China amenaza con esforzarse al máximo por la “reunificación pacífica” con Taiwán mientras EE.UU. acelera envío de armas a la isla

Advirtiendo a los separatistas de la isla, la advertencia del gigante asiático fue clara: o se alejan del "precipicio" o se enfrentarán a un "callejón sin salida". La embajada no oficial de Estados Unidos, por su parte, anunció que tratará de agilizar la entrega de armamento militar a Taipéi.
El régimen de Beijing realizará los máximos esfuerzos para lograr la “reunificación pacífica” con Taiwán, pero tomará todas las medidas necesarias para salvaguardar la integridad territorial de China, dijo el lunes su Ministerio de Relaciones Exteriores. Ello, luego de que el domingo, el Ejército del gigante asiático amenazara con apretar su “soga” alrededor de Taiwán si el separatismo en la isla se intensificaba.
China reclama que Taiwán, gobernado democráticamente, es parte de su propio territorio a pesar de la objeción del gobierno de Taipéi. “Cuanto más desenfrenados se vuelvan los separatistas que propugnan la ‘independencia de Taiwán‘, más apretada será la soga alrededor de sus cuellos y más afilada será la espada que pende sobre sus cabezas”, decía el ultimátum anunciado el domingo por el portavoz del Ejército Wu Qian, según informó la agencia de noticias Xinhua.
“El EPL (Ejército Popular de Liberación) es una fuerza de acción para contrarrestar el separatismo y promover la reunificación”, dijo Wu, utilizando un acrónimo para el Ejército chino. “Has conducido tu corcel hasta el precipicio de un acantilado, pero detrás de ti hay tierra: si persistes en tomar el rumbo equivocado, te encontrarás con un callejón sin salida”, advirtió a los separatistas de Taiwán.
En la misma línea, este lunes la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Mao Ning, afirmó que “la Resolución 2758, adoptada en 1971 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, dejó claro que sólo hay una China en el mundo, que Taiwán no es un país y que Taiwán es parte de China”.
China “está dispuesta a hacer todo lo posible para luchar por la perspectiva de una reunificación pacífica con la mayor sinceridad”, enfatizó Mao Ning. “Al mismo tiempo, China tomará todas las medidas necesarias para salvaguardar la soberanía nacional y la integridad territorial y se opondrá resueltamente a la independencia de Taiwán y a la interferencia externa”, reiteró.

En los últimos años, Beijing ha incrementado su presión militar contra la isla, incluyendo la celebración de varias rondas de ejercicios de guerra, manteniendo viva la perspectiva del uso de la fuerza para poner a Taiwán bajo su control.
Y los comentarios de Wu se produjeron después de la reunión política anual más grande del Parlamento de China, conocida como las “Dos Sesiones”, en la cual Beijing anunció que su gasto de defensa aumentará en 7,2% para 2025, a medida que sus Fuerzas Armadas se modernizan rápidamente.
Allí, el ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, dijo a los periodistas que Taiwán nunca sería un “país” y que apoyar la “independencia de Taiwán” era interferir en los asuntos internos de China.

El presidente taiwanés Lai Ching-te, por su parte, afirmó que sólo el pueblo de Taiwán puede decidir su futuro. Y si bien Lai ha intentado repetidamente tranquilizar a las audiencias de ambos lados del estrecho de que no tiene intención de buscar un estatus de independencia de iure para Taiwán, su descripción de sí mismo en 2017 como un “trabajador pragmático por la independencia de Taiwán” llevó a que Beijing lo etiquetara como un ardiente separatista.
EE.UU., el defensor ambiguo de Taipéi
Estados Unidos es el principal proveedor de armas de Taiwán incluso en ausencia de vínculos diplomáticos formales, pero no existe un tratado de defensa, a diferencia de lo que ocurre con Japón y Corea del Sur. Según el embajador de facto de Estados Unidos en Taipéi, Washington está tratando de acelerar los envíos de armas a Taiwán, comentarios que probablemente tranquilizarán a los funcionarios de la isla preocupados por la pausa de la ayuda militar a Ucrania por parte de la administración de Donald Trump.
“Estamos trabajando activamente para acelerar los plazos de entrega, en particular de equipos relacionados con la guerra asimétrica, ya que esto es especialmente crucial para la defensa de Taiwán”, dijo Raymond Greene, director del Instituto Americano en Taiwán (que funciona como la embajada de EE.UU. en la isla), en una entrevista con el Liberty Times, un periódico de Taipéi.
“Si la guerra en Ucrania llega a su fin, se espera que volvamos a centrarnos en las necesidades de defensa de Taiwán”, añadió Greene en la entrevista. El periódico no indicó cuándo se celebró la conversación.

