Miami: de bastión demócrata en Florida a pieza clave de la ola conservadora de los latinos

La esperada “ola roja”, por el color del Partido Republicano, no llegó a Estados Unidos en las elecciones de medio período disputadas el martes: a medida que se van conociendo los resultados definitivos, lo que más se resalta es que se trató de unas votaciones altamente disputadas. Por eso mismo, llamó la atención lo ocurrido en el estado de Florida, y más precisamente en el condado de Miami-Dade, donde los republicanos ganaron en las carreras para senador, representante y gobernador.

Una de las victorias republicanas con mayor proyección fue la del gobernador Ron DeSantis, que consiguió reelegirse en el cargo con 17 puntos de ventaja contra su rival demócrata. El originario de Jacksonville es visto como el rival más serio que el exmandatario Donald Trump tiene al interior del Partido Republicano, y se perfila para pelearle la nominación para las elecciones presidenciales de 2024.

El estado de Florida, en general, pasó de 16 representantes republicanos contra 11 demócratas, a 20 frente a 8. Con estos resultados, los medios estadounidenses ya hablan de un estado “que fue péndulo”, pero que hoy es sólidamente republicano.

En la ciudad de Miami, conocida por su población de origen latino, ya se sabía desde un poco antes de los comicios que se venía una victoria republicana: ya en el período de votación anticipada, que finalizó el domingo por la noche, habían llegado a las urnas más electores inscritos en el Partido Republicano que en el Demócrata: 180 mil contra 174 mil.

La principal ciudad de Florida, con un 70% de su población de origen latino, votó en masa por candidatos republicanos, en una situación que no ocurría desde 2002, cuando Jeb Bush fue la carta del partido a la gobernación. El condado de Miami-Dade, que representa gran parte del distrito 27 de Florida, eligió con un 57,3% de los votos a la representante republicana María Elvira Salazar.

Según indica la BBC, Miami es el ejemplo claro de un movimiento electoral que se ha venido dando dentro de los votantes latinos en Estados Unidos: un realineamiento con la derecha. Las comunidades cubano-estadounidenses, que forman la mitad de los latinos en Miami, históricamente votaban de manera más conservadora. Si bien, a causa de las políticas más flexibles con los migrantes, los latinos tendían a votar más por demócratas, en las elecciones de este martes esa narrativa quedó en entredicho.

Una victoria altamente sonada es la del gobernador de Florida, Ron DeSantis, que en 2018 había conseguido el puesto con un margen de apenas 0,4 puntos porcentuales. La diferencia con la que consigue la reelección cuatro años después, con entre el 57% y el 59% de los votos a su favor, ilusiona a los que quieren verlo compitiendo por la Casa Blanca en 2024, consolidando su posición como el mayor nombre del Partido Republicano después de Donald Trump. “Gracias al condado de Miami-Dade”, dijo DeSantis al celebrar su reelección.

“Para mí, la lucha recién comienza”, afirmó DeSantis en su discurso de victoria, luego que quedara claro que una remontada del demócrata Charlie Crist era imposible. “La sobrevivencia del proyecto americano exige la resurrección de los verdaderos principios americanos, y Florida probó que eso es posible. Ofrecemos un rayo de esperanza de que días mejores vendrán”, dijo el republicano, al que los medios ya llaman “el Trump con cerebro”, en un discurso con tono nacional.

Por esto mismo, Trump ya lo menciona como enemigo: en un acto de campaña el sábado, se refirió a él bajo el nombre de “Ron DeSanctimonius”, algo así como “Ron Mojigato”. En una entrevista con Fox News este mismo martes, el expresidente comentó la posibilidad de que DeSantis se lanzara a una aventura presidencial: “Creo que estaría cometiendo un error. Creo que a la base de votantes no le gustaría”.

A pesar de eso, y precisamente porque el expresidente es residente del estado de Florida, Trump tuvo que reconocer que votó por DeSantis como gobernador.

Pero la noche no fue solo de DeSantis, sino también del senador Marco Rubio, que consiguió una vistosa segunda reelección. En un principio, se creía que su asiento podía pasarse al lado del candidato demócrata: Val Demmings había logrado recaudar 25 millones de dólares más en la campaña.

Sin embargo, a pocas horas desde el inicio del conteo de votos ya se veía la amplia diferencia entre Rubio y Demmings: cerca de 15 puntos porcentuales para el republicano, cuya última pelea electoral había sido con el expresidente Trump en las primarias republicanas de 2020.

Según la BBC, la victoria republicana no es un fenómeno que ocurre de un día para otro. Los republicanos llevan más de una década acumulando fuerza en Miami. Mientras que en 2012, cerca del 50% de los cubano-estadounidenses habían votado para la presidencia por el demócrata Barack Obama, en 2016, solo un 41% lo hizo por Hillary Clinton.

Así, si la tendencia se mantiene, es probable que el candidato presidencial republicano gane en esa ciudad en 2024, prácticamente garantizando que el estado de Florida, el tercero mayor del país, también esté en la columna de los conservadores. Por de pronto, Miami ya se convirtió en la principal ciudad de mayoría latina en Estados Unidos donde imperan los republicanos.