Hugo Lavados, economista y rector USS: “Es necesario que exista más preocupación del gobierno por valorar la actividad económica y el crecimiento”
El ex ministro de Economía del primer gobierno de Michelle Bachelet arriba por segunda vez a la rectoría de la U. San Sebastián, con la responsabilidad de conducir una institución privada que se ha posicionado como la segunda casa de estudios con más estudiantes matriculados en el país. En esta entrevista entrega su visión del rumbo del país en materia económica, social y política.
Hugo Lavados Montes fue investido el 20 de junio como rector de la Universidad San Sebastián (USS), lo que marca su retorno a la casa de estudios donde ejerció como académico, decano de la Facultad de Economía, y rector entre 2014 y 2018. Ingeniero Comercial de la Universidad de Chile y Máster en Economía de Boston University (EEUU), conoce muy bien, además, el funcionamiento del Estado. Fue superintendente de Valores y Seguros (1990-1994), director de ProChile (2003-2006) y ministro de Economía entre 2008 y 2010, en el primer período de Michelle Bachelet.
En esta entrevista, despliega su visión respecto del rumbo del país, de la educación y de la economía: “No tengo ni la capacidad ni la imprudencia de dar un consejo al ministro de Hacienda. Conozco bien a Mario Marcel desde su cargo de director de Presupuestos. Un economista connotado como él no necesita consejos. Más bien la reflexión que puedo hacer es que ojalá sea un factor que ayude a convencer al gobierno de empujar más hacia la senda del crecimiento para tener un mejor desarrollo social y cubrir las urgencias que tiene el país”.
¿Cree Ud. que al gobierno le incomoda situar al crecimiento de la economía como una prioridad?
Entiendo que sea complicado plantear para ellos el tema del crecimiento. Hay que recordar que esta visión más bien estatista surge con los movimientos estudiantiles que se plantearon contra el financiamiento universitario de la década pasada. Yo espero que ojalá podamos tener un debate económico serio, un análisis sobre la base de lo que es real y no de mitos. Porque las políticas públicas siempre van a ser mucho mejores para lograr su objetivo si se basan en la realidad, en los hechos, en evidencia.
¿Cómo ve el panorama al interior del gobierno en el tema económico?
Lo que uno echa de menos es que exista más preocupación política del gobierno en función de valorar la actividad económica y el crecimiento. Lo que se ve es que hay una especie de desvalorización de la empresa y de los mercados, lo que es una visión equivocada de la realidad. Y también reconozco que es necesario en este país seguir un camino de superación de las necesidades evidentes de la población. Por ejemplo, la situación de vivienda es muy terrible. Las personas no viven en campamentos por gusto.Y hay un tema del que no se habla mucho: para ningún país es fácil absorber un porcentaje importante de población inmigrante en un período corto de tiempo. Se ha llegado a hablar de dos millones de nuevos habitantes que requieren de servicios como educación, salud, vivienda.
¿La visión más estatista del gobierno juega en contra del desarrollo?
Es un factor que se agrega a la crisis: el problema del accionar del gobierno es que no le interesa demasiado el tema del crecimiento económico, y sí se la juega por la equidad, por la distribución del ingreso. Pero para poder distribuir o redistribuir es condición necesaria acompañarlo de un proceso de crecimiento. No se trata de qué sea primero, crecimiento o distribución, porque hay que atender de manera efectiva las necesidades sociales. Son procesos que van de la mano, en que el crecimiento tiene que tener estímulos para que ocurra. Las fijaciones de ciertas condiciones no garantizan que se vayan a cumplir. Ahí hay un signo de interrogación y eso también paraliza. La teoría del comportamiento aplica a la economía en el sentido de que si se tiene incertidumbre, la actividad empresarial se va a auto restringir, porque, esencialmente, los proyectos son ejercicios de riesgo, donde se calibra lo que se puede obtener o perder. Y cuando hay incertidumbre, cuando no se sabe qué vendrá, toda actividad tiende a paralizarse. Eso está ocurriendo en Chile.
¿Es oportuno el debate tributario actual?
En términos generales, este debate no está bien planteado. Acá en la Universidad hay varias opiniones distintas, y eso es parte del mundo universitario. La riqueza es que no tiene por qué haber un pensamiento uniforme. Mi opinión académica, y no hablo por la Universidad, es que creo que siempre va a ser preferible la mezcla entre crecimiento y distribución. No creo que sea razonable o sensato, desde el punto de vista del planteamiento de la discusión pública, esto de que el crecimiento es primero, o puro crecimiento, y que los impuestos después. Tampoco creo que uno responsablemente pueda decir, en un contexto de una economía estancada desde hace a lo menos 10 años, de que haya que aumentar significativamente los impuestos. Y lo otro que tampoco es realista es decir que los más ricos tengan que pagar mucho más, porque si se analiza quiénes son lo más ricos, se habla del 10 por ciento de la población, pero no se miran las cifras de lo que eso significa, de que el tema de mayor desigualdades de ingresos está en el 0,5 por ciento del rango más alto, que no es mucha gente. Yo creo que ellos pueden hacer más esfuerzos, pero la pregunta es hasta dónde, en un mundo tan internacionalizado, en el cual lo que más rápido puede moverse es el capital. Si hay desincentivos en el país, muchos de ellos van a mover su plata hacia economías donde haya más incentivos. Antes, en Chile eso ocurría menos, y me temo que va a ocurrir más.
