Multitudinaria

casa

El diseño de esta casa respetó las pendientes del terreno, las dejó existir e incluso determinar la arquitectura, diferenciando niveles y usos. Espaciosa, pensada para acoger multitudes, al arquitecto le consta que ha cumplido su función.




Nicolás Fones no solo diseñó esta casa, también la ha vivido: "Me han invitado varias veces y siempre la he visto llena. Es una casa bien vivida y comunitaria. La cocina/comedor, grande, es bien protagónica y todo se hizo en base a eso. Era muy importante que fuera cómoda para ellos y para sus visitas".

Los dueños son un apareja joven con cuatro niños chicos. Tenían algunas referencias, pero el resultado final es bastante distinto. Lo fundamental era la capacidad de recibir mucha gente junta. "La dueña de casa me pedía que la cocina fuera protagónica. Ella quería ver la vista principal desde el lavaplatos. Cuando emplazamos la casa lo primero que ubicamos fue el lavaplatos, desde ahí distribuimos el resto. Literalmente", recuerda Nicolás. También bajo el requerimiento de la capacidad ocurrieron cosas como que el living 'se corte' por una terraza interior/exterior y que se planteara versátil, que pudiera ser a la vez una sala de televisión (está llena de DVD infantiles y juegos de mesa) o un dormitorio improvisado en caso de muchas visitas. "Eso fue muy intencional. Ellos querían que todas las áreas públicas estuvieran lo más separadas posible de las áreas privadas. Por eso la casa es en 'L', para distinguir dos zonas claramente. Los desniveles contribuyen a esa diferenciación, los dormitorios y baños están más abajo que los sectores públicos. Las vistas son distintas también. La zona común es más de contemplación, en cambio los dormitorios tienen vistas puntuales".

Estar en Chiloé no implicaba para Nicolás Fones ninguna obligación en términos de materiales o formas. Se optó por la madera porque les gustaba a los dueños, por la sensación de calidez y tranquilidad que entrega. Pero la madera es algo que requiere mantención, por eso se hizo una combinación de lata y madera creando una especie de juego entre lleno y vacío. "Cuando empecé a hacer los croquis me di cuenta de que más que las formas lo interesante era enfatizar las pendientes. Lo que traté de hacer fue mostrar dos. Una que se cobija y esconde, la más larga, que es el lugar privado. Otra que va hacia arriba, que se abre y que es el lugar común, que domina las mejores vistas. Es el cruce de dos pendientes alargadas. Llegamos a eso después de muchos croquis y estudios. Hicimos muy poco movimiento de tierra para dejar que la casa se posara sobre el terreno".

Así como la arquitectura, el diálogo con los propietarios –flexibles, abiertos- se dio también de manera fluida, simple. fonesarquitectos.com

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