Al respecto, Mao Ning dijo este lunes que Estados Unidos debe cesar sus ventas de armas a Taiwán y detener todos los contactos militares con la isla. “La cuestión de Taiwán es el núcleo de los intereses fundamentales de China y la primera línea roja infranqueable en las relaciones chino-estadounidenses”, advirtió Mao, mientras el Ejército chino ha ampliado rápidamente sus operaciones en torno a Taiwán.
En su intervención en el Foro de Defensa de Honolulu el mes pasado, el almirante Samuel Paparo, jefe del Comando Indo-Pacífico de Estados Unidos, dijo que los ejercicios ya no eran sólo un entrenamiento. “Sus maniobras agresivas actuales en torno a Taiwán no son ‘ejercicios’, como ellos los llaman, son ensayos… para la unificación forzada de Taiwán con el continente”, dijo Paparo en respuesta a una pregunta del Financial Times.
Los presidentes estadounidenses han mantenido desde 1949 una política de “ambigüedad estratégica” sobre la cuestión de la intervención militar para proteger a Taiwán. Y los funcionarios norteamericanos, sobre todo demócratas, han advertido que 2027 podría ser el año en que Xi Jinping estaría listo para actuar sobre Taiwán, citando objetivos de modernización militar vinculados al centenario del Ejército chino.

Además de esa política, aún corre la Ley de Relaciones con Taiwán de 1979, que establece que cualquier intento de China de anexar la isla por la fuerza sería una “grave preocupación” para Washington. No obliga directamente a EE.UU. a defender a Taiwán, pero sí a proporcionarle armas para su autodefensa. Pero bajo el gobierno de Trump 2.0, se ha convertido en un verdadero misterio saber si el apoyo estadounidense a Taipéi continuará.
La incierta respuesta de Trump
Más allá de los comentarios de Greene al Liberty Times, Trump ha sido deliberadamente opaco sobre si Estados Unidos defendería a Taiwán en tal escenario, explica el portal Axios. “Nunca comento eso”, dijo Trump la semana pasada cuando le preguntaron si su política se basaba en que China nunca tomaría Taiwán por la fuerza.
“No quiero comentarlo porque no quiero ponerme nunca en esa posición”, agregó el líder republicano, aún cuando continúan creciendo las tensiones y la embajada de China en Estados Unidos advirtió la semana pasada que “si lo que Estados Unidos quiere es una guerra, ya sea una guerra arancelaria, una guerra comercial o cualquier otro tipo de guerra, estamos listos para luchar hasta el final”.
Pero, pese a sus declaraciones poco claras, aparentemente Trump confía en que el presidente chino, Xi Jinping, no atacará a Taiwán durante su tiempo en la Casa Blanca, según dijo el secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent. En declaraciones a la CNBC, Bessent afirmó que el mandatario estadounidense estaba “seguro de que el presidente Xi no tomará esa decisión durante su presidencia”, consultado sobre si pensaba que China atacaría a Taiwán.
Anteriormente, Trump sugirió que “Taiwán debería pagarnos por nuestra defensa”, en declaraciones a Bloomberg el verano pasado. “Sabes, no somos diferentes a una compañía de seguros. Taiwán no nos da nada”, afirmó en esa ocasión.
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