Breve historia de la reconstrucción mamaria: el avance que cambió la vida de millones de mujeres

Cáncer de mama Paula
El cáncer mamario figura en los libros de Epidemias de Hipócrates, quien es considerado el padre de la medicina, en el 400 A.C.

Si bien la historia de la reconstrucción mamaria tiene sus orígenes en el siglo pasado, tanto el cáncer de mama como la preocupación estética por esta zona del cuerpo está descrita antes de Cristo. Sin embargo, hasta hace poco tiempo, el aspecto físico no era prioridad en el tratamiento. Pero a la mayoría de las mujeres le afecta psicológicamente una mastectomía, sobre todo porque hay estándares culturales impuestos “sobre la feminidad”. Por eso, este gran avance en la medicina ha sido vital para reestablecer la imagen que las pacientes tenían de sí mismas previa al cáncer.



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Aunque la historia de la reconstrucción mamaria es “moderna”, el deseo de lograr modificar esta zona del cuerpo está descrito incluso en el Antiguo Testamento. En el “Cantar de los Cantares”, el apartado poético de Salomón (VIII: 8-9-10), se lee: “Nuestra hermana es pequeña, no tiene pechos, ¿qué haremos, pues, con nuestra hermana en el día que se le haya de hablar de desposarla? Si es como un muro, edifiquémosle encima baluartes de plata”.

El cáncer mamario, en tanto, figura en los libros de Epidemias de Hipócrates –considerado el padre de la medicina (400 A.C.)– y se describen tumores remediables; enfermedades no curables, pero tratables por la cauterización; y enfermedades no sanables por la cauterización, pero curables por el cuchillo.

También en las más oscuras e incomprensibles cronologías de la humanidad aparecen mutilaciones de senos a modo de castigo –represalias por “pecados” cometidos– tanto en la cultura mesopotámica como en la antigua India.

A lo largo de la historia, hay muchas menciones al cáncer y la extirpación de mamas, pero un hito sobresale: la primera y exitosa mastectomía radical realizada en 1889 por el estadounidense William Halsted, jefe de cirugía del hospital Johns Hopkins de Baltimore.

Pero, lamentablemente, el indiscutido prestigio de Halsted (sólo un 3% de sus pacientes reincidía) obstaculizó por mucho tiempo el desarrollo de las técnicas reconstructivas, ya que él se oponía a estos procedimientos, porque sostenía que dificultarían el detectar oportunamente la reactivación de la enfermedad.

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La primera y exitosa mastectomía radical fue realizada en 1889 por el estadounidense William Halsted, jefe de cirugía del hospital Johns Hopkins de Baltimore.

Con el paso del tiempo, eso sí, Halsted cambió de parecer y se atrevió a aplicar un injerto cutáneo.

En la primera mitad del siglo XX se introdujeron técnicas reconstructivas mediante diversos tipos de colgajos cutáneos locales obtenidos de la mama contralateral o de zonas distantes al área mamaria. Luego se probaron colgajos cutáneos locales laterales extraídos de la axila.

Más avances

En los años 40 varios, algunos cirujanos desarrollaron técnicas de reconstrucción mamaria mediante colgajos cutáneos obtenidos de zonas como el abdomen o tórax inferior.

Los primeros intentos de usar materiales extraños para cirugía plástica mamaria se remontan a 1899: el cirujano austriaco Robert Gersuny introdujo inyecciones de parafina para aumento mamario y luego se usaron para reconstrucción, pero rápidamente fueron descartadas debido a graves complicaciones secundarias.

En 1961 comenzó el uso clínico de inyecciones de silicona en cirugía plástica mamaria pero, al igual que con la parafina, su empleo fue contraindicado.

Elena Rug
La mastectomía afecta la autoestima, la confianza y la seguridad, pero también en muchos casos puede tener efectos traumatizantes y gatillar un trastorno de estrés post traumático, dice la psicóloga Elena Rug.

Thomas Cronin y Frank Gerow, de la Universidad de Texas, ocupan un lugar privilegiado en la historia de la reconstrucción mamaria, ya que en 1961, bajo el alero de los laboratorios Dow Corning Corporation, desarrollaron las prótesis mamarias de gel de silicona y las implantaron por primera vez en 1962.

Hoy en día los cirujanos del mundo utilizan expansores y/o implantes y diferentes colgajos, dependiendo de la paciente, del estadio de la enfermedad y del tratamiento a seguir.

Alcances psicológicos

Sin duda, estos avances –que siguen sumando nuevas técnicas día a día– han sido vitales para la recuperación estética y psicológica de las pacientes con cáncer de mama.

“Para entender la importancia de la mastectomía en la vida de una mujer y cómo esos cambios físicos le afectan, debemos entender el proceso que ella ha vivido. En la gran mayoría de los casos ya se ha sometido a una gran variedad de intervenciones, algunas muy dolorosas e invasivas”, explica Elena Rug, psicóloga de Clínica Ciudad del Mar.

Cuando ellas se miran al espejo –dice la especialista– se ven con su cuero cabelludo expuesto e incluso algunas pierden las pestañas y cejas.

María Jesús Navarrete
"Cuando una persona tiene la oportunidad de una reconstrucción mamaria, tenemos a una persona con la posibilidad de reencontrarse consigo misma a nivel corporal, a nivel emocional”, explica la psicóloga María Jesús Navarrete.

