“No hemos tenido ni un minuto de tregua”: Presidente de Perú critica a medios y poderes fácticos y admite ”errores” en su primer año de gestión
En un discurso marcado por las denuncias de corrupción en su contra, Pedro Castillo aseguró que "se van a cansar de buscar las pruebas, porque no las van a encontrar". Señaló que sectores conservadores "nunca quisieron el cambio ni la justicia social".
El 28 de julio es una fecha especial para los peruanos. Además de marcar la celebración de las Fiestas Patrias, es también el día en el que el Presidente de la República se dirige a sus compatriotas para dar cuentas de lo realizado en el año. En este caso, el primero de Pedro Castillo a la cabeza del país, en una gestión marcada por supuestos casos de corrupción al interior de su administración.
No llevaba más de 10 minutos leyendo su Mensaje a la Nación ante el Congreso cuando entre los presentes se escucha a una mujer gritando “¡Corrupto!”. Castillo continuó impávido. Con un inicio a la defensiva, el Presidente de Perú dedicó gran parte de los minutos iniciales a defenderse y culpar a los “poderes fácticos” de no permitir su “programa transformador”, manteniendo la tónica de atacar a los medios de comunicación.
“Vamos a hacer todos los esfuerzos por devolver la confianza en el sistema de justicia. Aun cuando desde los poderes fácticos y la oligarquía existe un empeño por minar al gobierno del pueblo sin dimensionar el daño inmenso que también le inflige al país”, dijo Castillo. “A los medios, empeñados en desestabilizar al gobierno, no les interesa difundir los logros. Solo se emiten mentiras y noticias falsas de Pedro Castillo. Acusado de corrupción sin ninguna prueba. Se van a cansar de buscar las pruebas, porque no las van a encontrar”, agregó.
Con la ausencia de algunos parlamentarios, gritos en su contra, la congresista Rosangella Barbarán sentada de espalda al mandatario y algunos aplausos de sus partidarios, Castillo continuó su defensa. “Iniciaba esta administración rodeada de negativos presagios infundados y es necesario precisarlo, provenía de los sectores más conservadores que nunca quisieron el cambio ni la justicia social”, abrió el mandatario, asegurando que no ha tenido “ningún minuto de tregua”. Su descargo, continuó el Presidente de Perú, se debe a que la prensa lo ha acusado sin ninguna prueba.
“Este primer año he recibido una bofetada en una mejilla de aquellos que no aceptaron perder legítimamente en las elecciones presidenciales con el voto consciente del pueblo peruano. Pero en este segundo año, no voy a poner la otra mejilla, sino extendiendo la mano para trabajar juntos en el beneficio del pueblo”, prosiguió.
La única muestra de autocrítica realizada por el mandatario fue cuando reconoció que ha “cometido errores con algunas designaciones” de ministros de Estado y de otras altas autoridades. Agregó que estas personas “se aprovecharon” y “se burlaron” de la confianza que él les brindó.
Luego hizo una breve defensa de la labor de la justicia peruana, pese a las investigaciones abiertas en su contra. “Reconozco el trabajo que se hace desde el Ministerio Público y el Poder Judicial, pues en esta patria padecemos sed ancestral de justicia, la que debe impartirse por igual y sin distinciones de ideologías y colores políticos”, señaló.
En un claro tono de victimización, según el diario El Comercio, el mandatario dijo que “aun cuando se injuria a mi familia a diario” y “se ofenda la majestad” de la Presidencia de la República, “me someto a la justicia para aclarar los delitos que se me pretender imputar”. Añadió que espera que estos procesos se realicen en el marco del debido proceso y “no de la justicia mediática”.
Castillo, en otras oportunidades, también anunció su predisposición a responder a las investigaciones preliminares que enfrenta. No obstante, su abogados han presentados diferentes recursos para anular estas pesquisas, recordó el periódico.
Sobre Castillo pesan cinco investigaciones fiscales. Cuatro son por hechos ocurridos durante sus funciones: los casos Puente Tarata, ascensos en las Fuerzas Armadas y Petro-Perú, así como por los abruptos cambios en el Ministerio del Interior, por los que se le imputan los presuntos delitos de organización criminal, colusión, tráfico de influencias y encubrimiento personal. Una quinta pesquisa es por el supuesto plagio de su tesis de maestría, indagándose la comisión de los delitos de plagio agravado, falsedad genérica y cobro indebido.
Balance del primer año
Inestabilidad es una palabra que se repite constantemente en los medios peruanos para referirse al primer año de gobierno que hoy termina, pues los números son decidores. Con cuatro primeros ministros durante su gestión, fueron 59 los ministros que juraron ante el Presidente, donde siete de ellos lo hicieron para el puesto de ministro de Interior. Diez de ellos fueron interpelados por el Congreso, y otros cuatro efectivamente censurados, teniendo que dejar el cargo.
Pero probablemente el tema que más ha llamado la atención en este año de mandato han sido los numerosos casos de corrupción asociados a la figura del Presidente. Sin ir mucho más allá, uno de los ministros que juraron fue Juan Silva Villegas, extitular de la cartera de Transportes y Comunicaciones (MTC), que huyó luego de que la justicia peruana ordenara su detención preliminar. También se encuentra prófugo el sobrino del mandatario, Fray Vásquez Castillo. Ambos personajes formaron parte del entorno presidencial y tienen investigaciones en proceso en su contra. Tanto Silva Villegas como Vásquez Castillo son acusados de integrar una organización criminal que está liderada, presuntamente, por el Presidente Pedro Castillo y la cual se encuentra enquistada en el MTC.
