En el bosque
Así se proyectó esta cabaña. En permanente diálogo con las copas de los árboles y el ambiente marino de Punta del Este. 140 m² ideados para un matrimonio argentino sin hijos que periódicamente se escapa de Buenos Aires.
Los dueños de esta casa en Punta del Este, Uruguay, siempre soñaron con tener un refugio de madera en medio del bosque, fabricado con materiales naturales y un diseño contemporáneo. De chicos solían veranear en esta zona costera, y luego de muchos años de trabajo lograron comprar este terreno frondoso ubicado en el sector del balneario de La Barra.
Hoy, a sus 50 años, este matrimonio argentino confiesa que ha encontrado su verdadero lugar de descanso, en medio del bosque. Se llaman Carlos y Mónica, viven en Buenos Aires y para escaparse del ruido y la velocidad porteña viajan a esta casa de playa durante casi seis meses al año porque aquí, según relatan ellos, está la paz que les entregan la naturaleza y la cercanía con el mar. Están a solo unos pocos pasos de la arena y las olas, un motivo que los hace disfrutar de una vida sin horarios ni exigencias.
En verano habitan únicamente el módulo principal de la casa, para poder transformar el segundo volumen como bed and breakfast para viajeros o amigos que buscan un lugar donde dormir.
La arquitectura de esta cabaña fue proyectada hace 14 años por el arquitecto Martín Gómez, quien buscó con un presupuesto acotado diseñar una casa comprometida con el entorno y sintetizada en un solo material, el pino uruguayo.
“Esta casa busca ser un hito dentro del paisaje sin perturbarlo, los colores elegidos fueron el negro y el bordó, el primero teñido a la madera se esconde entre los troncos y, el segundo, es ideal para combinarse con el verde de las copas de los árboles”, cuenta el arquitecto argentino.
Las dos plantas que conforman esta casa tienen un ambiente único, son espacios abiertos sin divisiones y de gran luminosidad, lo que permite recorrerlas con mayor fluidez, siendo una escalera de pino la única conexión. “La casa se construyó además sobre una base de hormigón y tiene ese aspecto etéreo de las construcciones sobre pilotes, permitiendo que los médanos vayan y vengan sin interponerse en el emplazamiento”, explica Martín Gómez.
Para los dueños, el lugar sin duda que tiene mayor protagonismo son los decks exteriores que recorren todo el perímetro de la construcción, ampliándola y ofreciendo un intervalo entre la naturaleza y el interior. “Ahí están nuestras tres hamacas paraguayas que son una de nuestras fascinaciones decorativas”, dice Mónica. En estas terrazas pasan gran parte del día durante los meses de calor, descansando sobre los amplios catres campañas diseñados por la decoradora Laura O, las reposeras y los muebles de madera rústica diseñados por el mismo estudio de arquitectura.d
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