Joe Manchin, el senador demócrata que sabotea la agenda de cambio climático de Biden
El legislador de Virginia Occidental se opuso a un plan del mandatario que tenía como fin reorganizar la economía estadounidense para cumplir con la meta de reducción de gases de efecto invernadero para 2030. Eso sí, Manchin es un empresario de la industria de combustibles fósiles.
Los planes medioambientales del Presidente Joe Biden parecen haberse truncado. En abril de 2021 estableció como objetivo reducir las emisiones estadounidenses entre un 50% y un 52% para fines de 2030 en comparación con lo que eran en 2005. Para ello necesitaba reorganizar de manera significativa la economía del país, lo que se traduciría en millones de autos eléctricos nuevos en circulación, transformaciones de industrias clave para depender más de la energía renovable y millones de empleos en esa línea para conseguir la meta.
Pero esos objetivos se han visto retrasados debido a que el senador demócrata Joe Manchin tiene con las manos atadas a su partido y también al mandatario, porque tras largas negociaciones se ha negado a respaldar el presupuesto que esta política implicaría.
Munchin ya había bloqueado anteriormente, junto con su correligionaria Kyrsten Sinema, los intentos de aprobar el ambicioso programa de gasto social Build Back Better (Reconstruir mejor), con una dotación de casi US$ 1,9 billones, por el temor a que el gasto público alimentase el déficit y la inflación, que ya se encuentra alta.
Los demócratas esperaban aprobarlo este verano, para ganar un impulso entre su electorado antes de los comicios de medio mandato de noviembre, un proyecto de ley que contempla el alza fiscal a las rentas más altas, para financiar la inversión contra el cambio climático. Pero Manchin, según varios medios estadounidenses, se mostró tajante en su oposición.
Según The Washington Post, varios expertos advierten que sin una nueva legislación, el mandatario demócrata no podrá lograr una de las promesas centrales de su presidencia. Mientras que un informe publicado el jueves de la semana pasada por la firma de investigación independiente Rhodium Group, encontró que Estados Unidos está en camino de reducir las emisiones entre un 24% y un 35% por debajo de los niveles de 2005 para 2030, muy por debajo del objetivo de Biden.
Biden, quien se reincorporó al acuerdo climático de París después de que el Presidente Donald Trump se convirtiera en el único líder en retirarse del pacto global, asumió el cargo promocionando las inversiones históricas que buscaría en energía limpia y los empleos que se obtendrían al alejarse de los combustibles fósiles. El acuerdo de 2015 tiene como objetivo limitar el calentamiento de la Tierra a no más de 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales.
El planeta ya se ha calentado aproximadamente 1,1 grados Celsius, y los científicos dicen que cada fracción adicional de calentamiento solo traerá más catástrofes provocadas por el clima en los años venideros. Actualmente, el mundo se encuentra en una trayectoria para superar sus objetivos climáticos de no mediar cambios rápidos y de gran alcance.
En una cumbre clave de la ONU en Glasgow, Escocia, el otoño pasado, Biden se presentó ante otros líderes mundiales y prometió que Estados Unidos, que sigue siendo el mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo después de China, lideraría “con el poder de nuestro ejemplo”.
En una discusión privada el jueves, Manchin les dijo a los líderes demócratas que no podía apoyar un proyecto de ley que contenga nuevos gastos para combatir el cambio climático o aumente los impuestos a las corporaciones y estadounidenses ricos.
El viernes, Manchin aseguro que sus comentarios al líder de la mayoría del Senado, Charles E. Schumer habían sido malinterpretados. Afirmó en un programa de radio de Virginia Occidental que no había descartado nuevos gastos climáticos, solo quería esperar para ver si las propuestas aumentarían las presiones inflacionarias.
“Dije, ‘Chuck, hasta que veamos las cifras de inflación de julio... entonces esperemos hasta que eso salga a la luz, para que sepamos que vamos por un camino que no será incendiario y agregará más inflación”, dijo Manchin, quien agregó: “Quiero clima; quiero una política energética”.
La inflación se disparó en junio y continuó subiendo al ritmo más rápido en 40 años en muchos sectores de la economía. Pero los partidarios del paquete climático argumentan que en realidad reduciría los costos para los consumidores estadounidenses, por ejemplo, al abaratar la compra de un vehículo eléctrico o realizar mejoras en el hogar que ahorren energía.
La decisión del senador desató la molestia de sus compañeros de partido. “(Manchin) ha saboteado la agenda del Presidente (Biden)”, criticó el senador Bernie Sanders en ABC News.
