Raúl Figueroa, ministro de Educación: “Cuando uno está en un cargo de autoridad, lo que no puede hacer es paralizarse”
Nunca más una diferencia política debería ser resuelta a través de una acusación constitucional, dice el ministro de Educación, quien sorteó con éxito esta semana el intento de la oposición por destituirlo. El secretario de Estado reitera que todos los colegios cuentan con las medidas de apoyo para reabrir las aulas, contrario a lo que afirman sus adversarios, a quienes acusa de perjudicar a los niños.
El alivio ayer era evidente en el rostro de Raúl Figueroa, luego de que la Cámara de Diputados rechazara la acusación constitucional en su contra, que él consideraba injusta, pero que de todas formas tuvo un resultado ajustado, de 76 votos en contra, frente a 71 votos a favor de su destitución. El ministro de Educación responde a las acusaciones que le imputaba el libelo y demanda a la oposición que deje de utilizar esta herramienta constitucional como vía para solucionar conflictos políticos.
En la Cámara, ustedes decidieron no ir a la cuestión previa sino que apuntaron al fondo. ¿A qué responde esa estrategia?
Si bien la acusación era jurídicamente muy débil, nos pareció importante que las imputaciones que se hacían en la acusación no fuesen validadas. Hay quienes señalan que hay que desdramatizar el uso de la acusación constitucional y se olvidan que implica imputaciones en extremo graves para alguien que ha jurado cumplir la Constitución. Por lo tanto, me pareció importante que quedara de manifiesto que no sólo era débil, sino que quedara en extremo claro que los hechos que se imputan como vulneraciones a la Constitución o la ley no eran efectivos.
¿Conversó con los diputados radicales y de la DC que votaron en contra?
No conversé con ningún diputado y la estrategia se centró en demostrar los enormes esfuerzos que hemos hecho para darle continuidad al sistema educativo; a que la contundencia de los argumentos hiciera fácil la votación de quienes consideran que hay que, de una vez por todas, terminar con el debate pequeño y poner los grandes objetivos del país como prioridad.
¿Cree que después de esto la oposición no continuará presentando acusaciones a juicio de ustedes sin sustento?
Ha quedado en evidencia que se ha hecho un uso equivocado de una herramienta constitucional como es la acusación. Esto es un análisis más político, pero quedó en evidencia que estas acusaciones constitucionales ya no traen réditos políticos para sus promotores.
Usted dice que la acusación se usó con fines políticos, ¿cuáles eran esos fines?
Lo que hacía la acusación era marcar con fuerza una diferencia política, que se centraba en la decisión de este ministro de impulsar la apertura de las escuelas y jardines infantiles, es circunstancias de que quienes promovían la acusación se oponían a esto. Esa diferencia política es la que no se puede resolver a través de la acusación constitucional, por eso dijimos que se estaba utilizando políticamente. Se usó para paralizar la gestión de este ministro. Pero cuando uno está en un cargo de autoridad, lo que no puede hacer es paralizarse. Y si hay algo de lo cual estoy orgulloso es de haber conducido siempre la política del Ministerio de Educación sobre la base de profundas convicciones. La acusación fue una manera de paralizar la gestión del gobierno y, por lo tanto, es positivo que se haya rechazado.
Pero la oposición no cuestiona el regreso a clases, sino que las condiciones en que se regresa…
Lo que ha hecho un grupo de la oposición es oponerse sistemáticamente a la apertura de los establecimientos. Los cuatro proyectos de ley que han presentado bajo esa lógica no hacen más que confirmarlo y el hecho de que la acusación constitucional tuviese como hilo conductor y un capítulo que decía que la apertura de los establecimientos educacionales implica, según ellos, un atentado contra la vida y la salud de la comunidad educativa, confirma esa diferencia. No es una diferencia que yo esté inventando, sino que queda de manifiesto con su conducta y con la acusación, que no hizo más que distorsionar la comunicación. Hoy tenemos 10.400 establecimientos educacionales con clases presenciales y al mismo tiempo los acusadores presentaron un libelo en el que se me imputaba atentar en contra de la vida y la salud por ese hecho.
Pero en el libelo se dijo que solo hubo fondos concursables para reabrir, a los cuales accedió el 7% de los colegios. ¿Es así?
Solo en 2021, el presupuesto en infraestructura para la educación pública se incrementó en 62%. En los últimos cuatro años lo hemos incrementado en más de 100%. Por lo tanto, decir que este ministerio no ha puesto a disposición recursos para la mejora de la infraestructura pública es simplemente una farsa.
