Docenas de mujeres se reunieron el jueves frente a la Universidad de Kabul para protestar en la primera gran manifestación pública en la capital desde la decisión de los talibanes de cerrar las universidades a las estudiantes.

Las estudiantes universitarias fueron rechazadas el día anterior en los campus después de que la administración dirigida por los talibanes dijera el martes que las mujeres serían suspendidas de la educación terciaria.

Según testigos, alrededor de 50 manifestantes, en su mayoría mujeres, se reunieron mientras sostenían pancartas y coreaban: “La educación es nuestro derecho, las universidades deben abrirse”.

La administración liderada por los talibanes ya había recibido críticas, incluso de gobiernos extranjeros, por no abrir escuelas secundarias para niñas al comienzo del año escolar en marzo, dando un giro en U a las señales de que lo haría.

La reacción violenta hacia las restricciones a la educación femenina está complicando los esfuerzos de la administración liderada por los talibanes para obtener el reconocimiento formal y el levantamiento de las sanciones que están obstaculizando la economía, dicen los diplomáticos.

Las protestas a gran escala se han vuelto raras en Afganistán desde que los talibanes se apoderaron del país, ya que las agencias de seguridad suelen disolverlas por la fuerza. Las protestas dispersas que se han producido son muestra del descontento que ha generado la política de los talibanes.

Una fuerte presencia de seguridad ha estado presente en la capital afgana, incluso en reuniones en universidades, en los últimos días.

Un portavoz del Ministerio de Educación Superior de Afganistán dijo que su ministro realizará una conferencia de prensa el jueves o viernes para “dar más detalles sobre el cierre de las universidades para mujeres”.

El día anterior, los alumnos de la Universidad de Nangahar, en el este de Afganistán, también se manifestaron y los estudiantes de medicina varones abandonaron los exámenes para protestar por la exclusión de sus compañeras de clase.

“Las alumnas vinieron y pidieron (a los varones) que no se presentaran a los exámenes porque no se nos permite hacerlo”, dijo Zia, de 25 años, estudiante de medicina en Nangahar. “Los estudiantes varones demostraron coraje y abandonaron el lugar del examen”.