y con custodia policial, pero confiando en que es la única forma de acabar con el estigma que carga su comuna.
¿Cómo han sido los dos primeros meses de mandato?
Han sido difíciles, hasta desmotivantes. Nos encontramos con una deuda vencida de $4.000 millones, lo que nos obligó a postergar muchos pagos y a modificar muchas cosas dentro de la administración de la municipalidad. Aquí estaba todo muy mal, llegamos y había un basural ilegal en el municipio, con ratones y todo.
¿Dentro de la municipalidad?
A 10 metros de ella. En un sitio grande que está junto a la municipalidad. Además, las oficinas tenían caca de ratón, no habían computadores adecuados para trabajar y el internet no llegaba a todas las oficinas. Ha sido muy frustrante.
¿Y su oficina?
Completamente desmantelada, sin escritorio, sillas o cortinas. Unos funcionarios me habilitaron una silla y una mesa para poder trabajar esos días, porque se llevaron todo.
¿Está consiguiendo limpiar a San Ramón?
Ha sido muy complejo. Lo más difícil han sido las desvinculaciones, porque hemos sacado a muchísimos operadores políticos y gente que está involucrada con el narcotráfico. Hace unos días, por ejemplo, conseguí desvincular a dos funcionarios por estar siendo procesados por tráfico de drogas. Eran padre e hijo y la PDI los fue a buscar a la propia municipalidad. Pero hay otros ex funcionarios que se niegan a ir, vuelven a trabajar al otro día, aunque ya los hemos despedido. Varias veces hemos debido llamar a la seguridad pública para que venga a desalojen las oficinas.
¿Y la caja?
Muy mal. Se gastaron todo el presupuesto del año y además nos dejaron endeudados con remuneraciones de muchos funcionarios. San Ramón recibe $90 millones por la Ley de Fortalecimiento en la Educación Escolar Pública. Por ley, con ese dinero no se puede superar el 50% en gastos por contratación, pero aquí se gastaba mucho más, generando una deuda tremenda. Por ejemplo, cuando asumí habían contratados 40 inspectores de patio en un colegio que estaba cerrado. O aquí, por cada médico hay diez trabajadores administrativos de salud, algo que ningún experto recomienda. No tenemos vehículos, ni la cantidad de policías suficientes para combatir a los narcos; la PDI se fue de acá hace años por lo mismo. Es algo grave lo que ha ocurrido durante años en San Ramón.
¿Qué tan profundas son las redes de la narcopolítica en su comuna?
Tengo un temor constante, pues vivo amenazado por tener que tomar decisiones duras como los despidos. Estoy expuesto yo, mi familia y el equipo que trabaja conmigo, pero alguien debe hacer el cambio en la comuna, es la única forma de solucionar pronto esta situación. Creo que ya sacamos al 90% de operadores políticos ligados a bandas delictuales, pero aún queda ese 10% dentro de la municipalidad. En total, ya hemos despedido a 500 trabajadores con contratos irregulares.
¿Sus vecinos le apoyan?
Yo diría que sí. Cuando era concejal algunos me gritaban cosas, pero lo hacían porque estaban trabajando para el bando contrario. Ahora, los vecinos honestos están más tranquilos porque saben que esta tarea no es fácil, porque debo enfrentarme a verdaderas bandas de narcopolítica. Uno de los objetivos que tengo es que la municipalidad sea transparente, porque se ha perjudicado a los vecinos por muchos años.
¿Por eso tiene encargada una auditoría?
Estamos haciendo dos. Una está a cargo de la Fiscalía y la otra, a una empresa que contratamos. Aún no están listas, pero creo que ahí vamos a encontrar corrupción, falta de dineros públicos, irregularidades en gestión, en la contratación y un montón de procesos judiciales que están escondidos debajo de la alfombra.
Además, su comuna lidera el ranking en densidad de habitantes por kilómetro cuadrado.
Es que somos la comuna más chica del país, con siete kilómetros cuadrados y pese al poco territorio, tenemos a casi 84 mil vecinos. El 25% de ellos vive de allegado, el 10% es migrante y el 90% del total de habitantes se atiende en nuestros servicios de salud… O sea, la carga de este municipio es tremenda.
También lideran el ranking de comunas que generan más basura.
Cuando llegué había más de 400 microbasurales en la comuna, uno de ellos en la propia municipalidad. Pero de a poco hemos ido sacándolos. Prácticamente, en lo que más se ha basado mi gestión estos dos meses ha sido en eliminarlos, porque son un cáncer que tenemos hoy en la comuna. Y esto no lo he conseguido gastando recursos excesivos, basta con saber gestionar y coordinar los trabajos con las empresas a cargo, es solo querer trabajar para solucionar el problema.
Comenzó con la basura. ¿Y ahora?
Debemos generar participación ciudadana, mejorar los servicios que tenemos. Algo que nos entusiasma mucho es que seremos sede de los Juegos Panamericanos de 2023 (el centro Elige Vivir Sano de San Ramón albergará las competencias de lucha y boxeo) y para eso debemos cumplir varias exigencias, como mejorar las calles, las infraestructuras y generar más áreas verdes. Además, quiero mejorar los servicios de salud, donde estamos retrasados como en 30 años. Será un gran desafío.
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