“La mastectomía para muchas es otra intervención más, pero una donde cada vez que miren su cuerpo recordarán no solo la mastectomía, sino también el cáncer. El ducharse, pensar en comprar un traje de baño y muchas ocasiones diarias se hacen más difícil por los recuerdos que los cambios en su cuerpo la llevan a revivir. El pelo vuelve a crecer, los efectos de las quimioterapias pasan, pero el cambio en la silueta femenina tras una mastectomía es permanente”, comenta.

“Esto afecta la autoestima, su confianza en sí misma y seguridad, pero también en muchos casos puede tener efectos traumatizantes y desarrollar un trastorno de estrés post traumático. La reconstitución mamaria es una oportunidad que permite no solo una mejoría en su autoestima e imagen personal, sino que también ayuda a reparar y sanar heridas emocionales vinculadas con el cáncer y su tratamiento”, valora la profesional.

María Jesús Navarrete, psicóloga de Cordillera Interclínica, aporta su análisis: “A nivel histórico la reconstrucción mamaria ha sido muy importante, porque hay dos dolores grandes: uno el tener esta enfermedad que está muy estigmatizada, y por el otro lado es perder o ir perdiendo una parte de ti, las mamas. Entonces cuando una persona tiene la oportunidad de una reconstrucción mamaria, tenemos a una persona con la posibilidad de reencontrarse consigo misma a nivel corporal, a nivel emocional”.

“Cuando esto no sucede, lamentablemente a nivel psíquico y a nivel de salud mental se pone más difícil. Porque la sintomatología depresiva se acentúa muchísimo más”, acota.

Claudio Rath
“Hoy en día se considera que la reconstrucción mamaria es parte del tratamiento del cáncer de mama y no un anexo del tratamiento", apunta el doctor Claudio Rath.

En esa línea es importante aclarar que en Chile la reconstrucción mamaria está incorporada en la canasta de prestaciones Ges. Sin embargo, no cuenta con un plazo determinado para su resolución.

Esa realidad se refleja en las cifras: una mujer con cáncer de mama es tratada en el sistema privado, la tasa de reconstrucción alcanza el 95%. En el sistema público, en tanto, es de un 30%. Por eso, en marzo de este año, el Senado solicitó al presidente Gabriel Boric que instruya al Ministerio de Salud el establecimiento de un plazo determinado para la reconstrucción mamaria.

Hemos avanzado

“Hoy se cuenta con numerosas técnicas de reconstrucción mamaria y cada vez hay más profesionales preparados para realizarlas. Hasta hace muy poco tiempo se consideraba que lo más importante era el control oncológico de la enfermedad y que la reconstrucción mamaria no era prioridad”, dice el doctor Claudio Rath, mastólogo de la Clínica Ciudad del Mar.

Y explica: “Al realizar la mastectomía, mutilamos un órgano que para muchas mujeres es esencial. De hecho, muchas mujeres no vuelven a ser las mismas tras la mastectomía. Esto se puede relacionar por una posible tensión entre el rechazo a su imagen en contraste y los estándares impuestos sobre la feminidad. La reconstrucción mamaria va en esa dirección, en restablecer su imagen previo al cáncer”.

“Hoy en día –comenta– se considera que la reconstrucción mamaria es parte del tratamiento del cáncer de mama y no un anexo del tratamiento. Nuestra misión es lograr un control oncológico óptimo, minimizando la sensación de deterioro de la imagen de la paciente. Por lo tanto, una mujer tratada de un cáncer de mama con mastectomía sin reconstrucción no se considera como una paciente tratada de cáncer de mama, salvo en los casos que esté justificado no realizarla”.

Marcela Amar
“Es una parte importante desde la feminidad, de lo que significa en la maternidad, si son pacientes que están en etapa fértil, no van a poder dar lactancia. Entonces es una cirugía muy agresiva”, apunta la doctora Marcela Amar.

La doctora Marcela Amar, cirujana de mama de Clínica Dávila, coincide con el mastólogo: “A pesar de que muchas mujeres piden sacar toda la mama cuando tienen el primer diagnóstico, hay otras que sí requieren una mastectomía, y cuando se concreta afecta mucho a las pacientes desde el punto de vista psicológico”.

“Es una parte importante desde la feminidad, de lo que significa en la maternidad, si son pacientes que están en etapa fértil, no van a poder dar lactancia. Entonces es una cirugía muy agresiva”, agrega la especialista.

“Ahora hay técnicas con las que sí se puede mantener un poquito la sensibilidad, pero no la funcionalidad, sin embargo, estéticamente quedan bien, y toda paciente se merece salir con una reconstrucción del pabellón y no estar sin su mama si el tratamiento oncológico así lo permite”, dice la cirujana.

Romina Salcedo, psicóloga del Centro Integral del Cáncer de la Clínica Dávila, en tanto, comenta que la mastectomía, en general, es vivida con mucha tristeza, enojo, miedo y vergüenza por las pacientes, porque afecta negativamente la autoestima y la imagen corporal.

“Pero –concluye– la reconstrucción mamaria devuelve la autoestima a estas mujeres, porque ayuda a que se perciban con mayor confianza para afrontar las diversas áreas de su vida, ya que físicamente la reconstrucción permite recuperar la apariencia de las mamas, influyendo así positivamente en la recuperación de las relaciones sociales, íntimas de pareja y disfrute de la vida”.

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