El frente pro-Trump que frustró la reunión de la Celac para tratar la política migratoria de EE.UU.
La presidenta hondureña, la izquierdista Xiomara Castro, había convocado a la cita para este jueves en Tegucigalpa, pero la canceló debido a "la falta de consenso" entre los países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Argentina, Paraguay, El Salvador y Costa Rica aparecen como los gobiernos alineados con la Casa Blanca.
Convocada originalmente para este jueves en Honduras para hablar de migración, la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) fue cancelada, tras superarse el “impasse” entre los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Colombia, Gustavo Petro.
“Honduras en ejercicio de la Presidencia Pro Tempore de la Celac cancela la Reunión Extraordinaria de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno convocada para el 30 de enero”, anunció la Cancillería hondureña en un comunicado.
La cancelación obedece a que “Colombia anunció públicamente (…) que el ‘impasse’ había sido superado”, añadió.
“La presidencia reitera que continuará buscando consensos, convocando y presentando iniciativas para dar respuestas a los problemas históricos que sufre la región”, se lee en el comunicado dado a conocer el miércoles.
La izquierdista presidenta hondureña, Xiomara Castro, había convocado el domingo a una reunión “urgente” de la Celac para abordar los temas de “migración”, “unidad latinoamericana y caribeña” y “medio ambiente”.
El anuncio fue hecho en medio de la crisis diplomática que estalló entre Colombia y Estados Unidos.
La crisis surgió por la controversia entre los presidentes Trump y Petro luego de que el gobernante colombiano bloqueara el ingreso a Bogotá de vuelos militares con migrantes deportados desde Estados Unidos.
Tras horas de tensión, Bogotá aceptó los términos de las políticas del mandatario republicano y apagó una disputa que subía de tono.
“Falta de consenso”
Xiomara Castro dijo que la reunión se canceló debido a “la falta de consenso” entre sus países miembros. El desacuerdo tiene que ver con una condena a las políticas de Donald Trump.
La presidenta hondureña reconoció que “nuevamente hemos recibido la oposición sistemática de países miembros que han privilegiado otros principios e intereses diferentes a los de la unidad de la región latinoamericana y caribeña como comunidad”, sin hacer referencia a ningún gobierno.
De acuerdo con el diario La Nación, el presidente argentino Javier Milei acordó con sus colegas de Paraguay, Santiago Peña, y El Salvador, Nayib Bukele, no convalidar una condena a Trump. El alineamiento de Buenos Aires con Washington no provocó sorpresas. Tampoco en los casos de Peña y Bukele.
Petro se abstuvo de comentar la situación de manera directa. Sin embargo, según El Periódico de España, no pasó inadvertida su frustración. “Nosotros defendemos nuestros intereses nacionales y los de la humanidad. Si la prensa cree que esto es borrachero o drogadicción, que lo piense (…), nosotros no somos un apéndice de propaganda de la Casa Blanca”. Y añadió, respecto a la necesidad de una única voz latinoamericana: “Hay que asumir la pelea, y asumir la pelea es, en primer lugar, tomar posición a cualquier hora de la madrugada, de la noche o del día”.
Al respecto, el diario Folha de Sao Paulo se refirió al bloque pro-Trump generado en la región: “Javier Milei puede ser el más estridente, pero no es el único. El presidente Donald Trump tiene al menos otros dos aliados claros en América Latina además de su homólogo argentino: Santiago Peña (Paraguay) y Nayib Bukele (El Salvador). Y tiene parejas ocasionales”.
Según el periódico brasileño, “la señal más reciente se dio cuando Argentina, Paraguay y Costa Rica se opusieron al debate convocado por Honduras en el marco de la Celac para abordar la política de deportaciones masivas adoptada en Estados Unidos”.
Al cancelar la reunión que debía realizarse en Tegucigalpa, Xiomara Castro dijo que había una “oposición sistemática”, aunque no precisó qué países, los cuales fueron enumerados luego a la prensa por autoridades de su gobierno, según Folha. La mandataria hondureña dijo que priorizaron “otros intereses” por encima de la cohesión regional.
