Estados Unidos, Japón y Surcorea presentan frente unido ante Pyongyang
En las últimas semanas Corea del Norte ha lanzado docenas de misiles, incluido un misil balístico intercontinental hace 10 días que provocó alertas de evacuación en el norte de Japón.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y los jefes de gobiernos de Japón y Corea del Sur prometieron el domingo ofrecer una respuesta coordinada a los programas nuclear y de misiles balísticos. Biden declaró que la alianza a tres bandas es “aún más importante que nunca” mientras Corea del Norte aumenta sus provocaciones.
Biden se reunió primero por separado con el primer ministro, Fumio Kishida, y el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol. Los tres líderes se sentaron juntos después en un aparte de la Cumbre del Este de Asia en Camboya.
El presidente de Estados Unidos comenzó ofreciendo sus condolencias por una estampida durante las celebraciones de Halloween en la que murieron más de 150 personas, y señaló que Estados Unidos había llorado con Corea del Sur. La reunión se centró en las recientes escaladas ordenadas por el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, aunque Biden dijo que los tres líderes también tratarían un refuerzo de las cadenas de suministro, en el estrecho de Taiwán, así como aumentar el apoyo de los países a Ucrania ante la agresión rusa.
Biden también esperaba recabar opiniones de Kishida y Yoon sobre cómo lidiar con la asertiva estrategia china en el Pacífico, antes de su reunión cara a cara del día siguiente con el presidente de China, Xi Jinping.
“Enfrentamos desafíos reales, pero nuestros países están más alineados que nunca, más preparados para asumir esos desafíos que nunca”, dijo Biden. “De modo que estoy deseando profundizar los lazos de cooperación entre nuestros países.”
Corea del Norte ha lanzado docenas de misiles en las últimas semanas, incluido un misil balístico intercontinental hace 10 días que provocó alertas de evacuación en el norte de Japón, y los aliados advertían del inminente riesgo de que el aislado país realice su séptima prueba nuclear en las próximas semanas.
El asesor de Seguridad Nacional estadounidense Jake Sullivan dijo el sábado a la prensa que Biden aspira a emplear sus reuniones para reforzar la respuesta conjunta de los tres países a los peligros planteados por Corea del Norte.
Las tensiones en la Península de Corea se han disparado en los últimos meses, con demostraciones armamentísticas constantes de Pyongyang y maniobras defensivas redobladas de Estados Unidos y Corea del Sur. El ejército surcoreano dijo este mes que dos bombarderos B-1B habían hecho ejercicios con cazas F-16 y cuatro cazas F-35 surcoreanos durante el último día de sus maniobras aéreas “Tormenta Vigilante”. Era la primera vez desde diciembre de 2017 que se desplegaban los bombardeos a la Península Coreana. En los ejercicios participaron unos 240 aviones militares, incluidos cazas F-35 avanzados de ambos países.
Corea del Norte respondió con su propia demostración de fuerza y un gran número de aviones militares sobrevoló su territorio.
El gobierno de Biden dice haber hecho varias propuestas de negociaciones con Corea del Norte sin condiciones previas sobre límites en sus programas nuclear y de misiles balísticos, pero que el gobierno de Kim Jong Un no ha respondido.
Biden ha dicho que tiene previsto presionar a Xi para que emplee su influencia única sobre Corea del Norte para que reduzca su comportamiento agresivo, en una reunión bilateral que se espera abarque muchos temas en un aparte de la cumbre del Grupo de los 20 en Bali, Indonesia.
China “tiene un interés en jugar un papel constructivo en frenar las peores tendencias de Corea del Norte”, dijo Sullivan el sábado. “Por supuesto, si deciden hacerlo o no depende de ellos”.
Biden dijo el domingo a periodistas que “siempre ha tenido conversaciones francas” con Xi y que eso ha impedido que ninguno de los dos cometa “errores de cálculo” sobre sus intenciones. El encuentro se celebrará unas semanas después de que Xi consolidara su control sobre el sistema político chino en el congreso del Partido Comunista en Beijing, donde obtuvo un tercer mandato como líder en contra de la tradición.
Los dos mandatarios celebrarán su primera reunión personal desde que Biden fue elegido a la Casa Blanca. En el pasado, funcionarios estadounidenses han expresado su frustración sobre que funcionarios chinos de menor nivel no se han mostrado capaces o dispuestos a hablar por Xi, y confían en que la reunión en persona permita avanzar en temas de interés mutuo y, quizá lo más crucial, alcanzar un entendimiento de las limitaciones de cada parte.
“Yo le conozco bien, él me conoce”, dijo Biden. “Sólo tenemos que determinar dónde están las líneas rojas y cuáles son las cosas más importantes para cada uno de nosotros, de cara a los próximos dos años”.
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