¿Usted diría que el 100% de los colegios tiene hoy apoyo para abrir sus aulas?
El 100% de los colegios en Chile ha tenido a su disposición los apoyos. El 100% presentó en enero un plan de funcionamiento para reabrir sus establecimientos. Y si existen falencias en materia de infraestructura de la educación pública en algunos establecimientos, es porque sus sostenedores no han hecho la gestión adecuada para mantenerlos en condiciones óptimas. Pero el Mineduc ha tenido siempre recursos a disposición para que esos sostenedores, si presentan los proyectos, puedan adjudicarlos y conservarlos.
¿Y en el caso de los colegios de los Servicios Locales de Educación, que dependen del ministerio, se han podido reabrir las aulas?
Cerda del 84% de los establecimientos que dependen de los Servicios Locales de Educación está con actividades presenciales, lo que es una cifra bastante mayor a la que muestran los municipios.
Los parlamentarios dicen que disminuyeron las subvenciones para el 49% de los colegios municipales y particulares subvencionados, ¿es así?
El hecho de que algunos establecimientos reciban en un año menos recursos por subvención y que otros reciban más tiene que ver con el diseño del mecanismo de financiamiento y una serie de elementos que se consideran a la hora de asignar los recursos, como la matrícula de los alumnos y retenciones que por ley estamos obligados. Todos los años hay un grupo de establecimientos que puede recibir más recursos y otro grupo que puede recibir menos.
¿Diría que todos los colegios cuentan con los recursos o tienen las condiciones materiales para abrir?
Hay que distinguir dos cosas. Es cierto que existen establecimientos que acarrean desde hace tiempo dificultades en su infraestructura. Para ellos, hemos multiplicado los fondos, al punto de que este año $ 186.000 millones están disponibles a ese propósito, y la responsabilidad de conservar la infraestructura pública de los establecimientos educacionales es del sostenedor. Otra cosa es que los establecimientos se organicen para cumplir los protocolos sanitarios del colegio y para ello nos hemos asegurado de que el 100% de los colegios presente su plan de funcionamiento acorde a esos protocolos, de entregar kits sanitarios, de asegurar toda la subvención, y de flexibilizar la Subvención Escolar Preferencial, que ha permitido que durante el 2020 tengan $ 120 mil millones y durante 2021 otros $ 140 mil millones disponibles.
En resumen, ¿cree que hay sectores que prefieren no volver a clases presenciales?
Lamentablemente existen grupos que, frente a la pandemia, optaron por paralizarse y dejaron de lado el deber que tenemos de buscar los medios para avanzar. La reapertura de los colegios ha sido promovida por todos los organismos internacionales y en Chile ha sido exigida por expertos de la salud, de la educación y por los apoderados. Lamentablemente, también han existido iniciativas de ley, que se han rechazado, pero que buscaban impedir la apertura de establecimientos, y hemos visto en grupos minoritarios, pero vociferantes, una oposición permanente a ese proceso, lo que solo perjudica el bienestar de los niños.
Entre estos sectores que no quieren volver a las clases presenciales, también hay apoderados, ¿opina que ellos están equivocados?
Hay que ser comprensivos con el temor que tienen los apoderados, por eso los esfuerzos deben estar en generar condiciones que les permitan recuperar la confianza en el sistema educativo. Hemos puesto énfasis en que los establecimientos estén disponibles para las familias, pero si el colegio no está abierto, el papá no puede tomar una decisión.
Pero uno lo escucha y pareciera que todo funciona de maravilla, ¿no hay alguna autocrítica respecto a algo que haya hecho mal?
Los diputados que rechazaron la acusación captaron la magnitud del esfuerzo que se ha hecho, lo que no significa que no existan cuestiones pendientes o que no hayamos cometido errores…
¿Podría identificar esos errores?
Uno siempre puede mejorar la manera en que se lleva a cabo la comunicación e identificar de mejor manera ciertas necesidades específicas y abordarlas de manera más efectiva. Pero en un contexto tan complejo, creo que lo central es haber sido capaces de fijarse objetivos claros y haber reaccionado a tiempo. Ciertamente estamos a mitad de camino y lo que quedó en evidencia esta semana es que se ha comprendido que no tenemos un segundo que perder. Hay legítimas diferencias, pero no nos podemos equivocar en un objetivo común.
“Me parece más virtuoso financiar colegios con las salas llenas que colegios con las salas vacías”
A propósito de la polémica por las subvenciones, y más allá de lo que pase con la pandemia, ¿es posible retomar la discusión respecto a cómo se financian los colegios?
