Hace exactamente 30 años María Teresa Zerega comenzó de a poco a hacerse cargo del negocio que ha sido el orgullo de su familia por más de 5 décadas. La fábrica “Helados Milano”, fundada el 24 de febrero de 1970 por su padre Víctor Renato Zerega, se ha convertido en una institución iquiqueña que combinó la fórmula del helado italiano con los sabores y frutas más conocidas del norte de Chile como mango, guayaba, malta con huevo y limón de pica.

“Desde muy pequeña estuve ligada al negocio, en un principio cautivada por las aromas y colores y con el pasar de los años, se transformó en un objetivo de trabajado”, nos cuenta. Una vez titulada de Contadora Auditora, comenzó a formar parte de una manera más activa en el negocio que hoy lidera, incorporando una mejora en tecnología, materias primas y nuevas técnicas que permitieran lograr su reconocido helado de textura cremosa

Pero muy pronto María Teresa se encontró con uno de sus principales escollos: junto con un negocio que ya había disminuido sus ventas durante el estallido social, la llegada de la pandemia del Covid-19 durante el 2020 significó un gran golpe para la empresa. “Las constantes cuarentenas y restricciones para operar disminuyeron nuestras ventas sustancialmente, lo que hizo que nos cuestionáramos seriamente la continuidad de la empresa”, confiesa Zerega. Pero finalmente, terminar con 50 años de tradición no estaba en carpeta.

Comenzaron a indagar sobre diferentes instancias de apoyo a las pymes presentes en la región y eso es lo que los motivó a continuar con la empresa. Dentro de esas iniciativas se encontraba el plan Impulso Tarapacá, desarrollado por la Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi para contribuir a la reactivación de las micro y pequeñas empresas de Tarapacá.

“Collahuasi es una compañía de Tarapacá que ha asumido un compromiso con la región desde hace muchos años, contribuyendo al desarrollo socioeconómico de nuestros vecinos. Nos enorgullece los resultados que hemos obtenido con el Plan Impulso Tarapacá implementado a raíz de la emergencia sanitaria, con más de 600 emprendimientos retomando sus actividades y el resguardo de más de 1.000 empleos locales, permitiéndonos aportar a dinamizar la economía local en un momento en que se hace tan necesario”, señala Matías Aylwin, director de Asuntos Corporativos de Collahuasi.

El plan, cuyo sistema de postulación fue totalmente digital, llamó la atención de Helados Milano, quienes rápidamente participaron y lograron formar parte de las hasta ahora, más de 600 MiPymes que han sido beneficiadas.

El plan de María Teresa era claro: Para seguir funcionando la heladería debía transformarse hacia los tiempos modernos. En lugar de vender barquillos, ahora el formato es el de helados por litro, para congelar y consumir en la casa. También era necesario abrir un sistema de delivery y levantar toda una presencia en redes sociales y el e-commerce, que hasta antes de la pandemia no había sido necesario.

“Antes de esto, el delivery y las ventas en línea ni siquiera eran tema de conversación”, explica Zerega. Así que con el apoyo recibido por Impulso Tarapacá, helados Milano pudo equiparse con un batidor profesional para facilitar el trabajo, nuevas materias primas para mejorar la calidad y variedad de los helados y quizás lo único que no habría formado parte del presupuesto anterior, un Community Manager para manejar las redes sociales de la fábrica.

Hoy, reciben pedidos por WhatsApp y reactivaron su presencia en Instagram, aprendiendo también en el camino habilidades que servirán más allá de la pandemia. “Por supuesto que esta experiencia cambió la forma de llevar nuestro negocio y continuaremos trabajando para mantener y mejorar todos lo cambios que introdujimos”, nos dice María Teresa, al mando ahora de un local que tuvo que reinventarse para seguir funcionando con tradición, pero también con las nuevas costumbres de los consumidores que se mantendrán más allá de la pandemia.

Actualmente, el plan Impulso Tarapacá está implementando dos nuevas líneas de apoyo para los emprendedores locales. Un fondo concursable destinado al emprendimiento e innovación, para quienes necesiten hacer cambios significativos en su negocio o quieran emprender con un nuevo proyecto. Además, otro fondo que apoyará con infraestructura y mobiliario, construido con madera reutilizada y bajo una lógica de economía circular, para que restaurantes y comercios puedan volver a operar con las medidas sanitarias necesarias.