Italia, Alemania y Austria: el "eje" contra la inmigración ilegal
Los tres países planean endurecer las políticas migratorias para la Unión Europea.
El barco Aquarius con 630 inmigrantes evidenció una de las crisis humanitarias más graves del último tiempo para la Unión Europea (UE). Esto, luego de que el flamante ministro del Interior de Italia y líder del partido de ultraderecha Liga, Matteo Salvini, negó el ingreso a la embarcación y gritó "victoria" cuando España aceptó el buque.
Aunque no fue el único, Malta también cerró sus puertos para el Aquarius. El Presidente de Francia, Emmanuel Macron, calificó de "cínico e irresponsable" el rechazo de Italia sobre el Aquarius, aunque después se disculpó y dijo que no quiso ofender a Italia.
Sin embargo, la decisión de los países sobre el Aquarius generó consecuencias más profundas.
El miércoles, Italia, Austria y Alemania acordaron reforzar la cooperación sobre migración ilegal y seguridad a través de un "eje voluntario" que profundizó las discordancias con la UE y que para algunos críticos recordó la alianza durante la Segunda Guerra Mundial.
La propuesta se concretó gracias al rol de Salvini y sus homólogos alemán y austriaco, Horst Seehofer y Sebastian Kurz, respectivamente. La participación de Austria es una de las más controvertidas debido a que el 1 de julio Viena asumirá la presidencia rotatoria de la UE, en la que la inmigración tomaría un rol clave.
El "eje" tiene sentido para los tres ministros debido a que "los migrantes llegan a Italia, cruzan a Austria por el paso alpino de Brenner y siguen su marcha hasta Alemania", señaló Kurz.
Los sectores conservadores de los tres países quieren impedir que se repita la situación de 2015. Una crítica directa a la política de acogida de la canciller alemana, Angela Merkel, que benefició a miles de solicitantes de asilo, en su mayoría de Siria, Irak y Afganistán.
"No puedo seguir trabajando con esta mujer", señaló Seehofer sobre Merkel después de que el ministro anunció que quiere devolver a la frontera a los refugiados ya registrados en otros países de la UE, algo que Merkel rechaza. Según los analistas, esta disputa podría poner en jaque a la coalición gobernante en Alemania por las políticas migratorias.
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