El modelo de financiamiento de la educación en Chile se basa, en períodos normales, en la asistencia media de los alumnos a los colegios y eso tiene un propósito que es bastante evidente de política pública: incentivar la asistencia de los alumnos a clases. Durante la pandemia eso se ha modificado, porque la asistencia es voluntaria y no está rigiendo ese mecanismo. Pero en un período normal, todos aquellos mecanismos que permitan por un lado asegurar el financiamiento del sistema educativo, y por otro, incentivar la asistencia de los alumnos, me parece que es virtuoso. Por eso, creo que las modificaciones deben ir fundamentalmente por la vía de los proyectos de ley que ya tenemos en curso, como el que flexibilizar aún más la Subvención Escolar Preferencial, para que los recursos se puedan gastar en las verdaderas necesidades de los establecimientos.
Pero muchos dicen que el financiamiento vía voucher no es virtuoso, que provoca desfinanciamiento en algunos colegios…
La evidencia muestra que la variabilidad de los ingresos de los colegios no es tan amplia como algunos lo indican y quienes son críticos del sistema que se olvidan de cuál es la finalidad de esto, que es que los colegios tengan una oferta de calidad atractiva para las familias. Tenemos que preocuparnos de que efectivamente cada alumno tenga el financiamiento adecuado para recibir la mejor educación y no de generar mecanismos de financiamiento que olviden lo importante que es tener alumnos en la sala de clases. Me parece más virtuoso financiar establecimiento con las salas llenas que financiar establecimiento con las salas vacías.
Pero en Chile, la escolaridad hoy es masiva, quizás ya no es necesario amarrar el financiamiento a la asistencia.
Interesante lo que usted señala, porque en Chile la asistencia tiene que ser masiva, precisamente porque existen instrumentos que la incentivan. El pago para asistencia es uno de los elementos que ha permitido en Chile tener una alta asistencia.
¿Tienen planeado regular la educación a distancia? Para que pueda ser usada a futuro, en futuras crisis, de forma reglada
Esta crisis sanitaria nos pone importantes desafíos para el futuro y deja en evidencia una serie de necesidades que tiene el sistema educativo, como la urgencia de tener de manera permanente mayores niveles de flexibilidad; la urgencia de entregarles a los establecimientos espacio de libertad que les facilite la innovación; la importancia de involucrar a los padres en el proceso educativo, que ha quedado tan evidente en este tiempo y que nosotros debiésemos proyectar; y contar también con mecanismos tecnológicos que faciliten el proceso educacional. Yo creo que la presencialidad es verdaderamente irreemplazable en términos masivos en el sistema educativo y así lo reconocen todos los expertos y organismos internacionales. Pero ciertamente tenemos un amplio espacio para proyectar un sistema educativo más moderno y que se haga cargo de mejor manera las necesidades.
Y en esa lógica, habría que asegurar la conectividad a internet en todo el país, porque sería la única forma de garantizar el derecho a esa educación…
Nosotros estamos haciendo ese esfuerzo. gracias al plan Conectividad 2030, con el cual el 99% de los establecimientos educacionales en el país va a tener internet de banda ancha a disposición de todos los alumnos en el colegio. Ese plan ya está funcionando y tiene dos fases. Primero, a los que ya tenían internet les estamos incrementando la velocidad de la navegación y a los que no tenían, los estamos conectando.
Por último, ministro, usted lleva un año insistiendo en la apertura de las escuelas, lo repite como si fuera una letanía, pero el resto del mundo no lo acompaña, incluso alcaldes oficialistas se le han opuesto. ¿No siente que da una lucha solitaria?
Yo no me he sentido solo en ningún momento en este en este ministerio. Tenemos un equipo en el Ministerio de Educación que trabaja con profunda convicción y que ha hecho todo lo posible en este período. Y hemos visto también cómo las comunidades educativas han comprendido lo importante que es seguir avanzando en tener los establecimientos a disposición de las familias. Lo que sí he visto es que existen ciertos grupos que, por diversas razones, han hecho lamentables esfuerzos por paralizar el proceso de reapertura de los establecimientos educacionales y esa parálisis genera daño en las comunidades. Por eso creo que es muy importante la señal que nos ha dado el Congreso esta semana, donde de alguna manera están señalando que esos debates estériles que en nada contribuyen al bienestar de los niños debemos dejarlos de lado y debemos asumir que la única manera de generar mejoras en la educación es trabajando en conjunto, teniendo objetivos comunes y poniendo siempre el bienestar de los niños como una prioridad.
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