Obama y su nuevo libro de memorias: “La democracia en EE.UU. está erosionada y no es solo por Trump”

Barack Obama junto a Joe Biden en la Casa Blanca, el 21 de octubre de 2015. Foto: Pete Souza

En “Una tierra prometida”, lanzado hoy, el expresidente estadounidense describe a Joe Biden como “decente, honesto y leal”. En entrevista con O Globo, Obama descarta una eventual carrera presidencial de su esposa. “Michelle no competirá. Puedo garantizar eso”.


Con un anticipo récord de US$ 65 millones, está claro que el editor del libro, Penguin Random House, ha apostado mucho por el primer volumen de las memorias presidenciales de Barack Obama, “Una tierra prometida”, publicado hoy. En sus 976 páginas, el primer mandatario afroamericano de EE.UU. cuenta en primera persona la historia de su trayectoria: de ser un joven en busca de su identidad a convertirse en líder del mundo occidental, y describe con detalle tanto su formación política como los momentos cumbre del primer mandato de su histórica administración.

“Ninguna sensación es comparable a la de terminar un libro, y estoy muy orgulloso de este. He pasado los últimos años reflexionando acerca de mi Presidencia, y en ‘Una tierra prometida’ he intentado ofrecer una crónica honesta de mi campaña presidencial y mi mandato: los acontecimientos y personas clave que lo modelaron, mi opinión sobre en qué acerté y qué errores cometí, y las fuerzas políticas, económicas y culturales con que mi equipo y yo tuvimos que lidiar, y con las que como sociedad seguimos lidiando”, ha explicado Obama.

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Una Tierra Prometida, de la editorial Penguin Random House.

En su nuevo libro biográfico, Obama revela que dudó acerca de escoger a Joe Biden como su compañero de fórmula en el verano de 2008. Al senador de Delaware le fascinaba hablar, no tenía filtros y “no siempre estaba consciente de eso”, escribió el expresidente, según detalla The Washington Post. “No podíamos ser más diferentes, pero me di cuenta que el contraste entre nosotros era atractivo”, señala Obama, quien dice además que descubrió que Biden tenía un buen corazón, experiencia en la política exterior y un imán para la clase trabajadora.

“Me gustó el hecho de que Joe estaba más que preparado para convertirse en Presidente si algo me hubiera sucedido, y que eso podría tranquilizar a los que aún se preocupaban de que yo fuera demasiado joven. Lo que más importaba, sin embargo, era lo que mi instinto me decía: que Joe era decente, honesto y leal. Creía que le importaba la gente común y corriente, y que cuando las cosas se ponían difíciles, podía confiar en él. No me decepcionaría”, dice Obama sobre su vicepresidente.

Teorías de conspiración

Asimismo, Obama proporciona detalles sobre los obstáculos que enfrentó para empujar su agenda. En ese sentido, afirma que asumió el poder comprometiéndose a trabajar con los republicanos, pero dice que sintió una creciente furia y frustración de ver cómo el partido de la oposición fue justo eso: casi siempre estuvo en oposición.

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Barack Obama pronuncia un discurso durante el Día del Reportero Universitario en la Sala de Prensa James S. Brady de la Casa Blanca, el 28 de abril de 2016. Foto: Pete Souza

En entrevista con el diario O Globo, Obama se refiere a ese punto. “Como digo en el libro, nuestra democracia está erosionada. No es solo un resultado relacionado con Donald Trump. Las historias que cuento sobre mi presidencia indican cómo algunas de estas tendencias ya existían. La tendencia del Partido Republicano a impugnar y obstruir incluso las políticas que ellos habían propuesto antes si la propuesta venía de mí. El tipo de teorías de conspiración y asociaciones muy vagas con la verdad que vimos en algunos de los medios de comunicación de derecha y ahora en las redes sociales que primero permitieron el movimiento birther (que afirmaba falsamente que Obama no nació en EE.UU.) dentro del Partido Republicano y ahora las afirmaciones del presidente de que hubo fraude en una elección que incluso los funcionarios republicanos locales aseguraron que no tuvo problemas importantes. Algunas de estas tendencias tienen raíces profundas y tomará algún tiempo romperlas, pero al final de cuentas, creo en la democracia estadounidense”, afirmó Obama al periódico brasileño.

