Vuelve el desfile en el patio del Elíseo: ¿quién será el próximo primer ministro de Francia?
Con Emmanuel Macron decidido a negociar un nuevo gabinete luego de que la izquierda y la ultraderecha derribaran su gobierno, la búsqueda de un nuevo primer ministro se desató. Este viernes recibió a varios dirigentes políticos, desde el Partido Socialista hasta Los Republicanos, mientras el mandatario busca lograr “un gobierno de interés general”.
La crisis política que atraviesa Francia no es cualquiera. Es más, ya pasó a los libros de historia, luego de que este miércoles la extrema derecha y la extrema izquierda del país europeo tumbaran mediante una moción de censura al primer ministro, Michel Barnier. ¿Por qué es histórico? Barnier solo duró 90 días en el poder, convirtiéndose en el mandato más corto en la Quinta República Francesa.
Pero Emmanuel Macron se resiste a dimitir, y la rueda sigue su curso. Ahora, la gran pregunta que rodea a la política del país de origen galo es quién será el elegido por el mandatario para liderar un nuevo gabinete que, promete, será “un gobierno de interés general”. Asediado por ambos lados del espectro político, medios locales reportan que este viernes hay en agenda reuniones con el Partido Socialista -de centroizquierda-, pero también con Los Republicanos -el histórico partido de la derecha francesa-. Ya se reunió con los primeros, y se espera que durante la tarde lo haga con los segundos.
Macron adelantó que nombrará durante los próximos días al nuevo premier, y criticó a sus rivales de la extrema derecha e izquierda de conformar “un frente antirrepublicano”. La urgencia por encontrar un remplazo a Michel Barnier -que seguirá al frente del país en los asuntos corrientes mientras se nombre a su sustituto- se debe a que Francia quedó sin ley de Presupuestos en un momento clave.
“Un pequeño recordatorio al presidente Macron, que se supone garante de la Constitución: la censura no es antirrepublicana, está prevista en la Constitución de nuestra V República”, fue la respuesta de la líder derechista, Marine Le Pen.
Entre los principales nombres destaca Sébastien Lecornu, de Los Republicanos de la derecha francesa; el centrista Francois Bayrou, miembro de un partido aliado de Macron, o el exsocialista Bernard Cazeneuve, entre otros.
De no actuar rápidamente, se tendrá que prorrogar el de 2024 justo cuando el déficit fiscal se disparó y es necesario un ahorro de 60.000 millones de euros para frenar la deuda pública, detalló El País.
Según la prensa internacional, la moción de censura se dio precisamente por parte de legisladores enojados por el presupuesto para 2025, donde el gobierno se ajustaba el cinturón.
Negociaciones e imposiciones
Con el apremio por encontrar un primer ministro, medios locales han apuntado a que el primer lugar al que Macron ha mirado ha sido hacia el Partido Socialista, cuyos 66 escaños en la Asamblea Nacional aparecen como tentadores. Si bien la tienda roja votó a favor de derribar a Barnier, en los últimos días han dado muestras de estar dispuestos a negociar un nuevo gabinete, detalló Reuters.
Olivier Faure, líder de los socialistas franceses, se reunió este viernes con Macron. Pero lo hizo con una exigencia en mente: un primer ministro de izquierda y no de derecha. Además, aseguró la citada agencia de noticias, dijo estar dispuesto a hacer concesiones sobre una demanda previa que apuntaba a desechar la reforma de las pensiones de Macron.
“No podemos, si somos responsables, decir que estamos simplemente por la derogación (de la reforma de las pensiones), sin decir cómo la financiamos”, declaró Faure a la prensa.
En entrevista con la cadena Franceinfo, señaló que “vamos a discutir con el jefe del Estado porque la situación del país lo merece (...) eso no significa que me haya convertido en macronista”, añadió, cerrando con que le parece necesario que Macron incluya a los Verdes y a los comunistas en el pacto de gobierno. “Es necesario encontrar una solución porque no podemos paralizar el país durante meses”.
