Columna de Carolina Molinare: La tríada económica
Por Carolina Molinare, Directora del Bachillerato en Administración y Economía UDP e Investigadora OCEC UDP.
Durante el trimestre enero-marzo de 2023, la economía chilena experimentó una contracción del 0,9% anual según el Imacec, lo que representa dos trimestres consecutivos de caída interanual. Si bien no hay una definición única para establecer una recesión técnica, un criterio habitualmente utilizado es que haya 2 trimestres consecutivos de caída de la actividad económica. Si se usa la medición interanual, que es la medición primaria que usa el Banco Central cuando presenta las cifras, estaríamos en recesión técnica.
Por supuesto, también hay otras formas de medir el cambio en la actividad económica, como la variación trimestral del PIB desestacionalizado por dos trimestres consecutivos, reflejando el hecho que no existe una única manera para establecer una recesión técnica. Sin embargo, más allá del debate de si estamos en recesión o no, lo más relevante es lo que ocurre con el mercado laboral, ya que esta es una de las principales preocupaciones de la ciudadanía y es una de las vías concretas en la que los vaivenes de la actividad económica influyen en la vida de las personas.
Cuando hay una contracción económica, existe una disminución de la producción, lo que conlleva una menor necesidad de contratación de empleo asalariado formal en el sector privado. El debilitamiento de la actividad económica ha llevado a un cambio brusco en la composición de la creación anual de empleo, que pasa a ser liderado por generación de empleo asalariado en el sector público y de trabajo por cuenta propia. Es probable que la generación de empleo asalariado formal en el sector privado siga debilitándose en los próximos meses, en medio de una caída esperada en el segundo trimestre del PIB en términos anuales. Asimismo, se esperan nuevas alzas en la tasa de desempleo, lo cual refleja que el escenario más complejo de 2023, se concentrará en el primer semestre del año.
En medio de un ajuste de la demanda interna, la inflación, mantiene una tendencia de moderación en el alza. Esta es una buena noticia, que se refleja en el aumento marginal de los salarios reales en marzo, después de 17 caídas mensuales consecutivas. Así mismo se espera que durante abril o mayo la inflación presente valores por debajo de los dos dígitos, lo que permitiría que el alza de los salarios reales sea más persistente, mejorando la situación económica de los/as trabajadores/as.
En el segundo semestre del año se espera que mejore la actividad económica, con un mercado laboral más auspicioso y una inflación más contenida.