Talentos 2019 parte II
Veinticinco nombres que representan a personas, grupos o marcas, son los elegidos para nuestra edición 2019 de talentos. Cada uno marca un hito en su área de trabajo, ya sea por la investigación que están haciendo, la innovación que han desplegado, pero sobre todo por el impacto que han conseguido en su entorno. Algunos están a nivel de ideas, otros ya están traspasando nuestras fronteras, pero esperamos que todos eleven la discusión y sirvan de hoja de ruta para los que vienen detrás.
ARTE
Delight lab: Artistas y activistas lumínicos
No recuerdan las palabras exactas, pero sí recuerdan que les gustó cómo una amiga activista los describió una vez: "Ustedes ponen la luz en lo que hay que visibilizar".
Los hermanos Andrea y Octavio Gana llevan alrededor de 10 años trabajando como Delight Lab y son los autores de algunas de las intervenciones lumínicas más comentadas durante ese tiempo, siempre con algún grado de responsabilidad con el acontecer, tanto en lo social como en lo medioambiental. "En la medida en que nos hemos hecho más adultos hemos conseguido más herramientas y mayor autonomía, también nos hemos ido sensibilizando más con lo que va pasando y con nuestra expresión", opina Octavio. "Creo que el tiempo nos ha permitido tener más seguridad y sentirnos con más propiedad para decir que somos artistas activistas, que nos interesa decir palabras con sentido y así visibilizar problemas; llamar a generar cambios desde el arte", agrega Andrea.
Su trabajo en las termoeléctricas ubicadas en las denominadas 'zonas de sacrificio' o en torno al caso de Camilo Catrillanca son antecedentes de lo que vienen haciendo desde la irrupción de las demandas ciudadanas en dos edificios emblemáticos de las telecomunicaciones en Santiago, lo que funciona como un subtexto de llamado al diálogo también. "Podemos ser críticos, hacer una pregunta y llamar a la reflexión, pero siempre nos ha importado que nuestros mensajes no sean violentos ni panfletarios, tampoco groseros o insultantes. Lo que decimos puede aún ser fuerte, pero con un grado de respeto al lenguaje", señalan. Como artistas de hoy entienden el apoyo que prestan a su mensaje las redes sociales, pero incluso ellos se sorprenden un poco de la efusividad con la que se comparten las imágenes de sus intervenciones.
Los mensajes que posteriormente hemos visto proyectados en edificios como el de la ONU en Nueva York, sobre los vestigios del Muro de Berlín, en Buenos Aires, Shanghái e Islandia, entre otras ciudades, con la misma tipografía, son producto de una coordinación que ellos han formado con artistas internacionales. www.delightlab.com / @delight_lab
[gallery ids="49860,49861,49862" link="file"]
Paula Salas: Coproducir el arte
Arte colaborativo. Esa es la mirada para esta artista visual y académica de la UC. Un enfoque que le dio sentido a su carrera, en un momento de crisis vocacional. Fue en Holanda estudiando un magíster de arte entre el 2010 y el 2012 lo que la hizo dar este giro. "Ahí entendí, desde una perspectiva más global, el elitismo del arte. Que todo el circuito de las galerías, incluso de los museos, les llegaba a un grupo segregado y había una parte importante de toda la sociedad que quedaba fuera". En esa duda existencial empezó a hacer un trabajo participativo con vecinos. "Fue una estrategia de supervivencia porque me invitaron a hacer una residencia a Róterdam, en un barrio de clase media, de trabajadores, de inmigrantes y no hablaba el idioma y pensé, lo mejor es preguntarle a la gente que vive acá y con ellos ir construyendo una imagen del lugar". Esa fue la primera vez que hizo un trabajo colaborativo en el que se iban integrando las historias e imágenes de los vecinos, ellos iban contribuyendo con la información en esta gran ilustración del barrio.
