Y para qué: cómo se enfoca el fútbol cuando se entrena a ciegas
Los planteles y competidores individuales practican sin certezas e inmersos en un conflicto social que, dicen, también les afecta y los ha llevado, incluso, a manifestarse. Mantener la motivación es la principal tarea.
La crisis política y social que afecta a Chile tiene, como a la mayoría de la sociedad, al deporte en estado de alerta. Y de incertidumbre. Se han alterado las planificaciones, se han suspendido las competencias y, en rigor, nadie tiene certeza de cuándo se retomarán. Los deportistas intentan mantenerse en forma, los equipos entrenan, pero nadie sabe para qué, ni menos para cuándo.
El fútbol es uno de los más afectados. La necesidad de que sus espectáculos cuenten con resguardo policial lo mantienen postergado. Con el que viene, ya oficializado por la ANFP como una fecha más sin partidos, serán dos los fines de semana -tres jornadas de competencia- sin actividad. Los clubes, después de un fin de semana y un comienzo de la actual traumáticos, lo que incluye a sus integrantes realizando labores de guardia en los entornos de sus casas o participando de las marchas en algunos casos, intentan mantener cierto grado de normalidad. Practican sin saber para qué. Sin siquiera tener claro cuándo volverán a la cancha.
"Hay que separar las cosas. Mientras podamos entrenar, aprovecharlo. Pero lo más importante es que Chile tenga soluciones. Preocuparnos de cuándo comenzará un campeonato no es relevante. A veces el fútbol se ve muy aparte de otras situaciones. Ahora estamos todos involucrados. No pasa por esperar que juguemos. Está bien no programar fechas. Somos parte de un país. Los futbolistas nacimos en situaciones precarias, complejas", parte diciendo Luis Pedro Figueroa, volante de Universidad de Concepción y ex dirigente del Sindicato de Futbolistas Profesionales.
Figueroa refuerza la idea de que cada futbolista experimenta sensaciones relacionadas con su individualidad. "Cada uno lo vive como lo siente. Es como la vida. A veces vienes a entrenar en medio de un conflicto familiar y tienes que entregarte al 100 por ciento igual. Es lo que está viviendo cada persona que ahora le cuesta ir al trabajo. Tiene que ver, también, con la tristeza por lo que está pasando, lo que uno ve. No estamos en una burbuja. Nosotros convivimos con situaciones que nos afectan también, aunque no sea al nivel del resto de la población. Y no todos los futbolistas son millonarios tampoco. Suben el TAG, la bencina y estamos todos involucrados en la situación de desigualdad. Y nuestras familias también", enfatiza el ex jugador de Colo Colo y Universidad de Chile.
"Ha pasado de todo. Desde que los jugadores tengan que hacer guardias alrededor de sus casas hasta que no pueden llegar a entrenar. Valparaíso está golpeada. Nosotros entrenamos en Mantagua, donde no pasa nada, pero Valparaíso y Quillota están siendo golpeadas. Somos una familia grande de 40 personas, que ha pasado de todo", grafica Marcelo Oyarzún, preparador físico de Santiago Wanderers, uno de los equipos que pelea por el ascenso en Primera B. "El problema es que al menos la ANFP debería dar señales antes. No creo que sea posible que ayer determinaran que no habrá fecha. Comenzamos una semana en el supuesto de que había. Tampoco te dicen cuando volveremos. Es trabajar sin objetivo. No te dicen en qué fecha vamos a volver, con quien nos va a tocar. Eso ayuda a planificar. Uno planifica en base al rival al que le toca enfrentar", remarca.
Su colega Manuel Astorga, de vasta experiencia en clubes locales y extranjeros y también en otros deportes, asiente. "No es que los entrenamientos no tengan objetivo, porque todos lo tienen, ya sea táctico, físico o técnico. Normalmente el objetivo terminal es llegar en la mejor forma a la competencia y ahora, como la cuestión es ambigua, viene la problemática. Es lo que nos pasó en 2010. Había más certeza en ese tiempo que ahora, porque uno no sabe hasta cuando va a durar la movilización social. En el terremoto, algo sabíamos, que en tres semanas volvíamos", explica respecto del factor más importante que detectan los profesionales del área.
Motivación y ansiedad
Mantener la motivación de los respectivos planteles es el principal desafío para los distintos cuerpos técnicos. También, lograr que los futbolistas se mantengan enfocados, al menos en el lapso en que están bajo su cargo. El concepto que más repiten los especialistas en el área sicológico es ansiedad. "La sensación invade a todos. Los deportistas no están ajenos a ese todo. Se han suspendido los entrenamientos, viajes... La ansiedad y la incertidumbre afecta a todos. Eso tensiona, como se ha tensionado todos en el país. Incluso hasta el cambio en el ministerio puede afectar y aumentar el estrés entre los deportistas", apunta Romina Sepúlveda, quien presta servicios en el COCh y el IND. "Creo que es clave el buen liderazgo deportivo. El rol de los entrenadores, presidentes de federación... Necesitan liderar esto y bajar los niveles de ansiedad. Deben propiciar el bienestar emocional de los deportistas", profundiza.
En la misma línea, Alexi Ponce, psicólogo del CAR y director de Go Focus, concibe que el 'para qué' es una de las primeras preguntas que deben plantearse los respectivos staff al momento de planificar las actividades. "Hay que, primero, asumir la realidad y manejar la incertidumbre trabajando. Una pregunta que hay que hacer es por qué viene a entrenar. Y eso tiene que ver con el objetivo de largo plazo. El inmediato se ha ido perdiendo, pero el final está súper visible. El 'para qué' es clave", afirma.
Ponce afirma, además, que la tensión en los deportistas crece en este tipo de situaciones. "Dentro de los factores situacionales que generan estrés está la incertidumbre. Lo que hacen los clubes es modificar las cargas de trabajo físico. Y en nuestro caso, la idea es que el deportista sea capaz de verbalizar, conversar lo que está viviendo y, paralelamente, continuar trabajando, sobre todo en esta etapa en que se están jugando cosas. Primero, hay que asumir la realidad y manejar la incertidumbre trabajando", enfatiza el profesional, quien ya tuvo que enfrentar un escenario parecido en 2010, cuando el terremoto obligó a Universidad de Concepción, el club al que asesoraba, a modificar su calendario de actividades.
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