El calvario de Lavín, el voleibolista que se jugaba a la vez la PSU y el pasaje a Tokio
El líbero de la selección chilena que este fin de semana compite por una histórica clasificación en los Juegos Olímpicos vio frenado el martes su intento de lograr el acceso a la Universidad al no poder rendir la segunda jornada de la prueba por el boicot en su sede. El jugador relata su experiencia y sus sensaciones encontradas.
Lucas Lavín (19 años) ya piensa en el examen que desde este viernes enfrentará junto a la selección de vóleibol de Chile, con la que busca cerrar una inédita clasificación criolla en Juegos Olímpicos. Será el segundo que rendirá esta semana, aunque el primero lo hizo de forma accidentada. Como muchos (y también como su compañero de selección, Jaime Bravo) el joven líbero realizó la PSU este lunes y martes, aunque solo llegó a dar las dos primeras pruebas.
Su local fue el Centro Politécnico de Nuñoa, donde la PSU de Matemáticas terminó suspendiéndose por las manifestaciones realizadas dentro y fuera del establecimiento. "Estaba a mitad de la prueba y de repente unos jóvenes dentro del colegio comenzaron a gritar. Eran los mismos que la rendían. Pasaron 10 minutos y un señor nos dijo 'hasta aquí nomás', así que tomé mis cosas y tranquilamente me fui", recuerda. Ante el escenario social, se temía que algo así ocurriera.
Debió dejar la concentración de la Selección para poder someterse a la prueba. Se preparó de forma autodidacta durante todo el año, con el material que amigos le entregaron y los ensayos que encontró en Internet; durante toda la temporada fue una escena común verlo leyendo libros y ensayos en las giras y torneos que enfrentó junto al sexteto que adiestra Daniel Nejamkin.
Su aspiración, dice, es ser ingeniero civil y aunque no pudo rendir la PSU de Matemáticas, confía en que la situación se solucionará. "De alguna forma se va a tener que entrar a la universidad. O nos harán dar la PSU de nuevo o cada una decidirá su forma de ingreso, pero no van a dejar a toda una generación sin estudiar". Se siente tranquilo. Asegura estar preparado para dar la PSU en cualquier momento.
Y aunque no está de acuerdo con la forma, entiende que el examen de selección universitaria no da para más. "Pienso que sí hay razones para quitarla, porque la PSU realmente no mide las capacidades de los estudiantes. No sé cómo van a mejorarla, no he escuchado una solución para esto, pero se debe solucionar", reflexiona.
Reemplazando a su inspirador
Es difícil que Lavín tenga una semana más agitada como la que desde el lunes vive. Porque además de la PSU que rindió, a contar de mañana ante Venezuela (22.30 horas), en el Arena Monticello, buscará el cupo a Tokio 2020 junto a los Guerreros Rojos. Y como nunca en su breve paso por la selección adulta, será el líbero titular del seis nacional, pues Sebastián Castillo sufrió una lesión durante un entrenamiento que lo sacó del preolímpico. Ahí, todos apoyaron en él la responsabilidad.
El ascenso de Lavín está cargado de simbolismos. Llega a la titularidad reemplazando de emergencia a su inspirador, Sebastián Castillo, el jugador que desde niño miró para mejorar su propio juego. "Su influencia es mucha. Llegué en 2014 a la Selección (menor) y él ya estaba en la adulta. Desde siempre lo he visto jugar, porque también me inspiro mucho en él. Es un ejemplo a seguir, totalmente", asegura.
"Es una lástima lo que le pasó a Sebastián, pero desde el momento que supimos que no iba a estar tuvimos que dar vuelta la página y yo asumí la responsabilidad", reconoce. Pese a la corta edad, su voz refleja una confianza inusual, reflejo quizás del esperanzador momento por el que pasa el vóleibol chileno: "Es grande lo que me tocó, pero estoy tranquilo. Probablemente este campeonato sea lo más importante que tendrá la Selección, pero todos tenemos muchas ganas de afrontarlo. Para nosotros es algo inmenso y me motiva la forma en que llegué a la titularidad, no me asusta. Esta presión me agranda".
Lo agranda tanto, que no tiene reparos en asegurar que es Chile quien tiene el favoritismo en este certamen. El trabajo realizado por Nejamkin y sus dirigidos durante más de un decenio, y al que ahora él se suma, ha demostrado un crecimiento del deporte importante, que este año fue coronado con el cuarto lugar en Lima 2019. "Venezuela es un muy buen equipo, y Colombia y Perú se prepararon bien, pero nuestra posibilidad de clasificar es muy cierta, somos el equipo a ganar. Creo que técnica y tácticamente tenemos las capacidades para ganarlo, dependemos solo de nosotros".
Desde este viernes, Lucas Lavín coronará una semana convulsa, pero especialmente emotiva. Controlará cada embate de sus rivales con la esperanza puesta en Tokio, adueñándose de un puesto del que ya comienza a acostumbrarse. Con 19 años, espera poner fin a seis decenios (descontando las participaciones del fútbol en Los Ángeles 84 y Sídney 2000) en que Chile no ha llevado representantes de equipos colectivos. Y sin perder el sueño a entrar en la Universidad. Si es que se resuelve una alternativa al boicot que el martes le impidió dar el examen de Matemáticas.
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