Después de esa experiencia se dio cuenta que podía convertirlo en un sistema de trabajo. "Me encantó esto de co-producir la obra con el público. Lo volvió a replicar en Chile. Primero con un proyecto de Red Cultura, donde la invitaron a participar en la comuna de El Bosque en Santiago, ahí trabajó con un grupo de artistas locales especialistas en cerámicas y con la junta de vecinos de la población Vicente Huidobro.
Respecto a las lecciones que le deja esta forma de trabajar en arte comunitario, Paula cuenta que fue una revelación muy clara del poder del arte. En el sentido no solamente del poder reflexionar y mirar críticamente la realidad, sino también el poder, en sentido del efecto de la vida cotidiana de las personas. "Por ejemplo, en uno de los proyectos en la comuna de Cerro Navia, los dos murales que hicimos con los niños fueron puestos en la plaza de la población y de alguna manera formaron una marca de territorio, de propiedad de parte de los niños reclamando esa plaza como su espacio para poder jugar y desarrollarse". paulasalas.net / @paulasalasmella
[gallery link="file" ids="49865,49864,49863"]
Florencia Pozo: Arte para el alma
Cápsulas de remedio. Ese es el material que descubrió la artista visual de la U. de Chile Florencia Pozo, para expresarse. Una minuciosa técnica que se despliega en notables composiciones cinéticas. "Trabajo e investigo desde los primeros años de universidad el tema del 'contenido' en lo humano; un día tomé una cápsula, vi que se podía rellenar y simplemente se me ocurrió poner dentro una imagen de un ser humano… Ahí partió todo", cuenta.
Lo cinético salió por añadidura, ya que el contenido de las cápsulas es la representación de un hombre girando en su eje y variando de tono y color dependiendo del giro. "Es una secuencia matemática propia que voy alternando dependiendo lo que quiero trabajar". Junto con su propuesta, el arte de Florencia ahonda en una particularidad. Y es que no se queda sólo dentro de las salas y galerías de arte. Existe un vínculo y conexión con lo que sucede afuera. "La vida me ha invitado a participar en distintos temas y proyectos sociales. Los que más me han llenado como experiencia, han sido tres. Uno de ellos fue haber trabajado en Manos Libres, un proyecto con mujeres de la Cárcel de San Joaquín con ropa reciclada regalada por personas en libertad, y donde se usaba como material de trabajo para que construyeran obras de arte de libre expresión, siendo expuestas finalmente en el Centro Cultural GAM el año 2016".
Otra linda experiencia, relata la artista, la invitación oficial para una exposición individual de Corazón Azul, una campaña contra la Trata de personas de la UNDOC (Oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el delito). Esta exposición estuvo en Puerto Rico y Guatemala, donde trabajó el tema de los distintos delitos. "En esta temática que desarrolló, se muestra de manera sutil y significativa la forma en la que se encapsulan personas, palabras y víctimas que son representadas por corazones azules. "Esto nos habla del comportamiento humano como individuos que somos. Nos muestra cómo el ser humano consume y se consume a sí mismo. Finalmente, la reflexión final de la obra, es llegar a la conciencia respecto al valor de la vida".
Tres de sus obras están en la FALP (Fundación Arturo López Perez) "Esto ha causado que pacientes que van a tratamientos a la fundación me escriban mensajes buena onda por instagram y eso me llena de energía. @florencia.pozo
[gallery ids="49866,49867,49868,49869,49870" link="file"]
ARQUITECTURA
Vesna Obilinovic y Tomás Villalón: Cocuradores de la Bienal de Arquitectura
Con más de 400 actividades propuestas en cuatro ciudades, la Bienal de Arquitectura este año se propuso algo distinto. "A través de 'lo común y corriente' abordar el tema de la clase media, cómo se ha ido constituyendo en este grueso del país que hoy genera demandas. Vimos que como arquitectos teníamos la responsabilidad de poner la arquitectura en la calle, porque hoy no es algo que esté discutiendo la gente común y corriente", dice Vesna Obilinovic, arquitecta, académica de la Universidad Arturo Prat, que actuó como cocuradora de la bienal a nivel de regiones.
