Bolsonaro radicaliza ofensiva contra el PT y Haddad lo acusa de "peligroso"

En la recta final de la segunda vuelta presidencial en Brasil, el favorito en las encuestas, Jair Bolsonaro, ha redoblado la apuesta contra sus opositores. Así al menos quedó de manifiesto en un acto este fin de semana en el cual el candidato ultraderechista les ofreció "exilio o cárcel" si llega al poder.

En un discurso emitido en vivo por video el domingo en un acto en Sao Paulo, Bolsonaro no se guardó nada contra el Partido de los Trabajadores (PT) y sus dirigentes. "Perdieron ayer, perdieron en 2016 (por el impeachment a Dilma Rousseff) y van a perder la semana que viene de nuevo (domingo 28). O se van para afuera o van a la cárcel. Esos marginales rojos serán desterrados de nuestra patria", lanzó el candidato del Partido Social Liberal (PSL) ante sus seguidores en la Avenida Paulista.

Pero su tono se intensificó cuando se refirió específicamente al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y a su rival en las urnas, Fernando Haddad. "Si usted estaba esperando que Haddad sea Presidente para firmar el decreto de indulto, yo te voy a decir una cosa: usted se va a pudrir en la cárcel. Aguarde. Haddad llegará allí también. Pero no será para visitarlo, no. Será para quedarse unos años a tu lado", dijo Bolsonaro en el video. Y remató: "Ya que ustedes se aman tanto, ustedes se van a pudrir en la cárcel. Porque el lugar para el bandido que roba al pueblo está detrás de las rejas".

¿Pero que hay tras estas fuertes declaraciones del excapitán de Ejército? Para Rodrigo Prando, cientista político y profesor de la Universidad Mackenzie de Sao Paulo, el objetivo de la estrategia de Bolsonaro "probablemente sea mantener a los partidarios y la militancia enfocada y con toda la fuerza hacia su adversario", según dijo a La Tercera.

Una opinión similar expresó a este medio Sylvio Costa, fundador da consultora política Congresso em Foco, para quien "el objetivo es insistir en una estrategia que ha funcionado". "El PT en Brasil se convirtió en sinónimo de bandidaje, robo, gracias a esa predica exitosa de Bolsonaro, que refuerza una visión que los medios tradicionales ya pasaban", agregó. Con todo, Prando califica los dichos de Bolsonaro de "arrebato discursivo", ya que "deberá cumplir las leyes vigentes y no podrá ni 'encarcelar o exiliar' a un ciudadano brasileño".

Sin citar el nombre de su adversario, Haddad advirtió este lunes sobre los supuestos riesgos que implicaría un triunfo de Bolsonaro. "Se trata de una persona peligrosa y que no hace esfuerzo para esconderlo", dijo tras participar en un acto en Sao Paulo. Junto con acusarlo de "amenazar la supervivencia física de la oposición", también cuestionó la demora de las instituciones para tomar cartas sobre el asunto.

El exalcalde de Sao Paulo hizo estas declaraciones un día después de que Bolsonaro renovó su promesa de barrer al PT del mapa político del país y tras conocerse un video de uno de sus hijos, el diputado Eduardo Bolsonaro, en el que afirma que el Supremo Tribunal Federal (STF) podría ser disuelto por la fuerza si priva a su padre de un triunfo electoral.

"Si (Bolsonaro) tiene el valor de amenazar a la democracia antes de la elección, ¿qué piensan que hará si gana?", afirmó Haddad. "Sabemos que cuando eso ocurrió en Europa, cuando el nazismo, fascismo, franquismo, salazarismo... amenazaron a Europa, cuando (las instituciones) despertaron fue demasiado tarde. Es una pesadilla que puede durar décadas", advirtió.

Si bien el hijo de Bolsonaro divulgó una nota pidiendo disculpas por sus afirmaciones sobre el STF, este lunes varios magistrados mostraron su preocupación por sus palabras. Mientras el presidente del STF, José Antonio Dias Toffoli, afirmó que "atacar al Poder Judicial es atacar a la democracia", el decano del máximo tribunal, el ministro Celso de Mello, calificó como "inconsecuente y golpista" la declaración de Eduardo Bolsonaro.

Según Prando, el propio Bolsonaro y su vicepresidente, el general Hamilton Mourão, "dejaron claro que la declaración fue infeliz y que no hay riesgo de que esto ocurra". Sin embargo, Costa cree que "no hay ninguna posibilidad de que el episodio sea tratado con la gravedad que merece". "No son meras bravatas... Son amenazas reales", advirtió.