A 200 días del inicio de la guerra: la contraofensiva ucraniana que complica a Rusia
La retirada del Ejército ruso de una treintena de localidades en Kharkiv marcó la mayor victoria de Ucrania desde la recuperación de su capital, Kiev. Numerosos expertos elogiaron la táctica utilizada, pero el propio gobierno de Zelensky aseguró encontrarse alerta frente a posibles contraataques de Moscú.
A 200 días desde aquel 24 de febrero en que Rusia anunció el inicio de su invasión a Ucrania, las tropas de este último país conmemoran la fecha con uno de sus mayores éxitos militares en lo que va de guerra. Así lo anunció el propio Presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, quien aseguró que el próximo invierno del hemisferio norte podría traducirse en más recuperaciones de territorio si continúa la llegada de armas poderosas.
Su optimismo, al menos en cuanto a los resultados de los últimos días, está justificado. El avance de su Ejército hacia el norte, sur y este de la región de Kharkiv logró la retirada de Rusia de su principal bastión en la región, en Izium. Una mezcla entre ataques veloces y el corte en las redes de suministros hicieron retroceder la línea de control rusa, lo que no solo significa una victoria militar para Zelensky, sino que también una moral y política.
La retoma de Izium es leída por analistas como el mayor triunfo de Ucrania desde que detuvieron el asedio de Kiev en marzo de este año, y se traduce, según autoridades del país, en más de 30 asentamientos recuperados en la región desde el inicio de la contraofensiva.
“En la dirección de Kharkiv comenzamos a avanzar no solo hacia el sur y el este, sino también hacia el norte. Quedan 50 km para llegar a la frontera estatal (con Rusia)”, dijo el comandante en jefe de Ucrania, general Valeriy Zaluzhnyi. Según el alto mando, desde el principio de este mes su país ha recuperado el control de más de 3.000 kilómetros cuadrados, afirmó en Telegram.
La necesidad de una mayor cantidad y poder en las armas enviadas desde Occidente, aseguró el mandatario ucraniano durante un foro político, podría mover la balanza en favor del país que dirige. “Creo que este invierno es un punto de inflexión, y puede llevar a la rápida desocupación de Ucrania”, dijo en la ocasión, consciente de que el apoyo podría verse afectado con la crisis económica y energética que azota a Europa. “Si fuéramos un poco más fuertes con las armas, nos desocuparíamos más rápido”, agregó en declaraciones publicadas este sábado en su sitio web.
Si bien el gobierno ucraniano aún no confirmaba de manera oficial la recuperación de Izium, el jefe de gabinete de Zelensky, Andriy Yermak, publicó una foto de las tropas dentro de la ciudad, aludiendo a la retoma del territorio.
Iniciada durante los últimos días de agosto, la información relativa a la contraofensiva ucraniana ha sido celosamente resguardada por las autoridades para no obstaculizar el desarrollo militar de la misma, la que, en vista de los resultados, ha resultado efectiva para el país invadido.
En un principio, esta se enfocó en el sur del país, puntualmente en la región de Kherson, lugar que fue uno de los primeros en caer en manos rusas cuando se inició, para muchos, el mayor conflicto bélico en territorio europeo desde la Segunda Guerra Mundial.
La táctica, planificada o no, dio resultados. Cuando las fuerzas del Kremlin eran reubicadas hacia el sur para contener la incipiente contraofensiva, el Ejército ucraniano lanzó un eficaz ataque en la región nororiental de Kharkiv. Según detalló The Associated Press, el movimiento bélico obligó a los líderes en Moscú a decretar la retirada de sus fuerzas en la zona, bajo el riesgo de que quedaran rodeadas.
Consultado por la agencia de noticias, Mykola Sunhurovskyi, experto militar del Centro Razumkov, un think tank con sede en Kiev, aseguró que “el Ejército ucraniano ha aprovechado la reubicación del grueso de las fuerzas rusas en el sur y está tratando de dirigir el curso de la guerra, destacando en las maniobras y mostrando un gran ingenio”. La táctica de ataques rápidos, añadió, tienen valor “tanto para tomar la iniciativa como para elevar el espíritu de las tropas”.
Elogiando a su Ejército y en una suerte de burla a su par ruso, el Presidente Zelensky dijo en un discurso emitido el sábado por la noche que estos últimos estaban “demostrando lo mejor que puede hacer: mostrar la espalda”, y que “tomaron una buena elección al huir”.
También optimistas frente a las posibilidades ucranianas se mostraron el analista militar Oleh Zhdanov y el ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov. El primero aseguró a Reuters que los indicios de avances podrían significar un impulso para recuperar territorios de la región de Luhansk, sector controlado por Rusia desde principios de julio. “Si se observa el mapa, es lógico suponer que la ofensiva se desarrollará en dirección a Svatove-Starobilsk, y Sievierodonetsk-Luhansk”, argumentó.
Por su parte, el titular de Defensa sinceró a Financial Times que la ofensiva ha ido “mejor de lo esperado”, y la definió como una “bola de nieve rodando colina abajo”, pero también tuvo espacio para la cautela. La necesidad de asegurar el territorio recuperado ante posibles contraataques rusos en las largas líneas de suministros desplegadas por Ucrania son parte de los desafíos de los próximos días.
“Una contraofensiva libera un territorio y después hay que controlarlo y estar preparados para defenderlo”, dijo Reznikov. “Por supuesto, tenemos que estar preocupados, esta guerra nos preocupa desde hace años”, agregó.
Zelensky responsabilizó este domingo a Rusia del “apagón total” ocurrido en zonas del este de Ucrania y lo acusó además de socavar de manera deliberada la infraestructura civil.
“Un apagón total en las regiones de Kharkiv y Donetsk, y uno parcial en las de Zaporiyia, Dnipropetrovsk y Sumy”, señaló Zelensky en comunicado, en el que acusó a los “terroristas rusos” de los cortes de electricidad. “Ninguna instalación militar”, dijo. “El objetivo es privar al pueblo de luz y calefacción”, añadió.
La victoria militar ucraniana se dio justo cuando el último reactor de la planta nuclear de Zaporiyia, central bajo control ruso desde los primeros días de la guerra, fue apagado, extendiendo aún más la preocupación mundial sobre el riesgo que representa. La agencia estatal Energoatom dijo que detuvo las operaciones de la mayor central atómica de Europa como medida de seguridad.
Según el jefe militar de Ucrania, para el mes pasado casi 9.000 soldados de su país habían muerto en acción desde el inicio de la guerra, y si bien Moscú no ha entregado cifras oficiales, estimaciones occidentales elevan a 25.000 sus decesos militares. Número que crece a 80.000 considerando heridos, capturados y desertores, afirmó The Associated Press.
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