El acento en la carrera profesional de Vesna ha estado siempre en el concepto de la descentralización. "Soy magallánica, vivo en Tarapacá, pero estudié en Valparaíso y he vivido fuera de Chile también; tengo una maestría en programación territorial sustentable. Creo que muchas veces como arquitectos o urbanistas hablamos de lo necesario que es descentralizar, no solo el país sino que también las ciudades. Estamos revisando el cómo construimos este tejido territorial. En ese sentido es muy importante tomar ciertos compromisos sociales y salir de Santiago". Junto a la idea de la descentralización Vesna tiene muy presentes las ruralidades. Como gestora cultural es parte de la organización Nomadesert y dentro de sus proyectos está el festival 'Desierto sonoro', un evento experimental de activación territorial. "Con este festival incentivamos la movilidad de grupos humanos, logramos movilizar gente con una cierta frecuencia y que ésta salga a la ruralidad y sus paisajes".
Así como Juan Pablo Urrutia, Joaquín González y Beatriz Coeffé –todos miembros del grupo Arquitectura Caliente– convocaron a Vesna para cumplir el rol de articuladora en regiones, también invitaron a Tomás Villalón como cocurador con una tarea particular.
"Dentro del contexto de mi oficina diría que hemos desarrollado fundamentalmente arquitectura en base a concursos públicos, ahora en etapa de desarrollo de esos proyectos. Paralelamente, desde hace ya 20 años he estado en la docencia, primero en U. de Chile y ahora en la UC. En 2018 hicimos junto a Alejandra Celedón el pabellón que representó a Chile en la Bienal de Arquitectura de Venecia. En la de Santiago fui parte del equipo curatorial, mi trabajo estuvo principalmente relacionado con el montaje y la coordinación de actividades de espacio público; esta bienal se desplegó por todo el barrio Franklin", explica Tomás Villalón.
A Tomás le causa satisfacción que la envergadura de sus proyectos crece exclusivamente en base al merito. Entre esos proyectos que desarrolla actualmente están un edificio de 12.500 m² para la Municipalidad de Providencia, varios colegios, un teatro en Panguipulli –interesante por los espacios públicos que propone– y el edificio corporativo de la U. Central.@nomadesert / @tomas.villalon
Felipe Grallert: Arquitectura y paisaje
La brecha que existe entre la velocidad vertiginosa de las RRSS –segundos– y los ritmos calmos de su disciplina –a veces hasta 2 años para terminar una construcción– llevó a Felipe a reflexionar, crear un modo de trabajo y una arquitectura eficiente que no dejara obsoletas las obras incluso antes de nacer. De ahí nace este enfoque abierto y neutro; "genérico, el cuadrado, el círculo, el triángulo. Trabajando con ellos capitalizo, no parto de cero cada vez. Puedes volver a tomar un proyecto, escalarlo, multiplicarlo, rotarlo, girarlo. Como no hay una concepción del programa puede pasar a ser otra casa, o una cabaña o una cabina. Se van extendiendo como familias, es medio darwiniano, 'de este salió este otro', es dinámico, 'todos al mismo tiempo', y funciona".
Arquitecto de la Universidad Austral y magíster de la PUC, Felipe trabaja desde Valdivia para la zona sur, sobre todo en áreas rurales, tomando como base estas geometrías primitivas y el tiempo como escala de medida.
Cómo se integran tus obras con el entorno si son tan generales, se ven tan surrealistas... Es que yo creo que no tienen que integrarse tanto. En una primera mirada puedes decir, 'pucha, Felipe hace puros triángulos o puros cubos tirados ahí como que no tienen nada que ver'. Por otro lado, tienes arquitectos que dicen: 'Me fundí con el paisaje, con el rocío de la mañana' y la obra tuvo un impacto brutal y la huella de carbono que dejó es tremenda'. Entonces sí, te fundiste con el paisaje para la foto, pero tu proyecto en realidad hizo un daño enorme. Si entiendes el proceso constructivo, la mano de obra local y las herencias carpinteras de los proyectos, ves que están mucho más enraizados y no es solo la cosa estética.
