De Lalique a Starck

Sabemos que Starck va a todas. El diseño está en todo y el bien lo sabe. Por eso, que el año pasado el francés haya creado un exclusivo envase para un perfume con 60 años de historia, no es novedad, pero sí una interesante evolución de este matrimonio indisoluble entre marcas. El lujo llama al lujo, se podría decir.

Es uno de los perfumes clásicos, de todos los tiempos. Nina Ricci y su L' Air du Temps es uno de los ejemplos de cómo el diseño, las marcas que representan lo único y la sofisticación van de la mano. Chanel lo hizo en sus momentos con su novel Nº 5, en el que trabajó con Lalique y Baccarat. Pero es quizás Nina Ricci y su perfume tradicional, recordado por su tapa con un par de palomas queriendo volar, uno que tiene una historia nutrida de evolución y nombres célebres.
El diseño de la botella original se hizo en 1948, y consistía en una abstracción del sol. Todo de vidrio mate con un tapa redonda del mismo material y bordes dorados. Solo tres años más tarde Robert Ricci recibió de René Lalique el diseño de una botella de cristal que se ha convertido en un clásico. Dos palomas en vidrio satinado sobre el frasco de cristal transparente. De ahí versiones y repeticiones de la paloma han surgido hasta la actual idea a cargo de Philippe Starck, quien tomando las formas simbólicas abstrajo un ala de cristal y plata. "Soy un hombre en busca de la mínima expresión. Esa era la única manera de expresar el aire, inmaterial; de expresar el tiempo, inmaterial; el amor, inmaterial, y el alma femenina, inmaterial".
Desde 1951 hasta la actualidad, Lalique ha hecho numerosas ediciones limitadas y especiales de la botella de cristal clásica que incluye las variaciones en el número de palomas, el color de las éstas y el de la botella. En 1996, Lalique hizo una versión alada del envase, esta vez sin las aves.
puig.com
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