Conseguir el apoyo socialista sería clave, pues son la segunda fuerza más grande del Parlamento, y contar con ellos le quitaría el poder de censura a Agrupación Nacional, de Marine Le Pen y su sucesor, Jordan Bardella, y a Francia Insumisa, de Jean-Luc Mélenchon. Mientras politólogos acuñan al primero como un partido de extrema derecha, al segundo lo califican como de entre izquierda y extrema izquierda, dependiendo de las facciones internas con quien se trate.
El Partido Socialista es, justo por detrás de Francia Insumisa, el segundo mayor miembro del Nuevo Frente Popular, la amplia alianza electoral que logró 193 escaños en las elecciones parlamentarias anticipadas que fueron convocadas por Macron en el verano europeo.
Tras el anuncio del PS sobre que estaba dispuesto a negociar con Macron y Los Republicanos, en Francia Insumisa calificaron de “traición” la jugada. Así lo señaló Manon Aubry, eurodiputada del bloque izquierdista, que dijo a BFM-TV que la decisión del sector no solo era “una traición al Nuevo Frente Popular”, sino también a los “millones de electoras y electores que se movilizaron” en las elecciones anticipadas para bloquear a una avasalladora extrema derecha, bloqueada solo tras la amplia alianza del centro y la izquierda.
Los principales nombres
Si bien iría ligeramente en contra de los deseos de Olivier Faure, uno de los candidatos que suena en la prensa europea e internacional es Sébastien Lecornu, quien desertó de Los Republicanos para apoyar la presidencia de Emmanuel Macron, en 2017, convirtiéndose en uno de sus más grandes defensores.
De solo 38 años, Lecornu fue recientemente ministro de Defensa en el gobierno saliente de Barnier, siendo quien supervisó el aumento del gasto en defensa y el apoyo de Francia a la ayuda militar a Ucrania, un punto crucial de las críticas actuales a Macron, detalló el periódico inglés The Guardian.
Una segunda posibilidad es François Bayrou, de 73 años. El veterano centrista es un aliado natural de Macron debido a su pertenencia al partido Movimiento Democrático (MoDem), parte de la alianza gobernante del mandatario desde 2017. Actualmente oficia como Alto Comisionado para la Planificación, puesto que trabaja en proyectos a largo plazo para la economía francesa.
Según la prensa local, ganó puntos luego de que se supiera que el mandatario lo invitó a comer con él en el Elíseo. El medio español El Debate añadió que Bayrou es “conocido por su pragmatismo y capacidad de negociación”, por lo que “sería una apuesta para buscar consensos en un Parlamento dividido”.
Ahora podría sumarse al liderazgo del gobierno, luego de un fallido intento por integrar el gabinete. Previamente, Macron lo había nombrado ministro de Justicia, pero dimitió solo semanas después tras una investigación sobre la supuesta contratación fraudulenta de asistentes parlamentarios por parte de su partido. Este año, sin embargo, la acusación fue desestimada y salió absuelto de toda acusación.
La tercera opción nombrada en la prensa internacional es Bernard Cazeneuve, quien alguna vez fue un alto cargo del Partido Socialista, pero que dimitió a la tienda en 2022. Su postulación resuena porque la principal razón de su alejamiento fue la decisión del partido de formar una alianza electoral con Francia Insumisa, en 2022.
Experiencia tiene. Con 61 años, Cazeneuve fue el primer ministro durante los primeros meses de la presidencia del socialista François Hollande, pero también ofició como ministro del Interior. Fue justamente él quien estaba a cargo de la seguridad cuando ocurrió el ataque a Charlie Hebdo y el asalto de islamistas en París, el 13 de noviembre de 2015, recordó Reuters.
Otros dos candidatos son el centroderechista Xavier Bertrand, quien ya fue ministro bajo las presidencias conservadoras de Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy -además de participar en las primarias presidenciales de Los Republicanos en 2022-, y François Baroin, quien fue brevemente el ministro de Finanzas de Francia.
Por último, algunos medios nombran a Bruno Retailleau, representante de la derecha conservadora clásica. Si bien no pertenece al círculo cercano de Macron e incluso ha criticado algunas políticas del mandatario, se le reconoce como un “defensor del orden y las reformas estructurales, lo que podría alinearlo con ciertas prioridades del presidente”, escribió El Debate.
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