¿Y cómo es este proceso? Es bien inesperado, el grado de control llega hasta la estructura, porque ella determina una geometría global, pero muchas veces no hacemos detalles. Hablando en términos sureños, preparo los ingredientes para hacer la cazuela, pero si después el cocinero le quiere echar un poco más de sal o merkén, son cosas a las que la arquitectura está abierta. ¿Qué le voy a decir yo al maestro Juan que lleva 40 construyendo? Entre lo formal de la arquitectura y lo informal de la herencia de la carpintería o el aprendizaje verbal hay una relación superinteresante. El carpintero, el gásfiter, la sra. que cocina en el lugar... hay una red mayor que enriquece el proyecto, pero estamos tan 'imaginizados' que al final la arquitectura es una postal y da lo mismo el proceso detrás". @felipegrallertarquitecto
[gallery link="file" ids="49876,49873,49874,49875"]
Camilo Moraes: Arquitectura camaleonica
El planeta está cansado. El cambio climático, la deforestación y la contaminación a todo nivel obligan a la arquitectura a tomar una postura vital y situarse frente a nuevas exigencias. ¿Lo urgente? Resolver los requerimientos y necesidades locales.
El arquitecto viñamarino Camilo Moraes lo sabe y lo practica. El año pasado recibió el premio "Small project of the year" en el World Architecture Festival de Ámsterdam, y su talento y profesionalismo han sido publicados en el mundo. Entre sus proyectos destaca el haber construido refugios para la Conaf en el Parque Nacional Llanos del Challe, basado en los principios de la arquitectura de bajo impacto ambiental. "Los materiales usados fueron madera protegida que patrocinó la empresa Maderas Concón. Brea, que es un arbusto que crece en los humedales de la zona, y tierra del lugar. El resultado es una obra que se adapta eficientemente al clima, de baja mantención y bajo costo, gracias a los materiales locales utilizados", cuenta.
¿Qué debe buscar la arquitectura de estos tiempos para dar bienestar y calidad de vida?
La arquitectura debe ser responsable ambientalmente, para esto es fundamental el uso de materiales locales ya que la demanda de construcción es cada vez mayor y los recursos cada vez más limitados. Los conocimientos de construcción sustentables deben ser difundidos en nuestra educación porque son simples de aprender y pueden aportar al bienestar.
La construcción tradicional de nuestros tiempos utiliza materiales industriales que emiten una muy alta huella de carbono. No es sustentable seguir construyendo de esta manera.
¿Cómo deben entrelazarse la responsabilidad ambiental y el uso de recursos locales con la arquitectura? ¿Cómo lograr el equilibrio?
El equilibrio se puede lograr entrelazando el uso de recursos locales con la practicidad de los sistemas de construcción industrial. Por ejemplo, hemos construido casas en base a una estructura sísmica de madera, rellenas con paja como aislación y revestimiento de tierra que aportan masa térmica. El resultado es una obra de alta eficiencia energética, que prácticamente no requiere sistemas de calefacción y menos aire acondicionado. Además realizamos talleres en que los participantes ayudan y aprenden cómo hacerlo. www.tallernorte.cl
[gallery ids="49880,49878,49879,49877" link="file"]
Grupo Talca: Habitar según el orden natural
Martín del Solar y Rodrigo Sheward se conocieron estudiando arquitectura en la escuela de Talca, junto a otros tres amigos que ya no continúan en el grupo. Ahí encontraron el factor fundamental que los puso en relación con el otro y trabajar junto a ese otro, "con su sabiduría, con sus maneras y condiciones, para pensar, desarrollar y construir en un territorio frágil y delicado pero con una densidad cultural tremenda", dice Rodrigo Sheward.
Sus fuerzas se unieron hace 15 años para hacer proyectos de arquitectura en la periferia o en comunidades rurales con recursos de la zona, integrando a la comunidad para gestionar y desarrollar diseños participativos. "Ese otro es un tipo de persona que principalmente habita en el campo y que vive en el orden natural, lo que le ha permitido construir una sabiduría desde el cuerpo. Eso admiramos mucho y ha hecho que de forma inconsciente nos viéramos siempre situados en cada proyecto diferente, al costado de un tipo de persona sabia que habita el territorio, para escuchar".