¿Estamos en riesgo de que un bajo crecimiento se asiente como una nueva realidad en el país?
En eso tengo una mirada más, digamos, cautelosamente optimista. Al final, tienen sus costos, tienen sus problemas, los periodos presidenciales cortos sin reelección; pero cuando ocurren situaciones difíciles, tienen también cierto lado positivo. Se empieza a ver cierto convencimiento cuando se está más próximo a la realidad, como se ha dicho, otra cosa es con guitarra, más allá de los textos, más allá de los modelos, más allá de lo que algunos economistas sostienen, como Piketty o Mazzucato. También considero que hoy día no es razonable el pensamiento tan promercado de que el Estado no se mete en nada. Eso no ocurre en ninguna parte. Hoy en día hay Estados con economías de mercado capitalista con más o menos intervención; no existe la no intervención. Lo que creo es que sí va a haber, al final del día, un análisis más equilibrado de los pro y los contras respecto de qué camino vamos elegir como país.
¿Cómo ve el escenario de la culminación del actual proceso constitucional con el plebiscito de diciembre?
Yo creo que se va a aprobar. Los extremos no van a estar de acuerdo con el nuevo texto y eso es normal en la extrema derecha y la extrema izquierda. Ni los muy liberales ni los muy estatistas van a estar de acuerdo, porque no van a responder a sus más profundas convicciones. Mi opinión es que una gran mayoría va a considerar razonable la propuesta, tomando en cuenta, también, que la gran mayoría del país, entre los que me incluyo, cree que este tema constitucional se ha extendido más de lo adecuado, en la medida que existen un montón de problemas que no necesariamente están relacionados a una nueva Constitución. La mayoría va a votar apruebo, porque qué pasa si se rechaza, ¿se va a seguir con un tercer proceso? No creo que eso sea factible social ni políticamente.
Nuevo período en la USS
¿Qué implica “vocación por la excelencia”, la frase que acompaña a la USS?
Nuestra misión como Universidad es promover el cultivo del conocimiento en todas las ciencias y saberes, en una atmósfera académica de orden, reflexión, rigor académico y tolerancia. Pero no solo eso, sino que también formar profesionales con sólidos valores morales, capaces de impactar positivamente en su comunidad. transformándola y contribuyendo a una mejor sociedad. Creemos que desde un punto de vista ético, una institución universitaria tiene la obligación de tener esta mirada hacia el más alto nivel posible. Tenemos una mirada “glocal”, en el sentido de que el conocimiento es global, pero la selección de temas y las respuestas a los problemas son locales. Y eso también es un sello que define a la Universidad.
¿Cómo se explica el éxito de la USS, que se ha posicionado con casi 50 mil estudiantes como la segunda universidad con más matrículas en el país?
Este éxito está vinculado con nuestro Proyecto Educativo, con el hecho de hacer las cosas con un alto nivel, que no sólo significa una mirada puramente académica, sino que también una mirada formativa hacia los estudiantes y un ambiente que permite el desarrollo de sus habilidades. Hoy en día, corren tiempos muy turbulentos, de grandes cambios y de movimientos en Chile, desafortunadamente también con episodios de violencia. Creemos que se valora mucho por parte de las familias y los estudiantes, donde encuentran un ambiente de mayor tranquilidad, de poder desarrollar las cosas a tiempo y en forma, sin interrupciones.
¿Cuál es el rol de las universidades privadas en el país?
El rol de las universidades privadas, mirado desde una perspectiva conceptual, es el rol de las universidades en general, sin distingo con el que tienen las estatales u otras. Existen posiciones que solo asignan ese rol a las universidades estatales. Eso es una equivocación y no resiste análisis lógico o histórico. Hay una cantidad de confusiones y mitos, que muchas veces, lo vemos como una defensa de ciertas posiciones en la creación de conocimiento o de la sintonía que tenemos que tener con la sociedad. Pero esto es falso. Todas las universidades tenemos el mismo rol y responsabilidad con el país, sin distingo alguno. Sí podemos constatar que que culturalmente se ha ido valorizando más la relevancia de las universidades privadas, pues son las instituciones que, de alguna manera, han dado salida a una fuerte demanda por educación superior, que estaba latente en la comunidad, y que las otras instituciones de más data, no estaban satisfaciendo al no poder expandirse por razones económicas u otras.
¿Hay una cancha pareja entre públicas y privadas en cuanto a financiamiento?
Hay una cancha pareja en cuanto al desarrollo de las propias universidades. Pero también es cierto que, en materia de financiamiento, solo las universidades estatales o tradicionales tienen aportes basales de dineros públicos, que, en el fondo, no tienen que rendir cuenta. Lo importante es cumplir con las cosas que se comprometieron. Desafortunadamente, en Chile hay ejemplos de que no se hizo lo que se decía que se iba a hacer con estos recursos públicos. Desde el punto de vista de los aportes basales, la cancha no es pareja.
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