Con su agenda económica en peligro, Biden instó a los demócratas en el Congreso a aceptar lo que pudieran hacer de inmediato para reducir los costos de atención médica y prometió actuar unilateralmente ante la crisis climática.
El negocio familiar
Con conciencia fiscal y socialmente conservador, Manchin está claramente fuera de sintonía con el Partido Demócrata actual, y él lo sabe, dice el diario The Guardian. En un momento, incluso se ofreció a dejar la colectividad si sus correligionarios pensaban que se convertiría en una “vergüenza” demasiado grande, una oferta que dijo rechazaron rotundamente.
Manchin proviene de una familia política en Virginia Occidental, parte de un legado de demócratas de la era industrial que formaron la base obrera del partido. Virginia Occidental, que alguna vez fue uno de los estados demócratas más confiables, comenzó a volverse fuertemente contra la colectividad. En 2020, todos los condados de Virginia Occidental votaron por Trump.
El senador rebelde, quien comenzó su carrera en la política estatal y se desempeñó como gobernador, hasta ahora ha desafiado la inclinación del estado hacia la derecha. Fue elegido para el Senado en 2010, dos años después de que Biden se fuera para convertirse en vicepresidente.
El voto de Manchin ha sido fundamental para aprobar a los nominados judiciales de Biden, y finalmente apoyó la legislación de alivio masivo de Covid del presidente que tenía una oposición republicana unánime.
Manchin gana medio millón dólares cada año en dividendos de la empresa familiar Enersystems, una compañía que dirige su hijo, que entrega desechos de carbón a la planta de energía de Grant Town, en Virginia Occidental. Manchin mantuvo la planta en funcionamiento como gobernador al aumentar las tarifas para los residentes. A ello se suma el hecho de que Manchin es, de los 100 miembros del Senado, el que más donaciones ha recibido desde 2020 del sector de los combustibles fósiles, es decir, de las industrias del carbón, petróleo, y gas natural. Es, en el fondo, una lucha entre políticos con intereses en el sector privado.
En un reportaje del diario The New York Times, se señala que la planta de Grant Town es también el vínculo entre la industria del carbón y las finanzas personales de Joe Manchin, que datan de 1987, cuando acababa de ser elegido para el Senado estatal de Virginia Occidental, un trabajo de medio tiempo con un salario base de US$ 6.500. El negocio de alfombras de su familia estaba en apuros.
Creó su negocio cuando era legislador estatal anticipándose a la planta de Grant Town, que ha sido el único cliente de “gob” (un desecho de carbón más ineficiente que el carbón, el más contaminante de los combustibles fósiles) durante los últimos 20 años, según datos federales.
En momentos clave a lo largo de los años, Manchin usó su influencia política para beneficiar a la planta. Instó a un funcionario estatal a aprobar su permiso de contaminación del aire, presionó a sus compañeros legisladores para que apoyaran un crédito fiscal que ayudó a la factoría y trabajó entre bastidores para facilitar un aumento de tarifas que incrementó los ingresos de la planta y los costos de electricidad para los habitantes de Virginia Occidental.
Los registros muestran que varias compañías de energía han tenido participaciones en la propiedad de la planta, grandes corporaciones con intereses mucho más allá de Virginia Occidental. En varios puntos, esas corporaciones han tratado de influir en el Senado, incluida la legislación ante los comités en los que se sentó Manchin, creando lo que los expertos en ética describen como un conflicto de intereses.
En 2017, el senador celebró la decisión de Trump de retirarse del acuerdo climático de París. Tres años después, cuestionó la decisión de Biden de volver a firmar el acuerdo. También criticó al presidente demócrata por su decisión de detener el oleoducto Keystone.
Como voto fundamental en un Senado dividido en partes iguales, Manchin bloqueó la legislación que aceleraría la transición del país a la energía eólica, solar y otras energías limpias y alejarse del carbón, el petróleo y el gas, cuya quema está calentando peligrosamente el planeta. Con la guerra en Ucrania y los llamados resultantes para boicotear el gas ruso, Manchin se unió a los republicanos para presionar por una mayor producción estadounidense de gas y petróleo para llenar el vacío en el mercado mundial.
Pero a medida que la planta de Grant Town continúa quemando carbón y pagando dividendos a Manchin, ha perjudicado económicamente a los habitantes de Virginia Occidental, costándoles cientos de millones de dólares en tarifas de exceso de electricidad. Esto se debe a que el “gob” es una fuente de energía menos eficiente que el carbón normal.
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