Al ser consultados, los interlocutores diplomáticos paraguayos dijeron que se oponían porque los temas de la reunión (migración, medio ambiente y unidad regional) eran “muy vagos” y porque la reunión no siguió el procedimiento de reunir primero a los equipos técnicos de los países y luego convocar a los Jefes de Estado.
Argentina fue categórica: le dijo a Honduras que no apoyaría ninguna declaración que saliera de allí. Por su parte, el gobierno costarricense, encabezado por el centroderechista Rodrigo Chaves, pidió que el tema sea abordado el 6 y 7 de febrero por los coordinadores nacionales de la Celac sin apresurar una reunión de presidentes, precisó el diario paulista.
“Otros intereses”
Respecto a los “otros intereses” denunciados por Castro, Folha indicó que, en el caso paraguayo, “hay una agenda de gobierno y una agenda de Estado”. El presidente conservador Santiago Peña, un político colorado que suele tener buenas relaciones con líderes de izquierda y derecha -tiene una gran relación con el presidente Lula, por ejemplo- espera que bajo el gobierno de Trump Estados Unidos cancele la designación de su antiguo aliado Horacio Cartes, expresidente (2013-2018), como una ‘figura significativamente corrupta’”. Esta designación fue adoptada por Washington en 2022, y al año siguiente el Tesoro estadounidense impuso sanciones contra Cartes.
Pero, según el diario brasileño, hay al menos otro interés inmediato, además, por supuesto, de ganar protagonismo en la región: el gobierno de Peña espera obtener el apoyo de Trump para el nombramiento de su canciller como futuro secretario general de la OEA (Organización de los Estados Americanos), con sede en Washington. Las elecciones se realizan en marzo, cada país miembro tiene un voto equivalente y Asunción se presenta con un representante de Surinam.
En el caso de Javier Milei, “hay una agenda ideológica y una económica”, dice Folha. El argentino ve a Trump como la figura máxima de su ideología liberal y su guerra cultural: contra la ideología de género, los derechos reproductivos y los beneficios sociales. Todo lo que el economista incluye en la agenda woke (un término peyorativo comúnmente asociado por los conservadores con las agendas de diversidad). Pero también ve a Trump como una muleta financiera.
“En ese sentido, la Casa Blanca es vista como un aliado estratégico y fundamental para conseguir apoyo y financiamiento de organismos financieros como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)”, apunta el medio brasileño.
En el caso de Costa Rica, el presidente Rodrigo Chaves reconoció la semana pasada la importancia de llevarse muy bien con los aliados y socios comerciales como Estados Unidos, con cuyo gobierno liderado por Donald Trump prevé una relación transaccional.
En la conferencia de prensa semanal, Chaves indicó que el “gobierno de Costa Rica tiene una cercanía enorme con el gobierno de Estados Unidos”, independientemente de “las simpatías o falta de simpatía que haya o no”, haciendo referencia a los mandatarios.
El presidente costarricense, cuya administración tuvo una estrecha colaboración con el gobierno del demócrata Joe Biden (2021-2025), indicó que cree que Costa Rica ahora trabajará en una relación con la administración Trump más enfocada en “puntos específicos transaccionales” como el comercio internacional, flujos de capitales e inversión, en lugar de “temas más altruistas como la democracia”.
El Salvador de Bukele, en tanto, tiene un abanico más variado. Hizo diversas señales a Trump, a quien le pidió en el pasado reducir el apoyo del gobierno estadounidense a las ONG en todo el mundo (como acaba de hacer el republicano), y también señales de que podría recibir a deportados de distintas nacionalidades enviados por la administración republicana.
Trump y Bukele sostuvieron una conversación telefónica la semana pasada. “Ambos líderes hablaron sobre la posibilidad de trabajar juntos para detener la inmigración ilegal y acabar con las pandillas transnacionales como el Tren de Aragua. El presidente Trump también elogió el liderazgo del presidente Bukele en la región y el ejemplo que da a otras naciones del hemisferio occidental”, señaló un comunicado de la Casa Blanca.
Bukele fue a su vez uno de los mandatarios latinoamericanos invitados a la toma de posesión de Trump, con quien lo une un discurso populista de mano dura contra la delincuencia y su afición por las criptomonedas, aunque éste finalmente no acudió a la ceremonia.
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