Javier Milei, de sorpresivo favorito a una incógnita de cara a la contienda de noviembre

Sus seguidores lo idolatran, y se les suela ver con poleras que hacen alusión a un león, o la sombra de su icónico peinado. Otros incluso llegaban a sus mítines con sierras en miniatura. Pero la historia de Javier Milei partió mucho antes, e incluyó, según su biógrafo no oficial, una familia que constantemente lo agredía psicológicamente, una vida solitaria y, quizás lo más relevante para efectos de su elección política, una carrera como economista ligada al libertarismo y el anarcocapitalismo.

Augusto, de 29 años, pasea a su perro por el centro de Buenos Aires. “El peronismo ya fue”, asegura. Votó por Javier Milei, conformando esa importante masa joven que apoyó la campaña del economista. Aunque no ganó en primera vuelta, apuesta a la llegada del libertario al poder tras el balotaje de noviembre. “Será una locura. Subirán los precios y los chorros (ladrones) saldrán a las calles a protestar, como ya avisaron en redes sociales”, pero si bien significará un “shock y un cambio brusco”, está seguro de que es “necesario un cambio”, dijo a La Tercera.

Curiosamente, Javier Gerardo Milei disputó la primera vuelta el mismo día en que nació, un 22 de octubre, pero de hace 53 años, en 1970. Oriundo del barrio de Palermo, sus padres Norberto Milei y Alicia Lucich marcaron su vida, pero de mala manera.

Según Juan Luis González, autor de El Loco, libro que narra la vida del libertario, fueron los padres quienes practicaron una “violencia increíble e injustificable” contra el joven Milei, dijo en una entrevista con La Tercera en septiembre de este año. Su progenitor “lo atormentó durante años, lo golpeaba y se puso como una de sus metas de vida el ver fracasar al hijo, lo humillaba, le comía la cabeza todo el tiempo”, agregó. La madre era “cómplice de la violencia”, y el bullying en el colegio no faltó.

Ya graduado de la escuela, se licenció en Economía en la Universidad de Belgrano para luego obtener una maestría en Teoría económica del Instituto de Desarrollo Económico y Social, y otra en Ciencias Económicas de la Universidad Torcuato Di Tella, todas universidades argentinas. En una entrevista con MDZ, aseguró que se decidió estudiar dicha área por las razones “incorrectas”, pero se apasionó por las “correctas”.

Otro elemento que marca su vida, ya terminados los estudios, fue su perro Conan, un mastín inglés. Cuando Conan falleció, tomó una decisión radical. Copió genéticamente a su perro en un laboratorio al norte de Nueva York.

Según Juan Luis González, la muerte de Conan fue un antes y un después en su vida: “Cuando muere el hijo (Conan), en la dimensión del duelo de un padre, él entra en este camino místico que después lo termina llevando a la política”, detalló a este medio. “Para Milei, Dios le dijo que va a ser presidente”, dijo el autor a CNN en julio.

Su hermana Karina también ha estado en el centro de su vida. “El Jefe”, como la llaman, es su mano derecha política. Coordinó su campaña de principio a fin, y existen dudas de si la incluirá en su gobierno si gana en noviembre, lo que supondría un caso de nepotismo de manual.

Desde julio de este año, Milei está emparejado con la humorista e imitadora Fátima Flórez, en su segunda relación conocida. Previamente, entre 2018 y 2019, estuvo en una relación con la cantante Daniela Mori.

Trabajó para Corporación América, del millonario Eduardo Eurnekian. Allí conoció a Guillermo Francos, quien podría transformarse en el ministro de Interior de Milei si gana en noviembre, como afirmó a La Tercera semanas atrás. En dicha entrevista, Francos aseguró que él fue uno de los que lo instó a que diera el salto a la política.

En 2021, el arribo a la política fue total. Se convirtió en diputado, y acuñó su mantra, el “Que se vayan todos”. Con un discurso centrado en sacar del poder a la “casta”, levantó La Libertad Avanza.