Comenzaron creyendo que hacían arquitectura con lo que existía. Tres años después quisieron llevar la arquitectura donde el arquitecto no llegó. Pero fue 10 años después cuando se dieron cuenta de que era un error poner la arquitectura en el centro, luego de escuchar la frase de un leñador de la cordillera de los Andes dentro del Arsenale, cuando montaban su muestra para la Bienal de Venecia el 2016. "El leñador, Pedro Vázquez, le pide a Doménico Lanucara, jefe de seguridad de la Bienal de Venecia en esos años, que le indique dónde debíamos montar nuestra muestra. Doménico accede. En el lugar, Doménico hace énfasis a Pedro en que no puede tocar los muros, ni los pilares, ni perforar el piso, a lo que Pedro responde: "Pero Doménico, ¿por qué hay que tener tanto cuidado?", Doménico le dice: "Lo que pasa, Pedro, es que usted está parado en un edificio de más de mil años"... Pedro al escuchar esto comienza a recorrer la mirada por el edificio y le responde: "Ustedes tienen edificios de más mil años, yo tengo un volcán de millones de años", haciendo alusión al volcán Villarrica, que es donde jugaron sus hijos y es con lo que ha estado en relación desde el momento de nacer. Esta frase nos dice que este tipo de hombre está poniendo el énfasis en la persona y en cómo habita en relación al orden natural, y no poniendo énfasis en las cosas", concluye Rodrigo. @grupotalca / @andesworkshop
[gallery ids="49881,49882,49883,49884" link="file"]
ALIMENTACIÓN
Sebastián Salinas: Desarrollo territorial desde las comunidades
Una de las primeras cosas que aprendió cuando partió a los 23 años a Kenia para aplicar un modelo social de desarrollo, es que ese mismo concepto está errado, que no es uno solo y universal y que es vital construirlo desde el contexto, características y entorno donde se levanta. Tal vez esas son las bases que lo llevaron a fundar Balloon Chile en el 2011 y luego Balloon Latam (Argentina y México), certificados como Empresa B, con varios reconocimientos y premios en la historia y con la satisfacción de haber construido programas y pilotos que hoy ven a Balloon como un referente en términos de medición.
Se trata de trabajos que duran cuatro años, donde se instalan en las comunidades y desde ahí, de manera endógena, ven recursos humanos, económicos y territoriales para desarrollar sectores rurales que, al menos en Chile, son el 83% del territorio. Durante ese tiempo entienden, crean, vinculan. Tienen diferentes programas y las postulaciones para recibir un balloon son largas y concurridas, pero ahí están, haciendo organizaciones anuales, involucrando empresas privadas con públicas, innovadores de distintas partes de mundo que vienen a trabajar en una especie de máster práctico certificado por la Universidad Católica, para crear proyectos en todas las áreas pero que solo se conocen estando ahí porque la realidad es la que te lo dice. "Puede ser una escuela de fútbol; helados que generan recolecciones en más personas; un restaurante atendido por personas con habilidades especiales. En el fondo es buscar cuáles son las cosas que se pueden hacer, cuáles se están haciendo y con quiénes deberías hacerlo. Y así avanzar, siempre basado en la confianza, que es el gran articulador en toda comunidad".
