El Eclipse Cross abre la puerta a una nueva era

Eclipse Cross

El crossover de Mitsubishi se atrevió con un nombre histórico y asomó al mercado con un nivel de seguridad sobre la media y un andar que destaca por el aplomo y la firmeza. Un interesante producto que le permite a la marca nipona avanzar hacia una demanda más global.




Mitsubishi es una de las pocas marcas que no participan de la vorágine actual de la industria, donde los estrenos y las renovaciones son muy frecuentes. Los japoneses se mueven a otro ritmo, por lo mismo, cada novedad es un hecho llamativo por lo poco habitual. Y más aún cuando es un vehículo nuevo que, además, carga con la responsabilidad de revivir un nombre emblemático.

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Es lo que sucedió con el Eclipse Cross. Arribó con una expectativa alta, y aunque no faltaron las críticas por romper la silueta más deportiva del modelo de los años 80 y transformarlo en un crossover más familiar, lo cierto es que responde a las exigencias que va demandando la industria. Eso sí, se debe reconocer que se atreve con un diseño que marca diferencias, caracterizado por líneas bastante afiladas y un frontal que adopta el lenguaje de diseño de otros modelos de la marca, con la grilla alargada hasta los grupos ópticos y la parrilla en forma de X.

De todas maneras, lo que lo distingue por completo está en la zaga, donde la ventanilla trasera está partida horizontalmente. Esto genera una imagen atractiva, muy moderna, sin embargo, al momento de manejar complica un poco la visibilidad.

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En el interior, la buena calidad de los materiales y la elegancia que le entregan los acabados de color negro se funden con la comodidad para los cinco ocupantes, de hecho, este último punto se fortalece con la opción de mover horizontalmente 20 cm los asientos traseros, permitiendo aún más espacio para las piernas en las plazas posteriores (o para aumentar la capacidad de carga del maletero).

Otro aspecto que no queremos dejar pasar es el nivel de seguridad. Con siete airbags de serie, además de frenos ABS con EBD, control de estabilidad y de tracción, se gana varios puntos a favor por su responsabilidad y por priorizar la seguridad en todas las versiones y no caer en la tentación de tener unidades con precios más competitivos, pero que apenas cumplen con lo exigido por ley.

» Los nuevos tiempos

Una de las cualidades históricas por las que se ha reconocido a Mitsubishi es por las sensaciones que entrega al volante. Mal que mal, es uno de los fabricantes más tradicionales del motorsport.

El Eclipse Cross, eso sí, matizó un poco esa performance, la suavizó para hacerlo de sabor más general.

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Movido por un motor 1.5 turbo que entrega 147 Hp, nos encontramos con un andar que no se complica en ciudad, que es progresivo, aunque al estar asociado a una caja CVT no otorga reacciones rápidas, como tampoco se logran con alta velocidad las recuperaciones. Eso sí, el tener un torque relativamente plano entre las 2.500 y 3.500 rpm, permite un andar sólido, estable y con respuesta incluso sobre las cinco mil vueltas. Para los puristas y extremistas que nunca faltan es casi un sacrilegio contra el antiguo Eclipse, aunque lo cierto es que cumple con lo necesario y esa falta de agilidad de los primeros metros se suple cuando entra en funcionamiento el turbo.

Pero si a nivel motriz la satisfacción no es total, a nivel de suspensión y tacto logra recuperar los pilares de Mitsubishi. Precisamente, la mezcla entre rigidez y suavidad de la suspensión permite enfrentar con seguridad las curvas, sin sufrir cuando nos encontramos con pisos en mal estado.

Lo mismo pasa con la dirección. La dureza es justa para que vayamos con el control del vehículo en todo momento, sintiendo lo que pasa en el pavimento, sin esa sensación de flotabilidad que se encuentra en modelos excesivamente asistidos.

El Eclipse Cross se adapta a los tiempos actuales, satisface con un andar suave y confortable y saca nota alta por su equipamiento en seguridad.

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