Su nombre es Monise Joseph: Muere mujer haitiana esperando atención en Hospital Barros Luco

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Agencia Pueblo

Tal como en el caso de Joane Florvil, el no hablar español habría sido decisivo para la mujer de 31 años que no pudo relatar sus síntomas en emergencias. La atención en salud preocupa a la población migrante, en particular por un dictamen de Fonasa que explicita los requisitos para extranjeros que viajan a Chile en calidad de turistas y que deben pagar para ser atendidos. Muchos, explican, usan esta categoría para ingresar a Chile aunque en realidad buscan quedarse y no tienen recursos.


Monise Joseph tenía 31 años cuando murió esperando atención en la sala de emergencia del Hospital Barros Luco en San Miguel. Según la información que maneja hasta ahora la Fiscalía Sur, la mujer había llegado por sus propios medios al recinto clínico a las 17.37 horas de ayer con signos vitales alterados y presentó un paro cardiorrespiratorio fulminante. Durante 15 minutos intentó, sin éxito, ser reanimada. Falleció a las 18.30 horas, lejos de su tierra, Haití.

El Ministro de Salud, Emilio Santelices anoche abordó el tema. Dijo que Monise tuvo problemas para comunicarse con los doctores que la atendieron y que no pudo explicar qué le pasaba. El idioma que aisló a Joane Florvil -acusada de abandonar a su hija en el municipio de Quinta Normal y que murió un mes después de ese incidente-, otra vez se convirtió en una barrera insalvable.

Su caso, que está siendo investigado, ocurre una semana después de la muerte de otra haitana Rebeka Pierre (38) respecto de quien se investiga una eventual negligencia médica en el Hospital Félix Bulnes. Había sido derivada en ambulancia desde un centro de atención familiar, atendida y dada de alta. Murió mientras intentaba retornar a su hogar.

Preocupación entre comunidad migrante

Si el acceso a hospitales preocupa, la atención primaria, aseguran organizaciones contactadas por La Tercera PM también está hoy en el foco. Dentro de las comunidades de inmigrantes existe preocupación por la cantidad de personas que han llegado a vivir a Chile, pero han entrado como turistas, por ser esta una vía más expedita. En el caso de estos últimos, no tienen acceso a la salud gratuita durante los tres meses que dura la visa de turista y así lo recordó a fines del mes pasado Fonasa, a próposito de una consulta a la fiscalía de la institución. El organismo de Salud precisó los inmigrantes serán atendidos en igualdad de condiciones que los nacionales, pero sólo "si cuentan con un permiso vigente para permanecer en el país". Al respecto se postula que "deberán cumplir con los requisitos generales y si no posee documentos o permisos de residencia podrá ser acreditado como una persona carente de recursos. Ahora bien, la exigencia en ambos casos es que se trate de una persona inmigrante, es decir aquella cuyo propósito es asentarse en el país, ya que emigrar (o simplemente migrar) es el acto de salir de un Estado con el propósito de asentarse en otro".

Se agrega en este mismo sentido que "no son inmigrantes las personas extranjeras turistas, que son aquellas que ingresan al país con fines de recreación, deportivos, de salud, de estudios, de gestiones de negocios, familiares, religiosos u otros similares; sin propósito de inmigración, residencia o desarrollo de actividades remuneradas" y añade que quienes pertenecen a este grupo "pueden requerir y obtener de los establecimientos de salud el otorgamiento de prestaciones", pero "deberán pagar su valor según el arancel respectivo".

Para Yesid Alberto Castaño Velosa, presidente de Inmigrantes Berracos de Colombia, el problema es que el escrito no considera que hay un grupo poblacional importante, especialmente venezolanos, que han hecho su ingreso en calidad de turistas, pero que en realidad vienen a radicarse al país y que necesitan prestaciones de salud que no pueden solventar.

"Nos comprometimos en la última mesa sectorial de inmigrantes con Salud a que abogados van a trabajar para echar abajo este dictamen que además choca directamente con el Decreto Supremo 67 que manifiesta que se debe atender a todos los migrantes, más allá de cómo ingresan. En el fondo, se está negando la atención porque muchas personas no pueden pagar como se está pidiendo", detalla.

Según Castaño Velosa hay una reunión programada para el 10 de junio en que se va a solicitar que el dictamen se elimine.

Leonardo Arenas Obando coordinador de AIDS Healthcare Foundation asegura que en el último mes han tenido ocho casos de personas que han visto interrumpido su tratamiento contra el VIH-Sida porque están en calidad de turistas. "Pudimos solucionar el asunto en cuatro casos por gestiones directas en los hospitales. Le estamos pidiendo a Fonasa que al menos establezca una excepcionalidad en enfermedades de notificación obligatoria. Hay hospitales que entienden que el asunto se puede agravar si no se recibe atención y estamos llamando a que las personas soliciten a extranjería una visa de residencia temporal".

El abogado administrativo Gabriel Osorio, consigna que "lamentablemente el pronunciamiento de FONASA tiene un germen de inconstitucionalidad feroz. Todos sabemos que hay muchos migrantes que, teniendo el ánimo de residir en Chile, han ingresado como turistas. Y precisamente a esa población tremendamente vulnerable y desprotegida el Gobierno le niega el acceso a atención de salud. Me parece que la realidad supera con creces la frialdad del instructivo y deja en evidencia la discriminación arbitraria y la vulneración del Derecho a la protección de la salud de ciertos migrantes. Es evidente que este instructivo no tiene por objeto regular la atención del ciudadano Sueco que viene de paseo al sur del país, sino del haitiano o venezolano que busca mejores perspectivas de vida en Chile".

Desde Fonasa sostienen que sólo se buscó entregar claridad respecto de directrices que ya se aplican y que incluso, una vez que se venza la visa de turista, la persona puede acceder al sistema sin costo.

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