Estados clave: los campos de batalla que enfrentan a Trump y Biden

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Un votante deposita su sufragio en el Condado de Orange en Orlando, durante las elecciones primarias de Florida en marzo pasado.

Si bien se estima que habrá unos 15 “estados bisagras” en las elecciones del 3 de noviembre, la disputa por el sillón de la Casa Blanca podría ser definida por seis “campos de batalla”. Según el sitio RealClearPolitics, la elección dependerá de lo que ocurra en Pennsylvania, Michigan, Wisconsin, Carolina del Norte, Arizona y Florida.fe


Si Estados Unidos tuviera voto directo, Joe Biden podría estar muy tranquilo sobre su suerte en las elecciones presidenciales del próximo 3 de noviembre. Con 9,6 puntos porcentuales de ventaja sobre Donald Trump, según el promedio de encuestas de RealClearPolitics, el candidato demócrata tendría prácticamente la carrera corrida por el sillón de la Casa Blanca. De hecho, esta semana el portal FiveThirtyEight aseguró que el exvicepresidente de Barack Obama tiene un 85% de chances de ganar, mientras que el mandatario republicano, que busca la reelección, solo un 15%.

Pero, para fortuna de Trump, los estadounidenses no votan directamente al Presidente y vicepresidente, sino que emiten sus sufragios para los 538 miembros del Colegio Electoral, que son los encargados de elegir al jefe de Estado, con una mayoría de al menos 270. Cada estado tiene asignado un número fijo de electores, proporcional a su población. Es precisamente este mecanismo el que le permitió al republicano ganar el sillón de la Casa Blanca en 2016, pese a haber recibido 2,8 millones de votos menos que su adversaria demócrata Hillary Clinton en las urnas.

Dado que en la mayoría de los estados suele ganar el mismo partido, lo que suele definir la victoria de un candidato son los llamados “estados péndulos” (swing states) o “estados púrpuras”. Este último término, consigna France 24, viene del color que resulta después de juntar el rojo republicano y el azul demócrata. En estos estados, la victoria de uno u otro partido no está asegurada porque nunca mantiene una línea o referencia histórica.

Para 2020, se estima que habrá unos posibles 15 “estados bisagra”, si bien RealClearPolitics circunscribe a solo seis los principales “campos de batalla” que podrían decidir la elección en noviembre: Pennsylvania, Michigan, Wisconsin, Carolina del Norte, Arizona y Florida.

Pennsylvania entrega 20 votos en el Colegio Electoral. En 2016, el sufragio del estado “Piedra Angular” por Trump marcó la caída del Muro Azul Demócrata, un bloque de más de 240 votos electorales que sólidamente sufragó por los demócratas de 1992 a 2012. En esos comicios, el republicano se impuso sorpresivamente a su rival demócrata en el estado por 44.292 votos de poco más de seis millones emitidos, una diferencia de 0,72%. Trump obtuvo 2.970.733 votos (48,17%), contra 2.926.441 de Clinton (47,46%).

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Para FiveThirtyEight, “en este momento Pennsylvania parece el estado más importante de las elecciones de 2020”. Según el pronóstico presidencial de este sitio, Pennsylvania es, con mucho, el estado con más probabilidades de otorgar a Trump o Biden el voto decisivo en el Colegio Electoral: tiene un 31% de posibilidades de ser el “estado de punto de inflexión”.

Si bien RealClearPolitics le da a Biden una ventaja de 7,1 puntos porcentuales sobre Trump (51% contra 43,9%), Ray Zaborney, un consultor político republicano que trabaja en Pennsylvania, dice a La Tercera que Trump está “en mucho mejor forma que en 2016 en este momento”. “Creo que la combinación de su popularidad en las partes occidental, central y noreste del estado, una infraestructura masiva de la que carecía en 2016 y el electorado cambiante en Pennsylvania (los registros republicanos han crecido más rápido que los demócratas, cerrando la brecha significativamente) hacen que el Presidente esté en una posición sólida para volver a ganar Pennsylvania”.

Michigan fue el estado con el margen más estrecho en las elecciones de 2016: 0,23%. Trump se impuso por apenas 10.704 votos a Clinton, esto es, 47,22% contra 46,45%. Esto le permitió convertirse en el primer republicano en obtener los votos electorales del estado de los Grandes Lagos desde 1988, cuando George H. W. Bush ganó en una victoria aplastante a nivel nacional a Michael Dukakis.

Con un botín de 16 votos electorales, Michigan es una incógnita. Según The Washington Post, algunos lugares del estado con los que solían contar los demócratas se han movido a la derecha. Sin embargo, destaca el diario, ambos partidos ahora ven difícil que Michigan se mantenga en el campo republicano, incluso más que Pennsylvania o Wisconsin. De hecho, la ventaja de Biden sobre Trump allí es de 6,7 puntos porcentuales (49,4% frente a 42,7%).

En 2016, Wisconsin se inclinaba en todas las encuestas hacia Clinton. Sin embargo, Trump obtuvo un 47,22% en las elecciones, frente al 46,45% de su rival. Es decir, un margen de apenas 0,77%. Se trató de la primera vez que el estado se tenía de rojo desde 1984.

