Editorial
Sábado 1 de septiembre de 2018, edición N° 799
Estoy revisando la revista mientras terminamos de diseñarla y editar para mandarla a prensa, buscando algo nuevo que me inspire para escribir este editorial.
Ya he hablado de lo importante que es la cocina como espacio dentro de la casa, también de cómo las tecnologías están modificando el proceso de cocinar. O cómo tener la cocina conectada visual y espacialmente a la casa, y no relegada a una pieza específica, les hace bien a quienes habitan esa casa. Y revisando la edición de este sábado me salta a la vista lo linda que se ve y lo armónicos que se ven los temas entre sí, y creo que la clave de eso es la simpleza del número; apostamos por lo lindo y dejamos de lado la parafernalia, buscamos cocinas buenas y luminosas, pero sobre todo generosas y amables. La vitrina, una sección de fotos editoriales, esta vez propone una zanahoria y un huevo, básicos en cualquier cocina. Anticipando el Dieciocho, buscamos productos chilenos, de producción local y sabrosos, pero que ya conocemos y que no son fusión ni reinterpretación de nada. Y la cocina principal, a la que le dimos más páginas, es mínima en sus metros cuadrados, pero su dueño la planeó, demolió, construyó y fotografió como si fuera el espacio más fabuloso. Es su casa y se nota en cada detalle que eligió y cómo disfruta el resultado final, aun con detalles en proceso.
Todo lo anterior tiene que ver con lo que interesa y gusta a quienes hacemos MásDeco cada semana; queremos conocer a los que hacen con las manos, a los que buscan materiales nuevos, a los que los inspira compartir datos y mostrar lo que los apasiona. La cocina tiene mucho de esto, de volver a aprender cosas que habíamos olvidado y recuperar tiempos que pensamos ya no teníamos.
La primavera ya está acá, de manera abrupta, pero eso no importa, abran las ventanas, ventilen la casa y cocinen algo rico, algo simple, algo con cariño. No se necesita más.
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