Congreso histórico del Partido Comunista de Cuba marca la salida de Raúl Castro
En los últimos meses, Cuba ha experimentado una inédita agitación social, impulsada por la llegada reciente del internet móvil, con manifestaciones de artistas, protestas de disidentes y movilizaciones de otros sectores de la sociedad civil como los defensores de los animales.
El Congreso del Partido Comunista de Cuba inició este viernes cuatros jornadas de sesiones, en un encuentro histórico que marca la salida de Raúl Castro y el ascenso de una nueva generación.
“Soñar y continuar un país: hoy empieza nuestro #8voCongresoPCC”, dijo en Twitter el presidente, Miguel Díaz-Canel, que tomará las riendas del país a partir del lunes.
Es “el congreso de la continuidad”, agregó señalando que las directrices del país, una de las cinco últimas naciones comunistas en el mundo, no cambiarán.
Después de la muerte de Fidel Castro en 2016, el retiro de Raúl, de 89 años, pasa una página histórica en la isla, en donde la mayoría de los habitantes no han conocido a otra familia dirigente que no fuera la de los conocidos revolucionarios.
“Raúl no va a estar al frente del Partido, pero (para) cualquier problema Raúl está ahí, Raúl no se ha muerto”, reflexiona Ramón Blande, militante comunista de 84 años, provisto de una mascarilla para protegerse del coronavirus.
Y ciertamente, subraya, Díaz-Canel, de 60 años, es todavía “bastante joven”, pero “se enfrenta a los problemas de verdad”.
Varias centenas de delegados del partido único, procedentes de toda la isla, empezaron a reunirse el viernes por la mañana en el Palacio de las Convenciones de La Habana, para debatir por cuatro días los temas medulares del país.
Este cónclave, a puerta cerrada, se inaugura 60 años después de que Fidel Castro proclamara el carácter socialista de la revolución.
Contrariamente a ediciones anteriores, en el inicio de este encuentro no se difundió imagen alguna en la televisión. Según el sitio oficial de noticias Cubadebate, después de un homenaje a Fidel Castro, su hermano Raúl presentó el informe central ante el congreso.
La designación de Díaz-Canel como nuevo primer secretario, el cargo más importante en Cuba, podría tener lugar el lunes durante su sesión final.
“¡Cuba en Congreso!”, publicó el viernes Granma, el periódico oficial del partido, con la foto de Fidel Castro con un fusil en el brazo.
Prometiendo “cuatro días de debates intensos y de búsqueda de soluciones”, el diario también mencionó “el proceso natural de tránsito de una generación a otra”.
Los partidos comunistas de China, Vietnam, Laos y Corea del Norte enviaron mensajes de felicitaciones a Cuba, según Granma.
Agitación social
En las calles de La Habana, sin turistas debido a la pandemia, los cubanos parecen más preocupados por la escasez de alimentos, las largas filas frente a los supermercados y la espiral inflacionaria que desató la reciente unificación de las dos monedas que tenía el país.
“Tengo esperanza de que con el congreso esto mejore, porque los precios están muy altos, los salarios subieron (...), pero (...) en definitiva no alcanza (el dinero)”, se lamenta María Martínez, jubilada de 68 años.
Para Norman McKay, analista de la Unidad de Inteligencia de The Economist, “la salida de (Raúl) Castro es un acontecimiento histórico no sólo porque marca el fin de una dinastía que ha durado más de 50 años, sino también porque se produce en medio de un período de importantes dificultades y perturbaciones económicas”.
“Esto no significa necesariamente que vaya a haber un cambio brusco en el estilo del partido comunista”, pero “internet va a facilitar una mayor demanda de responsabilidad y de libertades, planteando al gobierno desafíos que serán difíciles de ignorar para el Partido Comunista”, agrega.
En los últimos meses, Cuba ha experimentado una inédita agitación social, impulsada por la llegada reciente del internet móvil, con manifestaciones de artistas, protestas de disidentes y movilizaciones de otros sectores de la sociedad civil como los defensores de los animales.
Para el analista político Harold Cárdenas, “hay un sentimiento grande de cansancio en la sociedad, un cansancio que es una mezcla de la política de la administración Trump hacia Cuba de máxima expresión, con la falta de confianza en los proyectos y las promesas del liderazgo cubano”.
Esto es lo que “la oposición del país está tratando de capitalizar”, indicó Cárdenas.
Las sanciones de Donald Trump hicieron desaparecer en 2019 los cruceros repletos de turistas estadounidenses, y un año después pasó lo mismo con las agencias de la compañía Western Union, mediante la cual los cubanos recibían remesas de familiares y amigos en el extranjero.
Los isleños también están angustiados con el aumento de los mercados que operan en dólares, moneda a la que la mayoría de ellos no tiene acceso.
En la presidencia del país desde 2018, Díaz-Canel será el primer civil que también dirigirá el partido, en el que ha desarrollado toda su carrera.
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