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Barack Obama durante una reunión con Luiz Inácio Lula da Silva en la Oficina Oval, el 14 de marzo de 2009. Foto: Pete Souza

En el libro, según consigna O Globo, Obama describe al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva como un líder cautivador que sacó a la gente de la pobreza, pero que tendría “los escrúpulos de un jefe mafioso”. El exmandatario estadounidense ahonda más en ese tema en la entrevista con el diario carioca. “Bueno, con los informes de corrupción que surgieron, no los conocía todos en ese momento. Creo que el don que tuvo Lula de conectar con el pueblo brasileño y el progreso económico que sucedió cuando sacó a la gente de la pobreza son cosas que no se pueden negar”, señala. Y agrega: “Una de las cosas que trato de hacer en el libro es describir las complejidades de todas estas figuras. Hablo de Putin, de Merkel. Lo que te das cuenta es que la mayoría de los líderes son un reflejo de las contradicciones y tensiones en sus países. Hay algunos, como Merkel, de los que fui muy cercano. Hay otros, como Putin, con los que tuve una relación más de rivalidad”.

Fiestero y fumador

En otra entrevista con CBS, Obama descarta un posible cargo en la administración de Biden. “Le ayudaré tanto como pueda. Pero ahora no tengo en mente trabajar con el personal de la Casa Blanca en algo”, aseveró. Sobre el traspaso de poder, el expresidente dijo que “está seguro” de que Biden y su futura vicepresidenta, Kamala Harris, jurarán sus respectivos cargos a pesar de que Donald Trump se ha negado aún a reconocer su derrota. En este sentido, señaló que “no hay bases legales” para denunciar fraude en las elecciones del 3 de noviembre pasado. “Es decepcionante (que tenga el apoyo de algunos republicanos), pero se ajusta a lo que ha estado pasando durante los últimos cuatro años”, enfatizó.

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Barack y Michelle Obama junto a sus hijas, Sasha y Malia, posan para un retrato familiar en la Sala Verde de la Casa Blanca, el 1 de septiembre de 2009. Foto: Pete Souza

En su conversación con O Globo, Obama también descartó una eventual carrera presidencial de su esposa. “¡Con certeza no va a ser Obama! Michelle no competirá. Puedo garantizar eso”, enfatizó. Pero sí se refirió a las opciones de la futura vicepresidenta de Biden. “Cuando Kamala Harris asuma el cargo, estará a solo unos pasos de la Oficina Oval. Ella es una persona con un talento extraordinario. Creo que la resistencia a las mujeres en el liderazgo político ha sido de alguna manera tan fuerte como la resistencia a las personas de color. Es algo que está profundamente arraigado en nuestra cultura (…) Espero que Kamala Harris sea solo el comienzo de un proceso en el que cada vez más mujeres en el mundo sean vistas como líderes viables”, afirmó.

Pero “Una tierra prometida” no sólo aborda el lado político de Obama, también indaga en su infancia y vida personal. Incluso se burla de sí mismo, describiéndose a sí mismo como un “incesante y dedicado fiestero” cuya estrategia “pseudo-intelectual” para cortejar a las mujeres “demostró ser bastante inútil”, señala la revista Esquire. También escribe sobre su hábito de fumar, que no logró frenar durante sus primeros tiempos en la Casa Blanca. De hecho, a veces fumaba discretamente hasta 10 cigarrillos al día, hasta que decidió dejarlo cuando su hija Malia “frunció el ceño” por el olor a humo en su aliento.

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