Econciencia: Huella histórica
Europa es una rica fuente de experiencias. Es un continente que ha dejado huellas y marcado tendencias en diversos sentidos: filosóficas, políticas, religiosas, políticas, culturales, científicas, artísticas, arquitectónicas, en diseño, económicas y muchas otras disciplinas, a través de la historia. Siempre ha sido y seguirá siendo un referente, por lo menos para el mundo occidental, con aspectos buenos y malos obviamente. Cualquiera que desee destacarse en algún tema, debe ver lo que pasó o pasa en el Viejo Continente, para bien o para mal. Un ejemplo: algunos viajan, compran ropa u otros objetos y se vuelven vía China o India para dejar encargadas miles de copias (con algún cambio, para evitar demandas por plagio). Otro, políticos normalmente, viajan para ‘inspirarse’ de algunos líderes conocidos (para mejorar rating posiblemente).
Los europeos saben de esta ‘ubicación’ estratégica, mantienen vigente su pasado y están siempre abiertos a explorar en todo ámbito. Saben que mantener sus ciudades históricas les proporciona rentabilidad turística y también que cualquier desarrollo en lo intelectual, artístico o social tendrá repercusión y arrastre en gran parte del mundo. Es increíble, pero desde allá se gestan los mecanismos de protección de nuestra naturaleza, el desarrollo de nuestras poblaciones indígenas, reglamentos deportivos, hasta los principios de sustentabilidad son pauteados desde allá, cuántos m² de pasto debemos tener por persona y qué energía debemos considerar a futuro. Es más, cuentan justamente con muchos fondos para esas ‘ayudas’ o cooperaciones internacionales.
Otro aspecto que llama la atención es que, aparte de lo propio, en sus museos hay patrimonio de todas partes del mundo, lo que los hace realmente completos y muy interesantes. Pero ya nadie se cuestiona el cómo llegaron estas piezas allí, cómo es que el Partenón de Atenas está repartido en 8 museos, o el que las momias de Egipto están en otros tantos, o como llegó un moái a Inglaterra. Muchas posiblemente fueron ‘donaciones’, otros son trofeos (botines) de guerra, otras fueron ‘cambiadas’ por especies ‘útiles’ (espejos o armas posiblemente).
En la actualidad, ¿podríamos tener un pedazo de la Torre Eiffel de París en algún museo nuestro o una parte del Coliseo de Roma?, ¿nos aceptarían artesanía en greda o mimbre a cambio?
O desde otra perspectiva, ¿podríamos marcar nuestra propia historia? o ¿dependeremos para siempre del Viejo Continente?
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.