Seguridad: las medidas y énfasis tras la priorización de la agenda antidelincuencia

“El 50% de la flota o del parque vehicular de Carabineros estaba inutilizable. Eso era abandono del Estado. Tuvimos que hacer que el Estado volviera a estar presente para las policías”. La frase ha sido repetida toda la semana por la vocera de gobierno, Camila Vallejo (PC), dejando entrever que la seguridad va ocupar la pole position en la cuenta pública que entregará el Presidente Gabriel Boric. Aunque no siempre lo fue.

De hecho, en el programa de gobierno -con el que el Jefe del Estado llegó al poder- la seguridad aparecía en lugar número 11 de la “priorización programática”. “Seguridad y agenda antidelitos” estaba detrás de otros temas como pensiones, educación pública, crisis climática, derechos del agua y derechos humanos.

Sin embargo, poco antes de aterrizar en La Moneda, el escenario nacional ya había cambiado. La seguridad se había vuelto una prioridad para los chilenos, ante el aumento de los delitos violentos, crimen organizado y narcotráfico. Y así lo registraban todos los sondeos de opinión. De este modo, la “refundación de Carabineros”, la “desmilitarización del wallmapu” y otras promesas se esfumaron rápidamente, tal como lo evidencian los cambios de tono y de énfasis de las últimas dos cuentas públicas del Jefe de Estado.

En el programa de gobierno de Apruebo Dignidad se establecía que “refundaremos nuestras policías, aumentando la dotación en las comunas que más lo necesiten, mejorando su eficiencia en la persecución del delito y asegurándonos de que respeten los derechos humanos y se subordinen al poder civil”.

La palabra la utilizó gran parte de la primera vuelta. Pero, instalado ya en La Moneda -en medio de la presión por más seguridad y ante el rechazo que había provocado el reemplazo de la policía uniformada en el debate constitucional-, el Jefe de Estado zanjó posiciones: “Refundar no es una palabra adecuada, porque acá las cosas no parten de cero. Y, por eso, es importante que las cosas vayan cambiando y mejorando en la medida en que uno escucha otras opiniones. Reformar Carabineros, con Carabineros”, dijo a TVN, en noviembre.

En la primera cuenta pública que le tocó en 2022 había sido escueto frente a este tema. La palabra “seguridad” la repitió 18 veces e “inseguridad”, una vez. Otros conceptos, como “Carabineros”, los mencionó siete veces; seis veces “migración”, 10 veces “justicia” y una “estado de excepción”. Además, mencionó cinco veces “estallido”.

De los conceptos más repetidos ese año, “seguridad” ocupó el puesto 16. Y dedicó 16 minutos a hablar de seguridad, lo que correspondió a cerca del 10% de toda la cuenta pública, hecho que le valió una fuerte crítica de la oposición, por no estar supuestamente en sintonía con la principal preocupación de los ciudadanos, pues se consideró insuficiente que el Mandatario se comprometiera solo a impulsar una serie de medidas y proyectos, como promover las actividades comunitarias y culturales para la recuperación de espacios públicos; el ingreso de indicaciones para el proyecto de ley del Ministerio de Seguridad Pública; inaugurar nuevos cuarteles policiales; modernizar el sistema de Inteligencia; crear el Servicio Integral de Apoyo a Víctimas de Delitos, y destinar $ 3 mil millones a la persecución del crimen organizado, entre otros anuncios.

“Chile merece vivir en paz. Vamos a recuperar los espacios públicos con actividades comunitarias, culturales, que convoquen a todos y todas. Estamos trabajando intensamente para que ninguna persona se sienta atemorizada esperando una micro o al momento de llegar a su casa porque podría sufrir un portonazo”, dijo.

Un año después las cosas serían distintas, empujadas, otra vez, por la contingencia. Según las cifras del Centro de Estudios y Análisis del Delito (CEAD), de la Subsecretaría de Prevención del Delito, los delitos de mayor connotación social pasaron de 234.064 casos en 2021 a 354.683 en 2022.

Por lo mismo, para la cuenta pública 2023 -y con una agenda de seguridad priorizada andando-, el Presidente visibilizó su giro. Repitió la palabra “seguridad” 25 veces, “inseguridad”, seis veces; “migración”, cinco; “justicia”, 14 veces, y en el mismo número “Carabineros”. Y “estallido” quedó relegada a solo una mención.

Citó “delincuencia” 20 veces, a diferencia de 2022, que sólo la utilizó en cuatro pasajes del discurso. Además, el tiempo que el Presidente dedicó a hablar de seguridad fue de 32 minutos, exactamente el doble del año anterior.

“Chile entero está conmovido, preocupado y ocupado por el grado de violencia que ha alcanzado la delincuencia en nuestro país. Y ojalá que esos delincuentes nos estén escuchando (...). He podido sentir los estragos que provoca la delincuencia y el narco en la vida de las familias, que terminan encerradas en sus propias casas, cuando lo que tenemos que hacer es recuperar los espacios públicos”, dijo el Mandatario.

Sus promesas del año pasado estuvieron centradas en fortalecer los recursos operativos de la policía. Así, anunció un aumento presupuestario del 4,4% en seguridad, presentar un proyecto de ley para reintegrar a carabineros retirados, implementar el Plan Calle sin Violencia y la renovación del 100% de la flota vehicular de la institución, entre 2023 y 2026.

Según la tendencia de los años anteriores, la seguridad debería posicionarse dentro de los tres primeros ejes del discurso del Presidente, el cual tendrá de fondo dos graves episodios: el asesinato de los tres carabineros en Cañete -Carlos Cisterna, Sergio Arévalo y Misael Vidal- y el secuestro y homicidio del teniente (R) venezolano Ronald Ojeda.

Fuentes de La Moneda sostienen que habrá una referencia en el discurso sobre el triple homicidio a Carabineros, que pronunciará el nombre de los mártires y que enviará un mensaje a los responsables. Así ha ocurrido en otros años. No hay claridad, en todo caso, si habrá o no una mención especial al caso Ojeda.