El anterior ministro de Interior, Mariano González, duró 15 días en el cargo que asumió el 4 de julio de este año. Tras su salida, aseguró que lo desvincularon por promover la búsqueda de los prófugos relacionados con posibles casos de corrupción, que en ese momento eran, al menos, tres. González aseguró que el Presidente estaba “obstruyendo la labor de la justicia”.
Una de las personas fugadas cercanas al círculo de poder de Castillo era el exsecretario del Despacho Presidencial, Bruno Pacheco, quien se entregó a la Policía Nacional del Perú (PNP) y aseguró que fue el propio Pedro Castillo quien coordinó su fuga a través de su sucesor en el puesto, Beder Camacho.
La lista de ministros nombrados con denuncias judiciales en su contra sigue, y es larga. Entre ellos hay acusados de homicidio, usurpación de funciones, estafa, robo simple y fraude, entre otras, lo que ha puesto en entredicho la capacidad del Presidente Castillo de elegir correctamente a sus asesores y miembros del gabinete.
El diario La República destacó que, según el documento que fue compartido a los medios, el jefe de Estado concluiría refiriéndose a la entrega de los prófugos de la justicia, pero este no fue considerado en su discurso final. “Conmino a los ciudadanos que se encuentran prófugos de la justicia y que el país reclama su comparecencia, a entregarse a las autoridades, pues el Perú quiere saber la verdad”, era el mensaje que el mandatario debió decir frente a la representación nacional.
A pesar de que la inseguridad es una de las principales preocupaciones de la ciudadanía, Castillo solo le dedicó tres de las 86 páginas de su mensaje a la Nación. El mandatario tampoco abordó la crisis institucional de la Policía Nacional. En cambio, anunció que su administración creará “brigadas especiales contra el crimen” en los distritos donde se registra mayor incidencia delictiva en el país.
Quizá por ello el respaldo de la población, por otro lado, ha disminuido considerablemente con el paso del tiempo. En la última medición de Ipsos, realizada en junio de este año, la desaprobación de Pedro Castillo alcanzó un 74% a nivel nacional. Al mismo tiempo, solo concedió seis entrevistas a medios en los 365 primeros días de su mandato, señal de la erosionada relación entre la prensa y el Presidente.
En cuanto a las cifras económicas, El Comercio informó que el 85% de los recursos fiscales aprobados a través de decretos supremos o de urgencia durante este año fueron dirigidos al Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social. En el intento de enfrentar las consecuencias de la pandemia, se transfirieron cerca de US$ 1,6 millones para la entrega de bonos.
Otra crítica al manejo económico recayó en el uso de la reserva de contingencia. Cuenta que solo puede ser utilizada para gastos imprevistos y los que no se contemplan en el presupuesto de los organismos públicos. El Consejo Fiscal expresó su “preocupación”, consignó el mismo medio. Si bien no se incurrió en ninguna ilegalidad, el organismo aseguró que no concordaba con la “institucionalidad fiscal vigente y restaba transparencia al manejo de la política fiscal”.
Las presiones para un eventual adelanto de las elecciones se han multiplicado en los últimos meses. Los expresidentes Francisco Sagasti y Martín Vizcarra ya habían propuesto comicios anticipados, donde Vizcarra incluso planteó que era en este discurso donde Pedro Castillo debía hacer el anuncio, hecho que no ocurrió. En conversación con La República, el exministro de Salud, Hernando Cevallos, aseguró que el mandatario “no es un ingenuo. Y cuando se encuentra en fuego cruzado, empieza a buscar distintas maneras para mantenerse, aunque eso lo aleje de lo que había propuesto inicialmente”.
A los expresidentes se sumaron 120 organizaciones civiles agrupadas en la Coalición Ciudadana para Recuperar la Política, quienes proponen el adelanto en las elecciones como una salida a lo que definieron como una “crisis política”. “Nos indignan los graves hechos que han derivado en acusaciones de corrupción y obstrucción a la justicia que pesan sobre el Presidente Castillo y su entorno. Diversas acciones y omisiones de su gobierno están desmantelando la capacidad del Estado y de funcionarios calificados para garantizar el bienestar ciudadano”, expresaron en una declaración.
El cierre del mensaje a la Nación fue accidentado, luego que un sector de la oposición gritara “renuncia” y “fuera corrupto”, cuando Castillo leía las últimas líneas de su discurso. Y la respuesta del oficialismo fue “fujimorismo, nunca más”. Incluso, el gobernante se retiró de prisa del Congreso sin dar tiempo a los tradicionales 21 camaretazos que se dan al ingreso y salida de un mandatario del Congreso los 28 de julio, consignó la cadena RPP.
Diversos actores políticos criticaron a Castillo tras su cuenta pública. La excandidata presidencial Keiko Fujimori cuestionó la “cero autocrítica” de Castillo en su mensaje a la Nación. “Ningún propósito de enmienda ni pedido de perdón por los graves actos de corrupción que lo acorralan e involucran”.
María del Carmen Alva, expresidenta del Congreso, dijo que “como siempre” Castillo se victimizó al atacar al Congreso y a la prensa como los responsables de los ataques a su gobierno. Sobre la posibilidad de una vacancia presidencial, indicó que en el Parlamento no se van a conseguir los 87 votos necesarios para ello, por lo que señaló que “la calle” es la que debe sacar al mandatario del poder.
Vladimir Cerrón, líder de Perú Libre, partido que llevó a Castillo a la presidencia, comentó en sus redes sociales que el mensaje del gobernante fue “vacío, sin la energía moral necesaria, sin compromiso de un real cambio”.
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