Las luchas de Tomás Ives
![MURAL3.JPG](http://thumbor-prod-us-east-1.photo.aws.arc.pub/zanIgwz1fqFqSfj9CYmRGkeJhx8=/arc-anglerfish-arc2-prod-copesa/public/JUDZRV3TVBHMVHMSZNZ77VMRTE.jpg)
Lo audiovisual, la serigrafía, la gráfica, el mural, la dramaturgia y el boxeo; los intereses de Tomás Ives son múltiples pero se unen bajo un mismo tema, el conflicto. Es lo que cruza toda su obra y da profundidad a su estética particular.
![MURAL3.JPG](http://thumbor-prod-us-east-1.photo.aws.arc.pub/zanIgwz1fqFqSfj9CYmRGkeJhx8=/arc-anglerfish-arc2-prod-copesa/public/JUDZRV3TVBHMVHMSZNZ77VMRTE.jpg)
Para horror de su mamá, Tomás Ives se hizo el segundo de varios tatuajes en el cuello.
-¡Te arruinaste la vida!, nunca vas encontrar trabajo -dijo ella.
-No, porque voy a encontrar una pega donde me acepten como soy -respondió él.
Tomás dice que en ese momento habló un orgullo de pendejo de 18 años. Sin embargo, el tiempo y la apertura de las empresas a ‘personajes’ como él le dieron la razón: lo únicos cuatro años que ha estado empleado tradicionalmente los pasó haciendo gráficas para Canal 13.
Entró a hacer un reemplazo y le ofrecieron quedarse. Se había preparado para el test de Rorscharch, pero de pronto apareció una lámina desconocida. “Veo un arrecife de coral. Aquí hay cangrejos y aquí, peces de colores”, dijo. Cuando la evaluación terminó tuvo que preguntar cómo le había ido. La psicóloga respondió: “Mira, si estuvieras postulando a una área comercial o de finanzas yo no te podría dejar. ¿Te acuerdas del arrecife?, bueno, la gente en general ve un todo ahí. Tú viste detallitos y aparte tienes tatuajes. Pero como tu CV dice acá que eres artista, si los tienes y ves arrecifes está superbién. Bienvenido”.
Ahora de manera freelance, ese trabajo le sigue dando de comer. Las cosas que más disfruta hacer, por las que dejó un horario y un lugar fijos, le dan otro tipo de recompensas. Trabajando en Canal 13 no podría haber estado en su stand de MásDeco Market un viernes en la mañana, revisando las luces sobre las obras que llevó a la feria, por ejemplo. “Llevé la colección de mis últimas serigrafías. Hace dos años empecé a boxear, en el Vitalis, en el Omnium. Llegue ahí por un amigo que hacía clases. Los constantes en el club somos unas 12 personas y vamos ahora a entrenar a Cuba por 10 días. Estoy asustado: estoy medio pasado, tengo que bajar de peso de manera extraordinaria y no sé cómo. Entre medio me fui a Nueva York y allá me encontré con un compañero de boxeo que es el campeón nacional de su peso. El ve el boxeo de una forma mucho más olímpica. Me entusiasmé y ya llevo dos series de serigrafías trabajando la forma de los golpes del boxeo en unas composiciones personales. Aludiendo a temas de reivindicaciones de minorías”. Tomás cuenta que la temática que abarca todo su trabajo es el conflicto, que su intención es tomarlo y trasladarlo a un imaginario simbólico. “En este caso, traté de meter las luchas de algunos grupos en el contexto de algo que me apasiona y ocupa mi poco tiempo libre, que es el boxeo”. El conflicto también será protagonista en una obra que actualmente escribe con el director de la Compañía La Pato Gallina, que cuando se presente en 2016 será su segunda experiencia teatral.
“No me quiero comparar con él porque es un grande, pero un poco lo que hago es como lo del Mono González”. Él traspasó todos los conflictos previos a la UP y de la dictadura a un imaginario gráfico absolutamente atemporal y que funciona en cualquier lugar del mundo. La lectura es básicamente la misma, simple, sencilla. Son colores puros, trazos definidos. Siempre relatando una lucha interna, comunitaria, o de minorías. Yo trato de representar lo mismo. La obra que escribo ahora se trata de eso también”, explica Tomás.
¿Qué te atrae del mural?
“La monumentalidad y el carácter de permanencia que puede tener. Me llamó mucho la atención, cuando cerca del 2004 se estrenó “Allende”, de Patricio Guzmán. Parte con ellos descascarando las capas sucesivas de pintura y descubriendo los murales de la Ramona Parra en el río Mapocho. En ese documental se descubre esa identidad de Chile. Los chilenos no tenemos muy claro quiénes somos. En términos culturales estamos un poco decapitados. Con la dictadura se borró del mapa a muchos productores culturales y se acabó eso. Recién ahora tenemos esta urgencia de empezar a descascarar y revelar el contenido cultural”. Un año después de ver esa película, Tomás tomó los talleres del Mono González en la Biblioteca Nacional y cultivó una buena amistad con él. “En realidad quería imitarlo (se ríe). Nunca fui fan de la gráfica de Ramona Parra en términos estéticos, pero sí puedo decir que es auténticamente chilena. Recién este año he podido empezar a trabajar en eso. Hice los murales de un restaurante en Bellavista que se llama Barrica 94. Siempre estoy buscando paredes y haciendo stencil, experimentando en las casas de los amigos, con distintos materiales. No soy muralista, estoy haciendo mural. En junio me voy a Nueva York y voy diseñar una vitrina, una exposición en una galería chiquitita y voy a tratar de hacer un mural en Brooklyn por intermedio de unos amigos”.
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