Los descargos de Paula Walker

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Fue una de las mujeres más poderosas de la era bacheletista y en torno a su personalidad se tejieron muchos mitos, alimentados –entre otros– por su quiebre con el ministro Peñailillo. En esta entrevista con Revista Paula desclasifica ese episodio y también sobre cómo el caso Caval " fue una sorpresa para todos" en La Moneda.


El lunes 12 de marzo, por primera vez en 12 años, Paula Walker no se levantó de madrugada a leer la prensa y los reportes que le enviaba su equipo en La Moneda. Camino a dejar a su hija Elisa al colegio, tampoco escuchó noticias y dejó que ella pusiera la música. "Es maravilloso amanecer un lunes sin responsabilidades", dice.

La periodista ha acompañado a Bachelet desde su primera campaña presidencial, en distintas posiciones: jefa de prensa, directora de la Secretaría de Comunicaciones (Secom), asesora estratégica en ONU Mujeres y en el segundo piso. En todos estos años, en torno a su supuesta personalidad fuerte y carácter pétreo, se fueron tejiendo mitos –entre ellos, algunos por  su quiebre con el ex ministro Rodrigo Peñailillo–, atizados por un largo silencio que rompe recién ahora, en su primer día fuera de La Moneda.

Paula Walker enfrenta el cuestionario aguantándose las ganas de fumar solo porque es en la tarde cuando la ansiedad la ataca más fuerte. Impecablemente informal y sonriente, pocos sospecharían en el café donde se realiza esta entrevista que aquella ha sido una de las mujeres más poderosas de la era bacheletista.

Cuando uno tiene hábitos, por mucho que los odie, dejarlos genera un vacío. ¿No te pasó hoy?

No. El poder es prestado y dura poquito. Para mí es tan normal entrar y salir de situaciones de alto poder a ningún poder, que en realidad me sentí feliz. Este año mi hija está en cuarto medio. De sus 18 años de vida, 12 ha visto a su mamá trabajar de sol a sombra con la Presidenta de la República. Poder acompañarla en su último año de colegio de otra manera y con otro ritmo de trabajo, me parece fascinante.

¿Eres amiga de Michelle Bachelet?

Nunca le he llamado de otra forma que no sea "Presidenta". Ella demostró tener mucha confianza profesional en mí y siento una gran admiración por ella. Es una persona muy fácil de trabajar. Siempre es como se ve: espontánea, muy simpática, y te deja espacios, confía en que harás bien el trabajo, pero eso, si eres autoexigente, es fatal, porque es como cuando tu mamá te dice: "Te doy permiso, define tú la hora de llegada".

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