Beatriz Sánchez (Frente Amplio): “Me parece injusta la crítica hacia nosotros, pero entiendo que es en clave de competencia”
La carta del FA para presidir la Convención Constitucional defiende su opción y desestima que su sector monopolice los espacios de poder tras el triunfo de Gabriel Boric en la presidencial.
Beatriz Sánchez, excandidata presidencial del Frente Amplio y actual convencional por el distrito 12, asegura que tiene los atributos que se requieren para suceder a Elisa Loncón en la mesa de la Convención Constitucional, y desestima que una eventual presidencia suya, al pertenecer a la misma coalición que el presidente electo, Gabriel Boric, pueda mermar la autonomía y los equilibrios políticos del proceso.
¿Cómo surge su opción para la presidencia de la Convención?
Como Frente Amplio tuvimos una discusión larga. Definimos que lo que viene es salir a contar lo que es la Convención, porque tenemos un plebiscito de salida. Hay que llenar ese espacio en que tenemos un déficit en términos no solo comunicacionales, sino en la capacidad de instalar un relato y conectarlo con la ciudadanía. Ante ese escenario, desde el colectivo me plantearon que se necesitan ciertos atributos que no se pueden ir generando en el camino, porque tenemos poco tiempo. Esto, siempre pensando en la presidencia y vicepresidencia, no en un cargo en específico.
¿Ese déficit es responsabilidad de la mesa actual, no?
Jaime Bassa y Elisa Loncón se echaron al hombro un proceso desde cero y con muchos problemas. Esta no fue una presidencia y vicepresidencia simbólicas, como se ha querido instalar. Pero no podemos pedirles a esos liderazgos que sean superhéroes o superheroínas.
¿Qué le ha parecido la crítica respecto de que el FA esté buscando copar todos los cargos y que una presidencia suya pudiera implicar un peligro para la autonomía de la Convención?
El presidente electo va a asumir en marzo, cuando ya estemos terminando de votar, entrando en la armonización. Desde el Frente Amplio creemos que debe haber autonomía total.
¿Ha sido injusta, entonces, esa crítica?
Es una crítica muy injusta, porque no es mi voz solamente la que habla, es nuestra pega de aquí para atrás la que lo hace por nosotras y nosotros. Entonces, me parece injusto y me parece que responde solo a la disputa de un cargo. Me da pena, pero entiendo que es en clave de competencia.
Ustedes van a pasar a ser la coalición gobernante y, por ejemplo, en la Cámara, se están buscando acuerdos de gobernabilidad más transversales, pensando en que van a necesitar esas mayorías en el Parlamento. ¿No le hace sentido que eso se replique en la Convención?
Los liderazgos en la Convención están repartidos, no es que aquí se va a ocupar la presidencia, la vicepresidencia, todas las vicepresidencias adjuntas, todas las coordinaciones. Hay que poner una perspectiva; cuando se dice que el FA está en demasiados lugares, eso no es así. Ha habido una convivencia en la mesa ampliada que representa a todos los sectores.
Si usted llegara a ser electa, ¿podría garantizar que va a ejercer un liderazgo independiente de los intereses del gobierno electo?
Absolutamente. Hemos demostrado como Frente Amplio que hemos tenido independencia de los partidos del conglomerado. Nuestra presencia acá no tiene que ver con un gobierno que dura cuatro años, sino con los próximos 50 años.
¿Cuál es el principal desafío que implica liderar este proceso?
Una cosa es generar este relato del que hablaba y esta conexión con las personas, pero también tenemos un desafío interno que es mantener las condiciones para el diálogo y la mejor convivencia posible. Por eso, la nueva conducción debe ser colaborativa, por un lado, para permitir los acuerdos amplios que se requieren -de 2/3- y, por otro, para lograr los objetivos en el plazo que tenemos. Efectivamente, estamos muy exigidos desde ese punto de vista, es complejo, porque reglamentariamente tenemos muchas cosas que cumplir y el tiempo es muy poco.
¿Sería partidaria, más allá de la conformación del próximo Congreso, de que la Convención pida una prórroga?
Por el momento, no. Soy partidaria, por el momento, de que nos vayamos ajustando lo más posible al cronograma que ya existe. Y si es necesario ir haciendo cambios para ir ganando tiempo, pero terminar el 5 de julio, que es el último día que debería funcionar la Convención Constitucional.
Algunos interpretaron los resultados de la primera vuelta y la parlamentaria como un llamado a la moderación a la Convención que ha perdido respaldo ciudadano. ¿Cómo se lee hoy eso tras el triunfo de Boric?
Cuando uno está en un proceso de transformación estructural hay que explicar mejor de lo que estamos hablando. La Convención ha pasado por etapas y momentos. Evidentemente, hubo un momento de aterrizaje que fue más identitario. Ahora eso se ha ido encauzando. No somos los mismos y las mismas a los que llegamos.
Pero Boric dio giros significativos entre la primera y la segunda vuelta e instaló esta idea de cambios con responsabilidad. ¿Es ese un mensaje que también debería escuchar la Convención?
A mí me gusta cómo suena ese mensaje. Cambios con tranquilidad, cambios con seguridad, cambios que vas a entender, cambios donde te vamos a incorporar.
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