Sin embargo, dos años después de la victoria de Trump, los demócratas arrasaron en las elecciones estatales de Wisconsin. “La historia de las encuestas en relación con los resultados de las elecciones en Wisconsin sugiere que esta elección se ganará o perderá por nariz”, dijo al Post Ben Wikler, quien asumió el control del Partido Demócrata del “estado del tejón” en 2019. Según RealClearPolitics, Biden le saca una ventaja de 5,5 puntos porcentuales a Trump en Wisconsin (49,5% frente a 44%), estado que reparte 10 votos electorales.

Las carreras presidenciales en Carolina del Norte se han vuelto competitivas desde 2008, cuando Barack Obama se convirtió en el primer candidato demócrata en 32 años en ganarlas, desde el triunfo de Jimmy Carter en 1976. Obama no necesitaba al “viejo estado del norte” para obtener el Colegio Electoral y perdió Carolina del Norte en 2012, pero se ha convertido en un lugar por el que los republicanos deben competir, señala The Washington Post, que destaca el impacto local de la ola del Tea Party de 2010.

Ello, seguramente, fue uno de los motivos detrás del triunfo de Trump sobre Clinton en 2016. El republicano obtuvo un 49,83% de los votos, mientras que la abanderada demócrata se quedó con un 46,17%. De cara a las elecciones de noviembre, gran parte del optimismo del Partido Demócrata sobre Carolina del Norte proviene del llamado “Triángulo de la Investigación”, el área de rápido crecimiento alrededor de Raleigh, la capital del estado, la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill y la Universidad de Duke. Cada cuatro años, esta zona emite más votos. Los votantes blancos con títulos universitarios podrían desempeñar un papel fundamental en los comicios.

En Carolina del Norte, que pone en juego 15 votos electorales, Biden goza de una estrecha ventaja sobre Trump: 1,4 puntos porcentuales (48,3% contra 46,9%).

Desde 1952, Arizona ha votado por los republicanos en todas las elecciones presidenciales, salvo la victoria de Bill Clinton en 1996. De hecho, Clinton es el único candidato demócrata que ganó el estado en estos comicios desde que Harry S. Truman fue elegido en 1948. Con un 48,08% de los votos y superando a su rival demócrata por 3,5 puntos porcentuales, Trump se quedó con el estado del Gran Cañón en 2016.

Sin embargo, Biden tiene esperanzas de lograr los 11 votos electorales a su favor este año. Y es que la propia cadena conservadora Fox News reconoce que el estado, considerado hasta ahora como “rojo confiable”, “podría cambiar este año”. “Se está transformando rápidamente”, señaló. En ese sentido, The Washington Post recordó que la aprobación de la Ley de Arizona SB1070 de 2010, una de las normas antiinmigración más estrictas del país, ganó votos al principio, pero galvanizó a la izquierda y al voto latino.

En los sondeos, RealClearPolitics le da a Biden un promedio de 48,2% de apoyo y a Trump, un 45,5%. “En este momento, parece un triunfo electoral aplastante y en ese caso no importa lo que suceda en Arizona. Sin embargo, si se reduce (la brecha) entre ahora y noviembre, Arizona será fundamental para ganar suficientes votos en el Colegio Electoral”, comenta a La Tercera Thomas Volgy, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Arizona.

“Es difícil encontrar un escenario donde Trump pueda (revertir los resultados). Tiene una enorme brecha de género, y las encuestas muestran que las mujeres favorecen a Biden en aproximadamente un 30%, mucho más que los hombres a favor del republicano. Además, una de las principales fortalezas de Trump con los votantes mayores prácticamente ha desaparecido, ya que ahora favorecen a Biden, particularmente debido a su negligencia con el coronavirus”, dice Volgy. Además, el politólogo destaca que “prácticamente no quedan personas indecisas”. “Fueron los indecisos en algunos estados los que le costaron a Clinton la elección; casi todas las encuestas muestran que entre los pocos indecisos que aún quedan, la mayoría se inclina hacia Biden”, asegura.

Florida, que ha votado en contra del ganador general de las presidenciales solo dos veces desde 1928, es una vez más un estado de batalla vital en esta elección. Pese a que Trump terminó triunfando en 2016 con un 49,02% de los votos versus el 47,82% de su contrincante demócrata,

no le ha ido tan bien en el “estado del sol”. Mientras que el republicano tiene un 44,3% de intención de voto, el exvicepresidente de Obama lo supera con un 48%.

“Los republicanos no tienen ninguna posibilidad de ganar a nivel nacional si no se llevan Florida (algo que ha sido cierto desde la década del 90). No porque Florida sea ‘el’ estado más importante, sino porque si el Partido Republicano pierde Florida, es casi seguro que no les va bien en general. Uno podría acercarse a decir lo mismo sobre los demócratas y Pennsylvania. Parece que están ganando allí ahora, pero si pierden, podría ser otra noche larga, nuevamente, porque indicaría que están teniendo problemas en otros estados”, explicó a La Tercera Stephen C. Craig, profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Florida.

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