"Hoy estamos en un proyecto muy grande que vincula toda la conservación de la naturaleza y los parques nacionales con desarrollo local y cómo la misma puede ser un motor de desarrollo para las comunidades aledañas. Es en la ruta de los parques de la Patagonia, desde Puerto Montt a Cabo de Hornos, un proyecto a 15 años que nos tiene felices", confiesa. @balloonlatam
Realimentos Chile: Economía circular
Cristóbal Meriño (24) estudia ingeniería comercial y es la cabeza de Realimentos Chile, una iniciativa –que partió hace solo aproximadamente 2 meses– de economía circular para reutilizar los residuos orgánicos que se botan en las ferias libres de Santiago. Todo partió cuando Cristóbal y un grupo hicieron un paseo en bici a Montenegro, una localidad muy cerca de Til-Til. Llegaron, casi por coincidencia, a la casa de unos habitantes y observaron cómo sus animales salían ávidos y hambrientos cuando Cristóbal botó la cáscara del plátano que se estaba comiendo. Entonces ahí en su cabeza se hizo el clic. "Una profesora que tuve durante mi carrera me enseñó sobre economía circular y su significado. Desde ahí que me había cuestionado qué hacer para llevar a la realidad este tipo de desarrollo consciente, y cuando salieron las cabras en Montenegro y se peleaban por la cáscara de plátano, recién ahí supe qué debía hacer", cuenta Meriño.
Estuvo unos 5 meses previos investigando, también se dio cuenta de que tenía muchísima cercanía con la gente de la feria que está detrás del Estadio Nacional, en Guillermo Mann, pues iba allí desde niño. "Les pregunté qué hacían con los residuos y me dijeron que se los llevaba el camión de la basura. Y más encima averigüé que el basural más grande de Chile está en Til-Til. Me puse a investigar y nadie lo estaba haciendo, así que partí. Llené mi auto de residuos orgánicos y fui a Rincón de los Valles, que queda de Montenegro hacia la cordillera, y cuando llegué allá al principio no me creían, les dije 'voy a venir todas las semanas'. Fui la siguiente semana con un amigo, a la siguiente éramos 5; después 7 y así. Ahora puedo decir que vuelvo con el corazón lleno, es mi manera de cambiar un poco el mundo. La gente me quiere harto, me abraza, los trato de contener. Uno está tan inmerso en esta burbuja que es Santiago, pero en la periferia lo están pasando supermal".
Luego el alcalde de Las Condes lo contactó por Twitter y le ofreció hacer lo mismo pero con las 5 ferias libres de su comuna. "Cuantificamos e investigamos, hablamos con los feriantes para que entiendan lo que están haciendo al botar la basura, y también para hacer un nexo entre los feriantes y la gente de allá. Es toda una cadena. Ahí le pedí un camión a Lavín porque no daba abasto. Yo gestioné voluntarios, en nuestra base de datos hay 150 voluntarios, y de distintas comunas de Santiago. Ese día que nos pasaron el camión entregamos 11 toneladas a la comuna de Til-Til. @realimentoschile
[gallery ids="49885,49886,49887" link="file"]
Marcos Somana: Charcutería consciente
Críticas por trabajar con carne siempre ha recibido. Para él, charcutero y carnicero, siempre también existe un espacio de tolerancia y otro para explicar lo que hace y cómo lo hace. Una pasión preparada e informada del arte de hacer jamones, fiambres, embutidos, que concibe el animal de manera consciente, respetándolo, aprovechándolo, cuidando su crianza y, por lo mismo, validando la alimentación que proporciona.
Estudió bioanálisis en Venezuela, base química que después encontró una sabrosa aplicación en la charcutería, y una vez llegado a Chile –hace poco más de dos años– fue agarrando ritmo propio en cuanto a recetas y cosmovisión, convirtiéndolo en sinónimo de calidad y buenas prácticas.
Acaba de cumplir 28 años y de ser profesor (hasta hoy) en Brann Academy, pasó a dar clases en regiones, después en Uruguay, Bolivia, Ecuador y Venezuela.
