Israel promete responder duramente a Hezbolá tras ataque con cohete en un campo de fútbol que dejó 12 muertos

FILE PHOTO: Ceremony to mark Israel's national Holocaust Remembrance Day, in Jerusalem
FILE PHOTO: Israeli Prime Minister Benjamin Netanyahu attends a wreath-laying ceremony marking Holocaust Remembrance Day in the Hall of Remembrance at Yad Vashem, the World Holocaust Remembrance Centre, in Jerusalem, May 6, 2024. REUTERS/Amir Cohen/Pool/File Photo

Hezbolá ha negado su responsabilidad en este ataque, que registra ser el más mortífero en territorio israelí desde el estallido de la guerra en Gaza en octubre del 2023.


Miles de personas asistieron el domingo a las ceremonias fúnebres por los 12 niños y adolescentes muertos por el impacto de un cohete en los Altos del Golán, ocupados por Israel, mientras Israel prometía una rápida represalia contra la milicia libanesa Hezbolá.

Hezbolá negó toda responsabilidad en el ataque de Majdal Shams, el más mortífero en Israel o en territorio israelí desde que el asalto de Hamás del 7 de octubre desencadenara la guerra en Gaza, que desde entonces se ha extendido a varios frentes y ahora corre el riesgo de convertirse en un conflicto regional más amplio.

Durante la noche, aviones israelíes atacaron objetivos en el sur de Líbano, pero se esperaba una respuesta más contundente tras una reunión del gabinete de seguridad a las 18.00 horas (1500 GMT). El primer ministro Benjamin Netanyahu regresó de una visita a Estados Unidos y se reunió con funcionarios de seguridad antes de la reunión.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, afirmó que todo indicaba que el cohete que impactó en un campo deportivo donde unos niños jugaban al fútbol había sido disparado por Hezbolá y afirmó que Washington defendía el derecho de Israel a defenderse.

No obstante, afirmó que Estados Unidos no deseaba una nueva escalada del conflicto, en el que se han producido ataques aéreos diarios e intercambios de disparos entre el ejército israelí y los combatientes de Hezbolá en el sur del Líbano.

Mientras tanto, las familias se reunían para los funerales en la aldea drusa de Majdal Shams, en los Altos del Golán, territorio arrebatado a Siria por Israel en la guerra de Oriente Medio de 1967 y anexionado en un movimiento no reconocido por la mayoría de los países.

Los drusos, una minoría árabe que practica una forma de islamismo, constituyen más de la mitad de los 40.000 habitantes de los Altos del Golán, y grandes multitudes de dolientes rodearon los féretros mientras eran transportados por el pueblo.

“Estamos en momentos difíciles. Una pesada tragedia, un día oscuro ha llegado a Majdal Shams”, dijo Dolan Abu Saleh, jefe del consejo local de Majdal Shams, en comentarios difundidos por la televisión israelí.

Inicialmente, Hezbolá había anunciado que había disparado cohetes contra instalaciones militares israelíes en los altos del Golán, pero negó su implicación en el ataque contra Majdal Shams, afirmando que no tenía “absolutamente nada que ver con el incidente y niega categóricamente todas las falsas acusaciones al respecto”.

Sin embargo, Israel afirmó que el cohete fue disparado desde una zona situada al norte del pueblo de Chebaa, en el sur de Líbano, culpando directamente al grupo respaldado por Irán y afirmando que Hezbolá era “inequívocamente responsable”.

No estaba claro de inmediato si los niños y adolescentes muertos en el ataque eran ciudadanos israelíes, pero las autoridades israelíes han prometido represalias por el ataque.

“El cohete que mató a nuestros niños y niñas era un cohete iraní y Hezbolá es la única organización terrorista que dispone de ellos en su arsenal”, declaró el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí.

Dos fuentes de seguridad dijeron a Reuters que Hezbolá estaba en alerta máxima y había despejado preventivamente algunos lugares clave tanto en el sur de Líbano como en el valle oriental de la Bekaa en caso de un posible ataque israelí.

Las fuerzas israelíes llevan meses intercambiando disparos con combatientes de Hezbolá en el sur del Líbano, pero ambas partes parecen haber evitado una escalada que podría desembocar en una guerra total, que podría arrastrar a otras potencias como Estados Unidos e Irán.

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