En septiembre lanzó "La Charcutería de Marcos Somana", manual práctico con técnicas y recetas propias, completamente autogestionado, malabares que hace entre sus asesorías, clases, productos y ahora casi tocando una meta/sueño importante: su propio punto de venta con pequeña fábrica de elaboración en Factoría Franklin. Cree que en enero estará listo, y donde combinará el uso de ingredientes naturales y de una charcutería a la antigua, con todo el respeto de la historia y la sabiduría del pasado con la tecnología de hoy. www.jmarcossd.com / @jmarcossd
Simone Baeza: Cocina, migración u oportunidad
22 mujeres de distintas nacionalidades se juntaron a comienzos de agosto en la primera clase de la Academia Ekhaya, programa que busca generar autonomía y empoderamiento femenino a través de la cocina. Un proyecto que hace mucho rondaba en la cabeza de Simone Baeza (30) y que tal vez partió –como cuenta– cuando en su familia escuchaba a mujeres frustradas porque habrían trabajado en cocina si hubiesen podido. "Ahí me dije que había que hacer algo para que surgieran desde lo que ellas mismas reconocían que sabían y podían hacer. Y eso es la cocina". Estudió trabajo social, hizo un voluntariado en África, volvió y se metió en programas con refugiados sirios, donde otra vez comprobaba cómo la real mezcla con chilenos se desarrollaba en la cocina. Entonces creó Ekhaya, ganó un Corfo e hizo alianza con la Casa de la Mujer de Quilicura, donde se hizo el llamado abierto para participar en un taller de 4 meses en que habilidades blandas para liderazgo y cooperativismo o para tener un propio relato se complementan con otras técnicas gastronómicas (como usar sous vid para mantener higiene, disminuir mermas, estandarizar cocciones), presentaciones de platos, entre otros; usando recetas que ellas mismas postulan, justamente donde se comparten, mezclan e integran lo sabores de Haití, Perú, Colombia, Venezuela, Ecuador y Chile. La primera generación de la Academia Ekhaya ya culminó sus clases con 19 graduadas, y Simone ya prepara cómo levantar fondos para que continúe el proyecto en otras comunas. Ahora preparan el evento de cierre, una feria gastronómica abierta a la comunidad y con las alumnas como anfitrionas, presentando y vendiendo sus delicias. Debido a la contingencia nacional se trasladó para el sábado 30 de noviembre en Almirante Montt 464, desde el mediodía. Abierto para todo público.
Sebastián Santelices: Cuidar la ostra y saborear el origen
En menos de 24 horas pasó de apendicitis a peritonitis y al quirófano. Cuando despertó de la anestesia le preguntaron si necesitaba algo y él respondió una ostra. No lo recuerda pero sí hace sentido a la devoción por los bivalvos que hace más de 20 años practica en el Estado de Washington, cerca de Seattle, donde el universo de la ostra es valorado y cuidado. Ahí, entre sus propios cultivos profundiza en técnicas y tecnologías que quiso aplicar en un nuevo negocio en Chile: ostra bar.
"Quiero que la gente conozca Chile a través de la ostra, que noten diferencias a pesar de tener la misma genética, que el origen importa", dice este economista de 37 años, que hace poco menos de tres volvió con la idea de repetir lo aprendido en Estados Unidos.
La realidad fue un cachetazo: muy pocos registros, falta de información y fuertes trabas legales que básicamente prohíben o imposibilitan el cultivo y las nuevas concesiones. Buscó entre los que se dedicaban a esto, vio una depredación alarmante del producto de banco natural y dedujo que "en vez de yo tratar de hacer un cultivo, tengo que fomentar a los pocos que hay haciéndolo bien, abrir mercados y que entendamos que tenemos que proteger el producto o va a desaparecer. Es lo mismo que nos pasó con el loco, en Chile aprendimos a comerlos y cuidarlos".
oy trabaja con tres acuicultores (de Calbuco y cerca de Ancud), trae ostras y las ofrece en su barra. Ahí las abre frescas, cuenta de dónde vienen, cómo se cultivan, las da de comer y también prepara con algunas chorezas como fritas o en shots con aliños.
Ha participado en el festival Ñam con gran éxito, algunos eventos y estuvo en el restaurante Liguria Merced esperando volver pronto. Está en el bar de cervezas Spoh, cultivando en la gente la masificación de una ostra de cultivo sustentable con planes de expansión con el mismo bar. www.ostrabar.cl / @ostrabarchile
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.